Mafia.
Prólogo.Recordaba con claridad aquel momento en el cual lo conoció, sinceramente la llegada de aquel joven de cabellera dorada fue más que nada como la llegada de un ángel, era como si Dios hubiera perdonado todos sus pecados para entregarle una segunda oportunidad y ese muchacho era un "adelante hijo, confío en ti" si, parecía estúpido pero eso pensaba él de Sanji.
Lo miraba atento, aquel joven de cabellera rubia estaba plácidamente dormido en su cama, arropado en las blancas sábanas mientras usaba la pijama de seda de él, le quedaba grande, como unas dos o tres tallas, sobre todo la parte de arriba, río un poco al ver la parte del pecho, si, su ropa en él se veía enorme.
Seguía sentado en una silla mirándolo con detenimiento, respiraba tranquilo, su pecho subía y bajaba a un ritmo suave, mientras sus cabellos cubrían sus ojos, nunca le gustó que el joven ocultara uno de sus ojos, le parecía molesto, fue por ello que aprovecho para acomodar sus cabellos y mirar por unos instantes sus cejas, aquel par de remolinos siempre se le hicieron curiosos, eran interesantes si lo pensaba bien.
Cerro sus ojos unos instantes, no estaba dormido, solo los cerro unos instantes.Recordó la vez en la cual lo conoció, estaba en la azotea del colegio, en su mochila solía llevar un termo con agua caliente la cual siempre estaría lista cuando la necesitaba, también sopa instantánea, se había sentado en su lugar secreto y precedió a vertir el agua caliente en aquel vaso, espero 3 minutos y comenzó a comer tranquilo.
—¿¡Qué mierda haces!? ¡Eso no es comida! ¡Ten, te doy de mi almuerzo! Es mucho mejor que esa porquería instantánea.Siempre metiéndose donde no debía, tomando incluso la costumbre de cocinarle, sus días en el colegio eran tan dulces a su lado, Dios, de haber sabido lo que iba a ocurrir después, ¡pudo haberlo detenido!, pero no...solo se quedó ahí, en silencio mientras se marchaba.
Oh dulce ángel, mirate ahora, no cabía la menor duda, debía protegerlo, incluso de su propia sangre, tan dulce y hermoso, como una rosa de azúcar, tan fácil y hermoso... él era una rosa, una rosa arrestada, no era su rosa cautiva.
Y si era necesario, movería a todas las fuerzas del mundo por él.
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Mafia.
FanfictionZoro conoció a Sanji en la azotea del colegio, fue un encuentro un tanto casual, sin embargo por ciertas circunstancias en la época de lluvia perdió contacto con aquel joven por alrededor de dos meses, mismo tiempo donde pensó que el joven ya lo hab...