Marinette
Martes. 08:50 AM.
Por más que echo a andar el pequeño hámster en mi cabeza, las cuentas no me dan. Hace menos de veinticuatro horas, Max y yo caminábamos hacia la sala de castigo para el cumplimiento de un delito injustificado. Minutos después, la ambulancia se lo había llevado. Y en menos de un par de horas más tarde, lo declararon muerto.
17 años, con toda una vida por delante. Así nada más.
Me acomodo en mi asiento, la esquina de la última fila de la clase de biología. Rápidamente siento la mirada de veintinueve personas hacia mí. Me siento como si fuera la atracción monstruosa de una antigua feria... ya sabes. Cuando la gente hacía aglomeración alrededor de la mujer barbuda o el hombre con cabeza de cocodrilo.
Anoche, para la hora de la cena, la noticia de la muerte de Max se esparció como si fuera una plaga. Todo mundo estaba hablando sobre él, sin necesidad de que él hubiera hecho una actualización en la Miraculous App.
Que si somos honestos... Era la única razón por la que hablaban de él.
-¿Estás bien? ¿Cómo lo estás llevando? - me pregunta Jacqueline, estira su brazo hacia mí y me da un ligero apretón en la mano. Le sonrío casi imperceptiblemente. Siento que si digo una palabra más, vomitaré hasta lo que comí en la navidad pasada. Luego de que anoche Adrien me dejara en mi casa, bebí un poco y el alcohol me hizo efecto rápido.
La ventaja, era que mis padres no estaban. Pero mi hermana Brigitte, sí. Se encargó de quitarme el efecto con toneladas de café caliente. Necesitaba estar cuerda para hablar con ellos y contarles qué fue lo que pasó.
Cualquier torpeza o nerviosismo que cometí, fue consecuencia de una situación traumática.
La campana de final de clase suena, pero nadie se levanta rápido, agradeciendo al cielo por una clase menos en el día. Todos se quedan sentados, en silencio. Como esperando algo.
La profesora Bustier se levanta de su lugar y se coloca al frente de la clase, de seguro está por dar un anuncio.
-Este es un comunicado de la dirección de la escuela Françoise Dupont. Ayer por la tarde, Max Kanté, uno de sus compañeros, sufrió una grave reacción alérgica. Y a pesar de que fue trasladado de inmediato al hospital, fue tarde para poder hacer algo más por él. Por lo que Max murió en el hospital poco después de haber ingresado -
El aula entera sigue en absoluto silencio. Un suave sollozo es acallado un poco más al frente. Y todos tenemos el celular en la mano. Al carajo el reglamento, al menos por hoy.
Abro la Miraculous App en mi teléfono, con la esperanza de leer la jugosa actualización que Max me presumió que pondría. Pero lo único que hay, son los chismes de la semana anterior. Y algo que admirarle, es que ni siquiera por ser la semana anterior de únicamente cursos, perdonó a sus víctimas.
Nuestra queridísima tortuga NL, ha sido visto merodeando por las duchas de las porristas. ¿Quién será la bella chica con la que le pone cuernos a su novia? ¡Y no! ¡No se dejen engañar! Que AC estuviera en el equipo de las zorras, no la hace una.
Y hablando de zorras, tenemos a LR, quien al parecer terminó con su octavo novio del año. ¿Será que tiene a alguien en mente para quitarse la soledad? Fuentes dicen que un mono le caería bien. O un gato. O una serpiente.
Lo peor de la Miraculous App, es que fuera lo que fuera, podías tener la certeza de que era cierto. No había vuelta atrás. Si la aplicación de Max te señalaba, toda la escuela también lo hacía. Max empezó con la app el año pasado, luego de pasar un verano en un campamento de informática. Y obviamente, era el único que tenía permitido subir contenido.
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Miraculous App
FanfictionDicen que todo el mundo tiene secretos, pero... ¿De que serías capaz con tal de ocultarlo? El primer día de clases, un grupo de estudiantes fueron llevados a detención. Un par de horas más tarde, sólo cuatro salieron vivos. Max Kanté, el creador d...