DE ALPHAS Y CELO

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De camino a casa el viaje es muy silencioso todo parece indicar que incluso Natt se dio cuenta de que es lo que pasó, puedo notar sus ojos que viajan por todo el auto tratando de no mirarme, quizá sea mentira decir que él no está preocupado, pero yo tampoco me siento con el valor para hablar primero, yo misma se lo dije, entre en celo, el alpha que me tocó estaba en el hospital y obviamente sacaron provecho de mis bajos instintos, si unes las piezas todo es muy obvio...

-entonces...- él es el primero en romper ese silencio con una voz tan suave que resulta infantil- ¿Te marcaron?

Su clara preocupación me duele, mi pobre niño salió de noche, se enteró que estaba en el hospital y ahora me lleva a casa.

- No, no tengo un vínculo por suerte, solo me... - me ¿Que? ¿Qué de todo lo que me pasó hoy debo decir? ¿Me violaron? ¿Me mordieron hasta sacar sangre? ¿Me hospitalizaron? ¿Me Qué?- me dieron unos anticonceptivos después del incidente para evitar problemas futuros y me cambiaron el medicamento por algo más fuerte.

-¿Incidente? ¿Al menos sabes que alpha fue?

Inconscientemente me arrinconó en el asiento del auto para poder mirarlo bien y a la cara.

- Si, la conociste...

Su cara no pasa de ese estado de preocupación, pero por un segundo creo ver un destello de irá y con justa razón.

- Me estás diciendo que el hospital dejo a una Omega sola con el alpha que se aprovechó de ella. Eso no es nada moral...

-A decir verdad... Ella fue quien me llevó al hospital, según ví... Ella decía que me desmayé durante el celo cuando... ya sabés, estaba sobre su cuerpo.

Natt ya no sabe cómo mirarme, sus ojos se mantienen fijos en el camino y puedo notar como muerde fuertemente su lengua para dejar de regañarme.

Él, contrario a lo que cualquiera pensaría de mi, Natt es un alpha, diferente a todos los que me han rodeado hasta ahora, es mi primer amigo en esta ciudad y la única familia que me queda.
Yo lo entiendo, el me entiende, aunque muchos piensan que somos una pareja, lo cierto es que nunca congeniamos en ese sentido, el sentimiento inmoral de besar a tu hermano nos llenó por completo cada que lo intentamos, somos mejores amigos, casi hermanos y él al igual que un hermano menor no sabe cómo reaccionar a qué a su hermana le hicieron daño.

En un golpe de valentía me acerco hasta su mano, tomándola con fuerza con la intención de hacerle saber que no debe preocuparse, que todo está bien, pero a él parece no calmarlo, así que el resto del viaje es en silencio.

Cuando por fin llegamos a casa yo soy la primera en intentar bajar pero apenas me pongo en pie un aullido de dolor sale de mi boca mientras puedo ver cómo poco a poco caigo al suelo frío.

-¡Meg!- mi dulce Natt no tarda en llegar a mi- Te voy a cargar, perdón si te duele.

En este punto no sé si reír de el o solo dejarme cargar, así que hago los dos, con la cabeza acomodada en el pecho de mi mejor amigo empiezo a reír de mi desgracia en un claro intento de no llorar del dolor, cuando finalmente me carga me hace entrar en mi casa, dejándome en la sala de estar, con uno de mis gatos viéndome fijamente sin saber quién soy.

No lo culpo, apesto a un alpha, incluso yo puedo sentir su sucio aroma en mi piel.

- ¿te parece bien que te des un baño mientras te ordeno algo de comer?- Natt vuelve a hablar mientras toma asiento en el sofá frente a mi dejando que los gatos se suban en él- así podrás estar en cama antes de las 12.

Una ducha. Realmente amaría una ducha en estos momentos.
Sonrío con ternura a mi mejor amigo y asiento ante la idea.

- ¿te parece que huelo mal?