Sanji se había quedado dormido, parecía que toda aquella actividad y lo sucedido hasta hace poco habia drenado por completo su energía.
Zoro por su parte estaba sentado en el piso mirando hacia la cama, estaba preocupado, sabía que hizo mal, después de todo lo atacó en cuanto tuvo la más mínima oportunidad. Suspiro meciéndose suavemente en el piso mientras frotaba las palmas de sus manos sobre sus hombros tratando de calmarse, cerro sus ojos soltando un largo suspiro, después de todo había herido a la única luz de su vida.
La persona que lo salvó.
Hace dos meses atrás.
.
.
.
Era una mañana tranquila, el joven de cabellera verde se movía entre las sábanas, esa mañana era fresca, aún faltaba para que su despertador sonará por lo cual trataba de conciliar el sueño otra vez para descansar con mayor tranquilidad. Sin embargo su celular le obligó a cambiar sus planes en cuanto comenzó a sonar, lo apago. Perder un día de clases no sería malo.
Pero, oh sorpresa, aquel reloj de mesa super inteligente comenzó a sonar, aquel despertador en cuanto sonaba activaba unas pequeñas ruedas que lo impulsaban a moverse por toda la habitación, para que después de unos minutos comenzará a lanzarle pequeños dardos para que se levantará a apagarlo, a veces creía que su padre lo odiaba a muerte por haber comprado aquel horrendo artefacto por internet.
Estaba harto, se levantó de mala gana tomando aquel artefacto entre sus manos mientras lo miraba, este seguía sonando.
--¡Apaga esa mierda ya Zoro!--le gritó su hermana, Perona.
--¡Ya lose mierda!--respondió mientras le daba vuelta para apagarlo, apesar de tener un diseño tan lindo, el cual era de un gatito con sombrero de mosquetero y rostro enojado, cuando llegó creía que era para su hermana, no para él, pero claro quién llegaba tarde siempre era él, porque su hermana estaba harta de los regaños de los profesores por lo que se iba antes.
--¡Date prisa! ¡El chófer llegará pronto y no pienso seguir haciendo tu almuerzo!
Había una cosa más, Perona y él no vivían en la misma casa, ambos vivían en departamentos separados, ya que su padre creía fielmente en que "la individualidad, los formará como personas excelentes" aunque más que nada fue porque su hija le hizo un berrinche porque quería todo un departamento con cosas negras, rosas y sobretodo muy lindas, Zoro era alguien más tradicional. No cabía duda que era un misterio como aquel hombre podía soportarlos a los dos.
Escucho como la joven salió azotando la puerta, él solo fue por su uniforme para vertirse rápido, lavo su rostro y dientes para luego salir. En su mochila metió sus libros y libretas, después un paquete de fideos coreanos, si a Zoro le gustaban mucho por lo que los pedía de forma constante en internet, seguido de ello su fiel amigo, un termo con agua hirviendo la cual estaría a la misma temperatura hasta la hora del recreo.
Salió de la casa con su mochila en el hombro, sabía que estaba a tiempo porque su hermana lo esperaba en la puerta, después de regañarlo porque según ella, "mini papá" despertó a todo el complejo departamental. Ambos salieron, aunque más bien Perona fue quien lo anduvo llevando de la mano por las escaleras para que no se perdiera. Al llegar al estacionamiento entraron al automóvil negro, el conductor los saludo con cortesía para luego iniciar el camino.
Zoro miraba por la ventana ignorando a su hermana, apesar de vivir en departamentos simples, debían ir en auto a la escuela, cuando se graduará, él comenzaría a liderar el negocio de la familia.
--hoy, tengo clases de Kendo--hablo de la nada.
--¡Entonces! Yo quiero ir al cine, después de llevar a mi hermano llévame al cine.
--¿Qué no su padre la castigo por exceder la tarjeta de crédito otra vez?
--no...--mintió.
--tengo que consultarlo primero con el señor...
Perona inflo sus mejillas muy molesta, después de llegar a la entrada del colegio ambos bajaron y se dirigieron a sus respectivas clases. Ese era otro día más para Zoro, aburrido y sin sentido.
Se podría decir que su vida era más o menos normal, asistía a la escuela sin falta y llegaba la mayoría de las veces puntal por su hermana y el chófer, después iba a la escuela de kendo, aunque tenía amigos su relación era más o menos amena, ya que aquel par de jóvenes compartían clases con él, tanto en la escuela como en la espada. Cierto también tenía otros amigos, pero con ellos solo almorzaba porque se llevaba con tres de ellos, Nami, Usopp y Luffy, hablaba poco con Chopper un joven que era hijo de dos grandes doctores, rara la vez cruzaba palabra con Robin, pero no le molestaba, con Franky y Brook no tenía problemas, pero no se sentía tan unido a ellos, era como si algo le faltará para sentir su vida completa.
Asistir a clases, escuchar a sus compañeros, comer con Luffy y el resto, salir de clases, ir a casa.
Asistir a clases, escuchar a sus compañeros, comer con Luffy y el resto, salir de clases, ir a la escuela de kendo, volver a casa.
Esto era lo que se repetía con el paso de los días.
Cierto día, decidió no ir a comer con Luffy y el resto, subió por las escaleras dándose cuenta que la azotea de la escuela estaba libre ya que nadie entraba ahí, por lo que podría comer sus fideos instantáneos más tranquilo, ya que antes aunque si los comía, lo hacía en las escaleras donde nadie lo molestará, pero ahora estaba más cómodo.
Había colocado todo bastante tranquilo, estaba listo para poder degustar su comida hasta que...
--¡Oye!--escucho la voz de alguien a sus espaldas, no era la voz de un maestro, no de uno que el conociera y eso que conocía a todos porque se la pasaba perdiéndose y encontrándose con varios de ellos en los pasillos, está voz era de un joven--¿Qué mierda haces? Eso no es comida
Se giró notando a un joven rubio de ojos azules, aquel joven se acercó a él mostrándose serio, parecía que aquel chico tenía algo encontrá de la comida instantánea--remolino--, pero Zoro termino por mencionar lo primero que le llamó la atención de aquel joven y en efecto hablaba de sus cejas.
--¡Jodete imbécil!--le respondió el rubio que lo había atrapado antes de devorar su tan preciada comida--¿Acaso tu madre no te enseño modales?, Así no se saluda a una persona.
--mi mamá murió cuando dio a luz a mi hermana y a mi, así que no, no me pudo enseñar--respondió tranquilo aunque eso era una mentira, su madre había muerto en un tiroteo cuando él era más joven, así que por ello no la recordaba con claridad y en su honor su padre les dejo a ambos el apellido de aquella mujer, Roronoa.
--¿Eh? Ah...--aunque claro, esto no lo sabía otro estudiante por lo que ver las reacciones del rubio quién no sabía qué hacer de momento le causó bastante risa, pero debía disimularlo bajo una expresión de completa seriedad, aunque en el fondo era lo opuesto--, yo...lo siento muchísimo
--no hay problema...ya, ya no me afecta ese tema como antes...
Aquel chico ahora se preocupó, se sentó junto a él y le sonrió mientras le acercaba una pequeña caja--¿Tienes hambre? Ten, deberías comer esto.
ESTÁS LEYENDO
Mafia.
FanficZoro conoció a Sanji en la azotea del colegio, fue un encuentro un tanto casual, sin embargo por ciertas circunstancias en la época de lluvia perdió contacto con aquel joven por alrededor de dos meses, mismo tiempo donde pensó que el joven ya lo hab...