Vínculo

1.7K 202 29
                                    

Normalmente sentiría envidia de todos, que todos estuvieran tan felices, tan unidos y yo aquí, solo.

Pero...ya no me siento solo, siento que siempre estaré acompañado.

Hace no mucho tiempo comencé a notarlo, la compañía que el me da, es lo que me hace sentir bien.

Cuando posa sus frías manos sobre mi cabello, en un tenue juego, o cuando jugamos escondidas tal como unos niños pequeños.

Aunque sean juegos infantiles, estúpidos y sin sentido, me siento realmente animado, realmente divertido.

Con el paso del tiempo, he aprendido a usar mis alas, y pensaba que mi felicidad era únicamente provocada por el regreso de mis alas, pero me he dado cuenta de que no es así, me he dado cuenta que...es Jack Frost el que hace emanar mi felicidad.

Jugueteamos muy amenudo, siendo regañados por Norte y Conejo, haciendo rabiar (enojar) a los duendes, metiéndonos en problemas, aún más ahora que he vuelto a volar.

Y esa sonrisa tan pura y blanca como la nieve, hace revolotear las mariposas de mi estómago, pero no puedo comprender...¿Como? O ¿por que?

Tal vez estoy confundiendo las cosas, tal vez solamente me dejo guiar por este nuevo sentimiento...lo cual es irónico, porque siendo el guardián del amor...ahora, he descubierto el amor.

-¡Las traes!-Comenzó a correr, huyendo de mi, mi apreciado Jack Frost.

-¡Vuelve aquí!-Lo seguí por toda la jugueteria, de verdad es muy astuto para escabullirse entre los juguetes-¡no seas tramposo!-Me quejé en cuanto mi querido amigo, congeló el suelo, sabiendo que yo no domino bien el andar sobre hielo.

-¿Trampa?, ¿quién ha hecho trampa?-Rió, se perfectamente que se intenta burlar de mi-Ven aquí, pajarito-Hizo el ademán de brazos de gallina.

Eso es, ¡pajarito!.

Extendí mis alas, comencé a revolotear y me elevé-¡ahora si te voy a atrapar!-Lo comencé a perseguir.

Lo seguía por los pasillos, por los cuartos, hasta por el techo de la jugueteria, pero no se piensa rendir.

-¡ven aquí!-Casi que lo lograba, casi que lo agarraba, pero mi preciado albino fue más rápido  y congeló mis alas-¡no!, ¡espera!-Obedeciendo las leyes de la gravedad, caí en bruto sobre un montón de juguetes, el estruendoso sonido que esto emitió, atrajo a Norte.

-¡Por la luz de la luna!, ¿¡que sucedió aquí!?-Norte posó sus manos sobre sus mejillas, haciendo una expresión de horror que me hizo soltar una carcajada mental.

-Culpa de Frost, me congeló las alas-Le mostré mi evidencia.

-¡no me culpes a mi!, tu fuiste quien decidió ponerse a volar dentro de la juegueteria, yo solamente me las idee para salirme con la mía-Se cruzó de brazos, Frunciendo sus rosados y delgados labios, dirigiendo su cristalina mirada hacia la mía, creo que de verdad me tiene engatuzado.

-Para empezar, ¿por qué volvieron a jugar en la juguetería?, teníamos un trato, los dejaría quedar a "ayudar" solo si no hacían desastres, y miren esto, luce mucho como un desastre-Se cruzó de brazos.

-Bueno...me encargaré de ordenarlo, no te preocupes, solo relajate y ve a descansar un rato-Propuse, con una maravillosa idea en la mente.

-Conozco esa diablilla sonrisa, ¿que planeas hacer en mi ausencia?-Norte sostuvo su mirada en la mía, interrogandome con sus arqueadas y pobladas cejas.

-Ordenar, eso planeo-Sonreí, sacándolo (por fin) de aquel pasillo, dirigí mi mirada a Jack, quien ya jugaba con su nieve-Oye niñato, ayudame a ordenar todo esto, es tu responsabilidad también-Aclaré con una sonrisa en el rostro.

-¿Por qué ordenar?, si me lo pidieras, me escaparía junto contigo-Se levantó y se acercó a mi, casi asechando.

-¿Y a donde me llevarías?, Frost-Lo desafie con la mirada, mirada la cual entendió perfectamente.

-¿Por qué no lo averiguamos?-Me agarró entre sus firmes brazos, a lo cual, reaccioné por espantarme-¡viento!, ¡llévame a casa!-¿Como?.

-¡Espera!, ¿¡que es esto!?-Grité asustado, viendo como una corriente de viento, nos arrastraba hacia quien sabe donde-¡Jack Jack!, ¡Por favor no me sueltes!, ¡solo del miedo no volare!-Me aferré a el.

-Tampoco es como si pudieras, tus alas siguen congeladas-Dijo con total sinceridad y calma-¿por qué no disfrutas de la vista?, tardaremos un poco en llegar, ya que es bastante lejos, ¡podrás ver un montón de paisajes!-Exclamó, dirigí mi mirada hacia su rostro, el cual sostenía una agradable y cálida sonrisa en la comisura de sus labios.

Giré mi cabeza, viendo las hermosas montañas repletas completamente de una amigable nieve, también se veían árboles tapados en el manto del frío y la escarcha-Así que con esto te referías a días nevados...-Admiré las vistas.

-Si...¿Nunca habías visto uno?-Lo miré mejor, su cabello se mezclaba perfectamente con la situación.

-¡claro que no!, en mi hogar no nieva, si nevara, los dragones cálidos morirán de frío-.

-¿y hay dragones de clima frío?-Ladeósu cabeza, haciéndome recordar a un can.

-Quedan unos cuantos, pero ellos se refujian en lo más profundo de las cuevas subterráneas,¡cuevas las cuales tienen muchos misterios!-La sonrisa que se posaba en mis labios, desapareció cuando bajamos a tierra, digamos que azotamos contra un techo, debido a lo distraídos que estábamos.

-¡Rayos!, ¿estas bien?-Me tomó entre sus manos, inspeccionando cada parte de mi cuerpo con delicadeza, sus manos son frías...pero llegan a parecer cálidas-Gracias a la luna que no estas herido...no se que haría si te llegara a pasar algo-.

-No exageres Jack, mejor dime donde estamos-Observé el lugar, parecía un pueblo, un poco simple pero...¿Tendra algún valor sentimental?, puede ser.

-Aún no estamos en el lugar, por aqui, sígueme-Comenzó a avanzar, adentrándose en el frondoso bosque nevado.

Lo seguí con cautela, algunas personas aún suelen recordar mi existencia.

-Y llegamos, te presento, ¡el lago congelado!-Se posó encima de un lago congelado que había en medio del bosque, lo miré sin entender el motivo de aquella visita-Aquí fue donde yo me volví un ente, el ente de la diversión-

...¿¡Como!?

Hijo de...Conejo (Jack Frost x Male Reader). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora