Capítulo 6. Plática.

552 56 5
                                    


Habían llegado bastante temprano al colegio, ya que aquella discusión entre los dos jóvenes puso nervioso al chófer obligandolo a conducir más rápido, apenas llegaron frente a las puertas del colegio Sanji tomo del brazo a Zoro obligandolo a salir.
Perona miro con una sonrisa divertida aquella escena para posteriormente informarle al hombre que hasta nuevo aviso llevaría a su hermano a la escuela de kendo, así que solo asintio esperando que la joven bajara del auto, aunque la chica pelirosa estaba más interesada en ver de lejos aquella escena un tanto bizarra. Pocas veces tenía la oportunidad de ver cómo alguien que no fuera ella o su padre arrastrarán por el brazo a su hermano mayor.
A medio camino mientras le reclamaba aquel dúo se toparon con los amigos de Luffy y el mismo mencionaron en cuanto vieron a Sanji lo saludaron para luego mostrarse preocupados por Zoro.
---¿¡Qué te paso?!---, exclamaron al mismo tiempo alterados.
---no pasó nada---, dijo al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.
Sus amigos sabían claramente que había algún mensaje oculto dentro de esas palabras, después de todo, llegar con la cabeza vendada  al colegio era signo de que de verdad algo muy serio ocurrió en el transcurso de la tarde/noche anterior, temian que fuera un asunto verdaderamente serio dónde Zoro estuviera involucrado y por miedo a la seguridad de sus amigos no les dijera la verdad, sin embargo aunque trataron de sacarle la verdad el peliverde fácilmente pudo desviar el tema con otras cosas, desde el almuerzo hasta como estaría el clima para volver a casa.
---a todo esto ¿Cómo conocieron a cejitas?---señalo a Sanji quien se giró a ver si había alguien detrás de él, al notar que se refería a el se mostró molesto de inmediato ante la forma en la cual lo llamo.
---esta en nuestro salón---le respondió Nami.
---si, cómo estás en otro salón no te diste cuenta, además ayer no comiste con nosotros, pensamos que te perdiste y comimos sin ti---, se burló Luffy de su amigo ya que era verdad aquel comentario, ya que Zoro tenía pésimo sentido de la orientación era la razón por la cual nunca lo colocaban en las carreras de relevos ya que de alguna forma u otra siempre lograba irse por otro lado, incluso si la competencia era solo en círculos---. Pero me alegra que ahora sean amigos.
---si, ahora somos más---animo con varios saltos Chopper, sin embargo el peliverde había desaparecido por lo que de inmediato todos exclamaron "¿¡Otra vez!?" No había ni comenzado el día cuando Zoro se había perdido.
Tal vez el doctor tenía razón y solo era despistado.
Durante gran parte del día cada maestro que ingresaba al salón miraba con extrañeza a Zoro para posteriormente llamarlo y de esa manera hablar en privado con relación a la herida en su cabeza, ya que verlo herido no era algo muy común para ellos, aunque siempre le hacían las mismas preguntas, tratando de adivinar si alguien dentro de su contexto familiar se le había relaciado alguna herida o si sufría de violencia intrafamiliar, aunque claro el peliverde negó todo este asunto ya que su padre rara la vez estaba con ellos y a eso se le agregaba que era un buen hombre que jamas los golpearía solo porque sí, su hermana tal vez le pegaba, si, pero no lo hacía por gusto, más bien él personalmente se encargaba de acabar con su paciencia y ella de alguna forma u otra liberaban su frustración, a veces dándole un golpe, otras lanzando sus peluches, pero jamás algo que lo lastimará de verdad.
Finalmente había llegado la hora del almuerzo por lo que, como de costumbre el peliverde se fue a la azotea del colegio con la idea de descansar un poco de toda la atención que había recibido a lo largo del día, en cuanto abrió la puerta los rayos del sol lo hicieron ver aquel lugar vacío como de costumbre, sin embargo cuando se adapto al brillo solar noto que ahí estaba Sanji, no quiso mostrarse sorprendido, es más, había disimulado bastante bien sus emociones hasta ese momento por lo que se acercó al rubio sin mencionar palabra alguna. En cuanto se sentó Sanji quien comía una paleta de caramelo le extendió lo que sería el almuerzo que le pertenecía a él, ya que eso era parte del trato.
---gracias---, le dijo al mismo tiempo que lo tomaba, sonrió para sus adentros en cuanto lo abrió notando toda aquella comida que era solo para él.
---sabes, muchos están preocupados contigo, si es tan importante para ti guardar el secreto pudiste solo faltar hasta sentirte mejor o solamente inventar alguna tonta excusa...
Zoro lo interrumpió---, un chico en la academia de kendo me golpeó por accidente, no estaba prestando mucha atención porque era de primero y me lleve un buen golpe, Perona se alteró y me llevo al hospital, aunque le dijeron que no tengo nada ella insistió y me vendo la cabeza, pero no tengo nada abajo de estás vendas---. Lo miro--, vaya... creí que te ibas a reír.
---¡pudo pasarte algo peor, los golpes en la cabeza son muy serios!
---pero no me pasó nada.
---no cabe la menor duda que solo tienes músculo en la cabeza...---suspiro.
---no te preocupes cejas de sushi, estoy bien--, continúo comiendo---. Pero durante todo el día todos me preguntaban si había pasado algo en mi casa, pero no es como si algo así fuera a pasarme de verdad.
---¿Qué quieres decir?
---los maestros decían que tal vez mi padre me golpeaba.
---¿No es así?
---los verdad es que no, él es muy buena persona, rara la vez esta en casa por el trabajo pero le tengo mucho aprecio, se que él no me golpearía por lo mismo, además ¿Qué padre sería cruel con su hijo? No creo que haya...
Los azules ojos del rubio se habían posado en Zoro, noto la serenidad de sus palabras, aquella calma y confianza en torno al tema que tenía relación con su padre, no podría decirlo en voz alta porque sonaria mal, pero había comenzado a envidiarle, el peliverde no solo tenía una preciosa hermana, tenía un padre que lo quería, tenía amigos y era popular en el colegio, algo que era complemente diferente a él porque toda su vida la única compañía con la cual contó fue con su hermana y su madre, fue por ello que miro al cielo, no tenía la intención de decir algo estúpido que terminará en un mal entendido y para colmo él saliera afectado---, sabes Marimo...no tienes ni la menor idea---pero eso fue lo único que dijo.
Zoro no entendía mucho del tema por lo que solo acercó su mano hasta él jalandolo por la cabeza haciendo que la apoyará en su hombro, no dijo nada y Sanji no se quejo.
Pero esa fue la mejor y mas sincera conversación que ambos pudieron mantener. Zoro no era alguien de dar alagos o muchas palabras, Sanji no era alguien que se mostrará triste ante los demás. Pero por alguna razón cuando estaban solos podían hablar sin ataduras o miedo a su propia opinión, porque apesar de ser tan opuestos de alguna forma se complementaban y entendían con solo verse a los ojos.
Y aunque la mayoría de las veces los silencios llegaban a ser incómodos para ellos, estar en silencio gozando de su compañía era placentero, al grado que el sonido del trinar de las aves y la suave brisa era lo más acercado al paraíso en esos momentos.
Un paraíso el cual no sabían cuánto tiempo les duraría.

Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora