Los personajes del juego Twisted Wonderland reaccionando a diferentes cosas: propuestas de trabajo, declaraciones, se acaba la batería del celular, las opciones son infinitas!!
NOTA: ya no se reciben pedidos, pero se aceptan sugerencias.
*Twisted Wo...
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Jack Normalmente, su entrenamiento empezaba más temprano, pero debido al maratón de Stranger things que había tenido esa tarde con sus amigos terminó retrasándose. Sus compañeros de dormitorio ya habían salido del vestuario, por lo que estaba completamente solo. Estaba por guardar sus cosas en el casillero cuando se quedó a oscuras.
-Muy gracioso- dijo sin dejar de hacer su actividad, creyendo que era una broma de sus compañeros. Cerró el casillero y se dio la vuelta, fue cuando noto algo raro. Seguía en el vestidor, pero al mismo tiempo era diferente, olfateo el aire, solo una extraña humedad lo rodeaba. Camino un poco, cerca de un espejo, pensó ver algo.
-¿Apenas vas a entrenar? -
Jack cerró los ojos y al abrirlos la luz había regresado. Leona lo miraba con fastidio, - Oye, no me ignores.
-... ¿Qué fue eso?? -
Ruggie El chico hiena estaba en el cuarto de lavado, ajeno a lo que algunos estudiantes estaban pasando en ese momento, él solo quería acabar lo más pronto esa carga. Escucho el ruido que indicaba que la lavadora había terminado, tomo la cesta y comenzó a acomodar la ropa. "Así se te va a arrugar" una voz femenina le reprendía.
El chico se espantó, no solo porque no esperaba compañía a esa hora, ¿habían recibido alguna visita sorpresa? Ruggie busco a aquella mujer, al no encontrar a nadie asumió que era su estrés, jugándole una mala broma.
Fue al exterior, comenzó a tender la ropa olvidando lo que había pasado. Ya le faltaba poco cuando una de las camisas de Leona se calló del tendedero. El chico refunfuño, fue hasta la prenda rogando porque no se hubiera ensuciado, no había terminado de colgarla nuevamente cuando lo mismo pasó con otras prendas.
Ruggie no entendía qué pasaba, la ropa parecía tener vida propia, de repente toda callo al mismo tiempo dejando ver a alguien. A unos metros del chico una figura cadavérica lo miraba. La hiena quería correr, pero sus piernas no le respondían, aquel sujeto se abalanzó sobre él, pero antes de que pudiera tocarlo una figura femenina lo tomó del brazo y echaron a correr.
Se alejaron lo suficiente antes de detenerse. - ¿Estás bien? - preguntó la mujer al menor, Ruggie sabía que conocía aquel rostro, tuvo una idea de quien era, pero temía estar en lo correcto.
-¿Mamá?
La mujer lo miró con cariño, iba a tomar su rostro cuando algo la atrapó, la madre de Ruggie solo tuvo tiempo de empujarlo lejos. -¡Corre!
De repente un olor dulce invadió su olfato, el chico se talló los ojos y al volver a abrirlos solo vio a Leona mover un paquete de donas frente a él. -Je, empezaba a creer que nada te despertaría- decía aventándole el paquete. Ruggie suspiro, sacó una dona y le dio una mordida en silencio. Leona notó que algo andaba mal.
-Oye, ¿ahora que tienes?
Ruggie rio, dando otra mordida a la dona, - Nada, ¿por qué tendría que tener algo?, estoy vivo... Estoy vivo... - decía el chico, aunque seguía riendo, había empezado a llorar.
