DE ALPHAS Y CELO

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Los hospitales son lugares tan fríos, no importa porque venga, a qué hora lo haga o quien me acompañe, los hospitales son siempre así.
- Todo está arreglado, puede irse pero guarde reposo los siguientes días, si necesita ayuda de otro tipo nuestros psicólogos están disponibles las 24 horas, solo marque el número que aparece en la tarjeta

¿Que se supone que diga?
Aferrada a mis resultados, salgo con lágrimas en los ojos del hospital, ¿Cómo es que yo acepte esto?

¿Cómo me deje hacer esto?
Sin levantar la mirada del suelo camino distraída por la acera, mis manos están frías, el invierno está aquí y las decoraciones de navidad están remplazando las de Halloween.

Navidad ~

¿No se supone que deba visitar a mi familia?
La familia...
Mi pecho duele mucho más que mi cuerpo y pese a mi ropa cálida aún siento ese frío, el frío de la camilla, el frío de los guantes de látex y el frío de su mirada al pedirme que me deshaga de esto.

Sé que debería ir a casa, que debería estar en mi cama ahora mismo imaginando que soy cualquiera, que todo va bien y que no soy está versión de mi misma, pero quiero verla a ella, quiero que me consuele.

Inconscientemente termine frente a mí universidad, sentada en las bancas metálicas que nadie quiere usar por el clima, no los culpo, todos queremos ese calor familiar que da estar seguro en casa.

Las lágrimas ya no me dejan ver nada, pero está bien, todo está bien.
Algo en mi quiere quedarse a llorar todo el día aquí hasta que Clarise venga a salvarme, pero eso no pasará, así que en este estado solo puedo llorar, solo pienso que nunca había llorado tanto en mi vida y si será posible morir de este dolor.

- disculpe... ¿Se encuentra bien?- una voz joven me habla desde atrás - tiene un rato que la estoy viendo y no se a movido.

Cuando volteo para poder ver quién me habla, puedo notar que es un chico de no más de 14 años, pero no cualquier tipo de chico, por su altura y forma de pararse me atrevo a decir sin temor a falla que es un alpha joven.

- Si, corazón, gracias.

Mi voz entrecortada por el llanto es una total basura pero no me importa.

- ¿Quiere ayuda en algo?

Pregunta con inocencia a lo que niego con la cabeza sutilmente, sin atreverme a alzar la voz.

- Ya veo...- el mira fijamente mis manos y brazos que permanecen fuertemente abrazados a mis papeles con el sobre del hospital- o quiere hablar. Me han dicho que soy bueno para consolar, inclusive si usted tiene una enfermedad muy grave, todo tiene solución.

Molesta bajo mi sobre a mis piernas mirando de mala manera al niño, ¿Este mocoso que se a creído para hablar desde su ignorancia sobre mi dolor?
Quiero responder mal, quiero decirle que se vaya a la mierda, que el no sabe un carajo de la vida y que esa actitud solo lo meterá en problemas que no son suyos.

Pero no lo hago, solo lo miró, él... Tiene una mirada adorable, tan joven.

- Yo... No creo que sea algo bueno que hables con extraños en la calle con tanta familiaridad cómo lo estás haciendo.