Marinette
Lunes. 7:30 AM.
Es lunes. El primer lunes de octubre. Y tal como siempre, me preparo para ir a la escuela. Me levanté a las seis de la mañana y salí a correr durante media hora. Necesitaba despejar mi mente por un rato.
Cuando vuelvo a casa, me espera un desayuno preparado por mamá. Huevos, tocino, pan tostado con mermelada y jugo de naranja. Después me duché y me arreglé. Y justo antes de salir de casa, reviso si no tengo correos electrónicos sin leer, meto los libros necesarios en la mochila y me cercioro de que la batería de mi teléfono esté al cien por ciento.
Esa es mi rutina de cada inicio de semana. Sólo que hoy hay una diferencia.
Enorme diferencia.
Iré a reunirme con una abogada.
Su nombre es Susan Haze. Y a palabras de mi padre, es una abogada brillante y exitosa, especialista en casos criminales. Y aún así, no es famosa.
No del tipo que la gente rica reconoce al instante cuando se atoran en un lío y pagan aquello que el dinero puede comprar. Susan llegó a casa, puntual como un reloj y me dedica una sonrisa a la vez que Bridgette la lleva a la cocina. Es rubia, de ojos azules y delgada. El traje oscuro que porta, contrasta a la perfección con el tono blanco de su piel.
Se sienta en uno de los bancos de piel que tenemos en la isla de la cocina. Y serenamente, nos observa a mis padres y a mí, que estamos frente a ella.
—Es un placer, Marinette — me dice con amabilidad. —Debemos hablar sobre lo que te espera hoy en la escuela y de cómo lidiar con eso —
Si, la escuela se volvió algo con lo cual lidiar. Susan entrelaza sus manos y emite un pequeño suspiro antes de dirigirse hacia mí.
—No estoy segura si la policía cree que realmente ustedes cuatro planearon todo esto. De lo que sí estoy segura, es que pretendían tomarlos por sorpresa y ver si conseguían sacar algo de información útil. Eso nos da a entender que probablemente, sólo tengan pruebas circunstanciales, sí es que tienen alguna. Si no se acusan entre ustedes y sus versiones coinciden, la policía no llegará a nada y tendrán que cerrar el caso como muerte accidental—
Todo lo que ella dice, parece tener sentido. La opresión que siento en mi pecho, consigue disminuir un poco. Creo que es buena señal. Pero hay algo que...
Suspiré.
—¿Incluso aunque Max estuviera a punto de publicar esos rumores sobre nosotros? ¿Incluso con todo lo que se sigue publicando en la Miraculous App? —
Ante mi pregunta, que parece que le sonó absurda, Susan se encoge de hombros con ligereza.
—A final de cuentas, esos sólo son rumores y amenazas cibernéticas. Sé que ustedes los adolescentes se lo toman muy en serio, pero en el mundo de la justicia, no se tienen demasiado en cuenta, a no ser que haya pruebas sólidas detrás de todo eso. Lo mejor que pueden hacer, es no hablar mas del asunto. Ni con la policía, obviamente. Ni en la escuela—
—¿Y si nos preguntan?—
—Di que pediste asesoramiento legal y que no puedes responder nada sin que tu abogada esté presente—
Mi mente maquina una interesante conversación con el director Damocles. No sé qué tanto sepa la escuela de todo este asunto, pero el tener una abogada pisándome los talones... de seguro encenderá ciertas alarmas.
—Dime Marinette— Susan llama mi atención de nuevo.
—¿Te llevas bien con los chicos involucrados en esto? Chloe, Luka... ¿Adrien?—
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Miraculous App
FanfictionDicen que todo el mundo tiene secretos, pero... ¿De que serías capaz con tal de ocultarlo? El primer día de clases, un grupo de estudiantes fueron llevados a detención. Un par de horas más tarde, sólo cuatro salieron vivos. Max Kanté, el creador d...