La maldición de Rose.[The Movie]

Epílogo: Cumpleaños.

Ya había pasado como mínimo un año desde todo lo sucedido con Eggman, hoy estaban celebrando un día muy especial, un día que cambiaría la vida de todos para siempre.

—¡NO! ¡JULISSA TENDRA UNA FIESTA CON CASTILLO INFLABLE!—gritaba enojado Sonic mientras abrazaba a la bebé de 1 año.

—Sonic, dame a la niña.—pronuncio Tom con el ceño fruncido.

—¡NO! ¡ES SU PRIMER CUMPLEAÑOS, DEBE TENER UN CASTILLO INFLABLE! ¡LO DICE LA LEY!—grito Sonic, renuente.

—¿Cuál ley?—cuestiono burlón Tom.

Sonic con una sonrisa enseño una libreta que ponía en la portada "Ley de fiestas estilo Team Sonic", Tom alzó la ceja y abrió la libreta.

—Articulo 2, párrafo 7, cada cumpleaños debe poseer un castillo inflable para ser catalogada como fiesta decente.—pronuncio arrogante Sonic.

Maddie se estaba riendo desde la cocina.

—¡AL MENOS AYÚDAME!—regaño Tom con enojo.

—Lo siento cariño, pero no puedo hacer nada contra ese nivel de ternura.—dijo Maddie señalando a un Sonic haciendo un puchero y Julissa lo estaba emitando.

—Que poca fuerza de voluntad.—hablo Knuckles quién estaba comiendo un dulce.

—Si ustedes le permiten a Knuckles tener su cóctel de uvas entonces Julissa debe tener su castillo inflable.—pronuncio Sonic.

—Ese cóctel es para los invitados, Sonic. Y la fiesta es de Julissa, no tuya.—regaño Tom.

—Espera, ¿como que el cóctel no era mío?—cuestiono Knuckles.

—Ay, estos niños...—murmuro Tom.

—¡Sonic, Sonic! ¡Mira, como hice las decoraciones!—grito Amy contenta, mostrándole al erizo unos corazones picados.

—¡Yo hice esto!—grito Tails, quién también estaba decorando, se vio en la mesa una piñata de Batman, pues Julissa era super fan del superhéroe.

Aunque en realidad, Sonic la obligaba siempre a verlo y al final se le pegó el gusto.

Todos tenían una tarea en la casa, Maddie estaba haciendo un pastel, Knuckles la estaba ayudando -mientras sigilosamente le quitaba algún dulce-, Amy y Tails se encargaban de las decoraciones.

Tom y Sonic iba a buscar cosas para la fiesta, a su vez que se encargaban de los regalos de Julissa, pero esta vez estaban peleando sobre un castillo inflable, pues Sonic creía que sería primordial para la fiesta.

—Tom, no puedes decirle que no a esta carita. ¿Vas a arruinar sus sueños? ¿Su esperanza de ver un castillo inflable? ¡¿Vas a hacerle eso a tu propia hija?!—grito Sonic bien dramático, mientras cargaba a Julissa entre sus manos.

Tom suspiro, se veía que no le ganaría a Sonic de esa manera.

El erizo sabia jugar sucio.

—Esta bien.—pronuncio Tom.

—¡HOLA, HOLA!—grito Rachel azotando la puerta, entrando con su hija y su esposo agente secreto Randall.

—Hola chicos.—pronuncio Jojo con una sonrisa.

—¡Hola, Jojo!—grito Amy, quién algunas veces jugaba con ella a las casitas.

Jojo sonrió y abrazo a la eriza con una sonrisa, para después y darle un beso a su querida primita, quién cumplía años este día.

—Bueno, iré a por el castillo inflable. Volveré pronto.—se despidió Tom, quién le dio un beso en los labios a Maddie antes de irse.

—Traje libritos de colorear.—pronuncio Jojo, abriendo su mochila.

Sonic chillo, le encantaba pintarlos y él como niño bueno no sé salía de las líneas.

—¡Vamos, Julissa! ¡A colorear!—grito Sonic, quién tomo a la pequeña para sentarla a su lado y a si comenzar a pintar.

Los demás niños se unieron, es decir Tails y Knuckles.

—¡Ay, Knuckles! ¡Deja de comer, estás dejando migajas!—reprocho Tails cuando vio que en su libro de colores caían millones de migajas, algo que le frustraba por qué luego el papel se ponía todo cochino.

—Perdón, es que Maddie hace unos ricos panes de gloria, ¿quieres?—dijo Knuckles con una sonrisa.

—Trae pa' acá.—pronuncio el zorrito tomando uno, el cual le dio un mordisco al instante.

Sonic tomo dos, uno se lo dio a Amy con una sonrisa y el otro lo compartió entre él y Julissa, aunque Amy también compartía con la niña. Knuckles no podía darle uno a Jojo, pues a ella no podía comerlos, en cambio le dio otro dulce, un rico bizcocho.

Jojo chillo contenta y le dio un mordisco a su bizcocho.

Al final, Tom volvió, con el castillo inflable y Sonic corrió hacia él contento, ahora solo debían armarlo en el patio.

El castillo era algo pequeño, pero era perfecto para divertirse.

Luego de un tiempo, donde todos los niños saltaron en el castillo, llegó la hora de cantarle feliz cumpleaños a la pequeña Julissa.

—¡Feliz cumpleaños, te deseamos a ti! ¡Feliz cumpleaños, Julissa!—gritaron todos.

La pequeña movió sus manitas contenta llenándose las manos de chocolate, el cuál curiosa vio y se llevó a la boca.

Maddie rió suavemente por esto.

Sonic contento se sentó al lado de Amy.

—Entonces esto es un cumpleaños.—murmuro la eriza con una sonrisa.

Sonic sonrió.

—¡Si! Maddie y Tom me celebran mi cumpleaños cuando ellos me adoptaron por qué no sé cuándo nací, ¡eso me recuerda! ¡Podemos celebrar tu cumpleaños, Amy!—grito contento el erizo azul.

Amy se sonrojo y sonrió conmovida por lo dicho.

—Me gusta celebrar mi primer cumpleaños en la Tierra contigo Sonic.—pronuncio ella.

Sonic se sonrojo y se rasco nervioso la mejilla.

—Claro, celebraremos muchos cumpleaños juntos a partir de ahora, Amy.—dijo él nervioso.

Amy sonrió, Sonic no espero que ella tomará su mano, eso hizo que no pudiera evitar ponerse todo rojo.

—Lo esperaré con ansias.—Amy aveces era tan tierna para el erizo...

Este sonrió y le besó la mano a la eriza con una sonrisa.

—Yo igual lo haré Amy.—dijo él, esa acción hizo que la eriza nerviosa mirara hacia otro lado pero terminó asintiendo, sin saber que decir o que acción hacer.

Sonic rió suavemente por eso.

Ya que todos estaban consintiendo a Julissa, él aprovecho y beso suavemente la mejilla de Amy, para pronunciar en un susurro cerca de ella:—Te haré la mejor fiesta que puedas imaginar.—Amy se sonrojo ante esto, Sonic se alejó con una sonrisa de ella.

Era una promesa hacia ella, le haría la mejor fiesta y ahora existía un día en su calendario que él esperaría con una enorme emoción.

Y ese día esperado, era el día en que Amy nació.