Capítulo 17

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Durante la noche, Heeseung se quedó junto a Jungwon en ese horrible lugar, de algún modo había logrado vestir a su pequeño cuando este estaba ya dormido. Una vez lo logró y lo sentó entre sus piernas, con el cuerpo de Jungwon casi hecho un ovillo sobre el suyo, se quedó dormido, pasando la noche entera ambos enroscados en ese rincón de la casa abandonada. A la mañana siguiente el mayor estuvo muy feliz de ver a su pequeño despertar sin un horrible resfriado y él, sin contar con la herida que le fastidiaba, estaba bien también. Sacó su celular, marcando el número de Sunghoon, realmente no tenía ganas de hablar con Ni-ki, y seguro no lo haría en muchísimo tiempo.

—¿Por qué mierda me llamas si no son ni las seis de la mañana, Heeseung?

—¿Quizás porque estás durmiendo en mi cama? O tal vez ¿Por qué estoy encerrado en un estúpido lugar a punto de morir de hipotermia con una maldita herida abierta?— Sunghoon se terminó de despertar cuando escuchó los casi gruñidos por parte de su amigo, quitando el brazo del cuerpo dormido de Jake, sentándose en la cama, dejando que el frío del suelo roce sus pies.

—Sí, son buenas razones—. Park se levantó, tomando su pantalón y colocándoselo—. ¿Encontraste a Jungwon?

—Por suerte sí, está aquí conmigo.

Quizás a Sunghoon le sorprendería un poco el cambio en el tono de voz de Heeseung, de gritarle hasta parecer la voz de los orcos en El Señor de los Anillos, a esos idiotas enamorados de las películas como Tres metros sobre el cielo o sabrá Dios qué, a Sunghoon solo le gustaba el Señor de los Anillos. Escuchó el pequeño gruñido de su rubio en la cama, estirándose y meneando la cola a la par con sus esponjosas orejas rubias. Sunghoon se acercó, cubriéndolo bien con las frazadas de la cama y dejando un suave beso en la cien de su gruñón novio.

—¿Y está bien?— Terminó con el jean, buscando donde sea que haya dejado su camisa roja a cuatros—. Quiero decir, ¿Estás bien? ¿Te duele mucho? ¿Llevo una ambulancia?

—No, estoy bien—. El cálido tono de Heeseung le hizo saber a Sunghoon que seguro estaba admirando a su minino dormir, porque era lo más probable, Jungwon era un gatito, los gatos no suelen levantarse tan temprano, o Jake era el único vago, quien sabe—. Solo necesito que me ayudes a salir de aquí, el lugar por donde entré me raspó la piel y bueno, ya no sangra, Jungwon se encargó de eso, pero no quiero salir con otro igual, así que si puedes traer un fierro o algo para ayudarme, te lo agradecería.

—Como los viejos tiempos, eh—. Ambos sonrieron, recordando sus travesuras de más jóvenes—. ¿Puedo dejar a Jake aquí o eso cuenta como un "Desalojen mi casa y no se olviden de limpiar"?

—No, por mí no hay problema. Tengo mi auto cerca, solo quiero salir, Hoonie. Te dije que tengo planeado llevarme a Jungwon a un mejor lugar, pero por ahora mientras más alejado esté de la zona donde se supone que está Jungwon, mejor. Iré a ver a mi madre.

—¿Con Jungwon? ¿Estás loco?

—¿Una mejor idea que aportar, Park?

—¿Y Ni-ki?

—Tengo llamadas perdidas de él, no le he contestado, creo que con esto sabemos que no puede con la responsabilidad, así que iré con la mujer que sabe mantener a seis hijos sin contarme a mí y no perder la cabeza, seguro Jungwon le encantará.

—Tu mamá es grosa.

—Sí, bueno, tiene que pagar por sus años ninfómanos.

Ambos soltaron grandes carcajadas, pero Heeseung se calló cuando sintió a su pequeño removerse en su regazo. Él no tenía problema con bromear de esa forma sobre su madre, ya se lo había dicho a la cara muchísimas veces, y es que tres compromisos diferentes y siete hijos no era algo que cualquier mujer en Corea pudiera hacer, encima continuar siendo tan fuerte, paciente y luchadora. Sus seis hermanos menores aún vivían con su madre y vaya que los amaba, pero ir a esa casa era literalmente visitar una guardería, de no ser por Xiaoting y Lía, que estaban entrando a su etapa de rebeldía.

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