Rescate. Segunda Parte

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- Intenté buscarte después de eso... tan solo pude encontrar tu rastro, me alegra saber que lo hice a tiempo –

Estaban aún en ese pueblo fantasmal, Song Zichen había hecho unas camas con algo de paja y mantas que estaban abandonadas, además de que había hecho algo de comer para A-Qin y Xingchen.

- ¡A mí también me alegra! – dijo la pequeña – Ese tipo me daba mala espina –

- A-Qin, no debes hablar con la boca llena – le regañó con suavidad Xiao, extendiéndose para poner más comida en el plato de la chica – Toma, tienes que comer más – la chica, algo apenada negó con la cabeza, pero el gesto insistente del cultivador le hizo aceptar la comida. Song Lan se dio cuenta de que ella podía ver – Estoy feliz de que me hayas encontrado... por favor, no hablemos de nuestros ojos – le dijo – Solo... olvidemos lo malo que ha pasado y continuemos nuestro viaje –

El rostro de Xiao Xingchen era hermoso. Si podría dársele una palabra entonces Song Zichen elegiría pureza. Tomó la mano de Xiao Xingchen y luego besó el dorso. No supo por qué lo hizo, pero era algo que deseaba hacer desde hace mucho tiempo.

- Continuemos nuestro viaje, mañana empezaremos de nuevo –

- Tendrás mucho trabajo Zichen – le dijo, comiendo con gusto – ahora tú me dirás que tan bellas son las montañas para poder hacer nuestra secta –

- ¿Los Daozhang buscan hacer su propia secta? – preguntó la chica, recibiendo un asentimiento de ambos - ¿Puedo ser parte de su secta? ¡Soy muy fuerte! ¡Puedo ser muy fuerte como mis maestros! –

- Mi maestra decía que los estudiantes que desean aprender siempre son los mejores – dijo Xingchen – El que seas ciega, como yo, no debe hacerte sentir débil ante los demás... ni con más dificultades – Zichen miró a la chica levantando una ceja, ella solo fingió no verlo – Si quieres ser una cultivadora... seremos tus maestros –

La chica se levantó de inmediato de un salto y gritó al cielo con triunfo. Y Song Zichen pensó que las noches de angustia sin su compañero de blanco habían valido la pena.

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Se acomodaron alrededor del fuego. Xingchen se quitó sus túnicas exteriores para dárselas a Qin, quien las tomó con gusto, además de ver que el Daozhang de negro se estaba quitando las suyas para ponerla sobre los hombros de Xiao Xingchen.

- Zichen... -

- Mn –

- Te extrañé mucho – 

Besos de Luna y Nieve SongXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora