Capítulo 5. Viaje.

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Para sorpresa de todos, aquella joven de cabello color rosa había obligado a su hermano de retirarse de la práctica ese día, ya que después de aquel golpe que recibió por parte de un alumno prefería que lo revisará un experto, aunque el peliverde se negaba diciendo que estaba bien, Koushirou su profesor y dueño de la academia donde practicaba también le recomendó retirarse para que descansará un poco.
--- desde el momento en el cual entraste a mi escuela, pude notar que no estabas en forma este día, sin embargo te deje practicar pero veo que cometí un error, te recomiendo que te vayas, te revise un doctor y descanses lo que resta de esta semana, vuelve cuando tu mente este como antes, no quiero otro accidente, después de todo la fuerza de la espada también viene de la mente.
Más que nada se vio obligado a irse porque incluso sus amigos le estaban pidiendo, o más bien gritando, que se fuera a descansar. Y así lo hizo.
Como el chófer tenía los tiempos medidos estaban solos en la entrada de la academia de kendo, fue por ello que Perona le informo que irían al hospital Trafalgar para revisar el golpe que recibió en la cabeza, Zoro acepto caminando detrás de su hermana, aunque claro la menor en varias ocasiones tenía que girarse para ver si su hermano estaba aún ahí y en más de una ocasión lo perdió de vista.
--- escúchame bien idiota, me preocupo por ti, así que no vuelvas a perderte o de verdad me vas a hacer enojar---, le dijo la chica de cabello rosa al mismo tiempo que con ambas manos lo apretaba por el cuello, cuando su hermano le dio un par de suaves golpes con su mano en su muñeca supo que le faltaba el aire por lo que lo soltó.--- ahora, dame la mano ---. Extendio su mano al mismo tiempo que daba aquella orden.
--no quiero, ya estoy grande.
---¿Quieres verme enojada?
Y Zoro tomo su mano.
Ambos caminaban en silencio en dirección al hospital, no estaba tan lejos, pero debido a que Zoro se iba por otros lados Perona tenía que seguirlo para regresarlo por el camino, usualmente a la pelirosa le incomodaba estar en silencio con alguien, por lo que se ponía a hablar, pero era diferente con su hermano, ella podía estar en silencio sin sentirse incómoda y eso le gustaba. Lo miro hacia arriba notando que este no decía nada pero de vez en cuando miraba a otros lados como un niño curioso, siempre le gusto ver ese lado de él.
Llegados al lugar avisaron a la joven que estaba de recepcionista, aquella joven de nombre Lami al ser hija de los dueños por las tardes les ayudaba con la administración, al reconocer a Zoro llamándolo "el amigo, del amigo de mi hermano" está dijo que era una urgencia por lo que pasó rápido.
--- usted...
---¿Qué te ocurre hijo?---, sonrió el doctor mientras lo revisaba al notar que había sido un golpe superficial descarto una fractura.
---se parece mucho a...
--- ¿Water?---. Los hermanos ladearon la cabeza con duda---. Cierto, cierto...no le gusta su segundo nombre, te refieres a Law ¿Verdad?
---si se parece mucho.
---¡Estamos en el hospital Trafalgar!, El doctor se parece a Law, Law se apellida Trafalgar, ¿No es obvio? ¡Él es su papá!--, gritó Perona al mismo tiempo que señalaba, primero el lugar y luego al doctor quién los miraba atentos con una suave sonrisa, estaba divertido con aquella situación---, doctor ¿Seguro que el golpe no lo dejo más idiota?
---estoy seguro que solo es un poco despistado, les voy a recetar algunos medicamentos para el dolor y la inflamación, si se siente mal traiganlo... ¿Y su padre?
---trabajando---. Respondieron ambos.
---ya veo...él siempre fue un hombre muy ocupado ...pero bueno---, mientras hablaba firmó una hoja para posteriormente entregarles la receta médica, sonrió con amabilidad para luego al ver que el peliverde se puso de pie sin problema, además de caminar sin dificultad procedió a despedirlos con una sonrisa al mismo tiempo que movía su mano en señal de despedida---, espero no vuelvan pronto.
Los dos hermanos tomados de la mano volvieron a la entrada de la escuela de kendo, donde por suerte vieron que iba llegando el chófer, por lo que en cuanto detuvo el auto se subieron indicando que los llevará a casa.
Al llegar a su hogar Perona le coloco en su celular varias alarmas indicando el medicamento que debía tomar, además de pedirle, o mejor dicho ordenarle que descansará.
Esto fue fácil de cumplir por parte de Zoro, aunque cada que cerraba los ojos estando recostado en la cama a su cabeza llegaba la imagen de aquel rubio que conoció en la azotea de la escuela.
Ya por la media noche fue a la cocina, sabía de antemano por su padre que debía tener algo en el estómago antes de tomar sus medicamentos, así que preparo su tan amados fideos instantáneos picantes. Cuando estuvo apunto de dar la primera probada recordó a Sanji, rió para sus adentros pensando ¿Qué diría él si me viera?
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Al llegar la mañana se levantó, se baño, lavo los dientes, guardo sus medicamentos y salió del departamento, nuevamente iba con tiempo porque ahí estaba su hermana.
---alto ahí---, le dijo al mismo tiempo que extendía su mano obligandolo a regresar al interior de su hogar, lo hizo sentarse en el sofá para luego comenzar a vendar su cabeza.
---¿Qué haces?
--- protejo tu cabeza, hoy no irás a tus clases con la espada.
---ni siquiera me tocaba ir hoy, además el maestro me dijo que primero me curará y luego fuera.
Perona tenía la intención de golpearlo, pero se detuvo mientras suspiraba, al terminar de vendar su cabeza lo tomo de la mano para salir.
Al salir del complejo vieron como llego el auto manejado por su chófer al abrir la puerta Perona de inmediato soltó un grito, ----¿¡Y este!?
---yo le dije que pasará por él, es un...amigo, irá con nosotros de ahora en adelante a la escuela.
---mientras no me moleste---, respondió con un puchero para luego entrar al auto, seguida de ella entro su hermano.
Zoro noto la atenta mirada de Sanji sobre la chica de cabello rosa quien con aquel puchero aún en el rostro miraba hacia otro lado, trataba de actuar como si estuviera molesta, pero en el fondo le alegraba que su hermano tuviera más amigos. Aunque Sanji planeaba mirar a Perona por todo el trayecto hacia la escuela en cuanto giro su cabeza pudo notar la cabeza del peliverde, por lo que de inmediato se acercó a él.
---¿Qué te paso?---. Le preguntó.
---no pasó nada---, le dijo restándole importancia para luego ver a su hermana, sabía que la chica trataría de inmediato de contarle lo que pasó pero, en cuanto sus ojos se cruzaron supo que era mejor guardar silencio.
---¿¡Cómo que no te ocurrió nada!? ¡Tienes la cabeza vendada!--, casi a la velocidad de la luz el rubio tomo la mochila del más alto abriéndola notando que en esta había varios medicamentos---. Entonces... ¿Esto es nada?
La pelirosa durante todo el camino noto como su hermano trataba de darle vuelta al asunto, ya que de seguro se le hacía vergonzoso la razón por la cual acabo de esa manera, pero ver al chico de cabellera dorada tan interesado en aquel asunto y al mismo tiempo tan preocupado por la salud de su hermano mayor, supo que esto de ir a la escuela ya no sería tan aburrido y el camino que recorrerían sería mucho más interesante.
Por lo cual sonrió. Tal vez llegó la persona correcta después de todo, aunque no sabía si eso sería bueno o tal vez un enorme problema a futuro.

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