Lexa estaba tumbada en la cama, sudando intensamente y gimiendo en agonía. Clarke la estaba mirando, intentando no culparse. Aunque en realidad no podía no hacerlo.
Jasper había retado a Clarke a saltar en el agua con la cuerda como había hecho él el primer día que habían estado en la tierra, justo antes de que le dieran con una lanza en el pecho. Clarke no había podido decir que no. No cuando Raven, Octavia, Monty y Jasper la estaban mirando tan intensamente. Clarke debería haber sido más lista y haber analizado la situación con la cabeza y no con el corazón. Jasper estaba recuperándose finalmente y Clarke no quería que al negarse todo fuera a empeorar de nuevo. Se había quitado todo menos la ropa interior. Había cogido aire, se había agarrado a la cuerda y había saltado desde las rocas al agua.
Lexa la había estado observando desde la distancia. Le alegraba ver a Clarke pasándoselo bien con sus amigos. Lexa no había tenido que estar allí, pero algo le había hecho seguir al grupo de amigos. Cuando Clarke llegó al agua, todo el mundo quedó en silencio. Sus amigos empezaron a reírse, pero Lexa sabía que estaba en peligro.
Clarke tardó mucho rato en salir a la superficie, y no tardó en hundirse de nuevo. Clarke se maldijo a sí misma. Debería haber aprendido a nadar después del incidente con Anya.
Lexa salió de entre los árboles hacia el agua, deshaciéndose de la armadura mientras corría. Ni siquiera se quitó las botas antes de saltar al agua con elegancia. Cogió a Clarke y tiró de ella hacia la superficie. "Clarke." Esperó a que abriera los ojos.
Clarke trató de coger aire, se tumbó de lado y tosió agua. "Gracias." Consiguió decir.
Y debido a que Lexa era la comandante, no se cambió de ropa. Esperó a que el sol la secara pero no fue suficiente. Así, no solo se enfermó, sino que cogió neumonía.
"Lo siento." Dijo Clarke por centésima vez. "No deberías haber saltado a por mí. O deberías haberte cambiado de ropa después." Estaba regañando a Lexa como a una niña pequeña.
"No podía dejar que te ahogaras." Discutió Lexa. La única cosa que la reconfortaba mínimamente era la tela fría y mojada que Clarke sujetaba contra su frente. "¿Todavía no has aprendido a nadar? Tu gente ya está aprendiendo."
"No he tenido tiempo." Replicó Clarke. "Aunque considerando que Anya me salvó de ahogarme, supongo que debería haber aprendido a estas alturas." Clarke se dio cuenta de la mueca que hizo Lexa al pronunciar el nombre de Anya y suspiró. Otra cosa por la que sentirse culpable. "No te baja la fiebre." Y era doloroso escuchar el silbido de los pulmones de Lexa cada vez que respiraba.
Lexa se incorporó y movió las piernas hacia un lado de la cama, dejando los pies en el suelo. "Tengo obligaciones que atender."
"¡No puedes salir de la cama!" Exclamó Clarke. "La neumonía puede ser mortal si no se atiende correctamente. Y necesito que tu espíritu se quede donde esta. Así que túmbate y toma algo de medicina o haré que Indra te lleve a Polis."
Lexa apretó la mandíbula y sus mejillas se tornaron rojas. Clarke no pudo evitar pensar lo sexy que era. "Soy la comandante." Intentó decir Lexa seria, pero un ataque de tos hizo que cayera sobre las pieles. Clarke le frotaba la espalda mientras Lexa trataba de recuperar el aliento. Le dolía respirar. Le dolía todo. Se sentía débil e inútil, definitivamente no como la comandante que su gente merecía.
Clarke cogió la medicina que habían preparado Nyko y su madre. En el arca tenían una crema que ponían en el pecho de las personas que tenían problemas respiratorios. Era una especie de calmante. Clarke esperaba que la medicina tuviera un efecto parecido pero no sabía cómo decírselo a Lexa. "Vas a tener que quitarte la camiseta."
"¿Por qué?"
"Este ungüento se aplica en el pecho. Puedes hacerlo tú si lo prefieres." Explicó Clarke. Lexa dudaba. "Te ayudará a respirar." Su tono de voz se había vuelto mucho más suave. Observó como los hombros de Lexa se relajaban y la tensión en su rostro desaparecía. Encima de la camiseta Lexa llevaba un corsé con abrazaderas y hombreras metálicas. Clarke no entendía cómo Lexa estaba cómoda con ello puesto. Debajo de ello, llevaba una camiseta de tirantes. "También necesitas quitarte eso."
Lexa arrugó el entrecejo. "Si querías verme desnuda solo tenías que haberlo dicho."
Los ojos de Clarke se abrieron con sorpresa y notó como la sangre se acumulaba en sus mejillas. "No estoy tratando de desnudarte, Lexa. Estoy intentando que dejes de estar enferma."
Lexa se recostó en la cama, cogiendo inmediatamente pieles para cubrirse. Estaba temblando. Solo llevaba unos pantalones y una tela que cubría sus pechos. Sus ojos se cerraron cuando Clarke empezó a aplicar la crema. Se sintió instantáneamente menos pesada, no le dolían tanto los pulmones. A lo mejor se debía al toque de Clarke.
"Gírate." Murmuró Clarke, temerosa de hablar más alto y asustar a Lexa.
"¿Por qué?" Preguntó Lexa, todavía con los ojos cerrados.
Clarke sonrió ante la vista de la comandante tan relajada. Su parte favorita de Lexa. "Confías en mí, ¿verdad?" Vio como Lexa asentía. No dudó. Fue un movimiento seguro y Clarke sintió como si fuera ayer cuando le había pedido que confiara en ella y no hiciera daño a Octavia.
Lexa dio la vuelta, gruñendo suavemente. "Me duele." No se suponía que tenía que sonar como un quejido. La comandante no se quejaba. Pero nunca había sentido tanto dolor y eso que había pasado cosas peores que un resfriado.
"Lo sé. Deberías dormir. Te sentirás mejor mañana." Dijo Clarke mientras frotaba la loción contra su piel en círculos.
"Clarke." Murmuró Lexa, Clarke adoraba la forma en la que pronunciaba su nombre. "¿Me trenzas el pelo?"
Fue entonces cuando Clarke se dio cuenta de que el pelo ondulado de Lexa estaba desparramado por toda la almohada, no recogido en trenzas. Clarke asumió que Lexa solía tener otros visitantes, alguien que la trenzara el pelo, pero reparó en que Lexa había estado sola todo el día. Clarke había entrado esa mañana para revisar como estaba y acababa de volver, con la puesta de sol. "No sé si se me dará bien." Respondió.
"Solo juega con mi pelo." Dijo Lexa, suspirando contra la almohada.
Clarke estaba en completo shock, sabía que era lo que solía hacer Costia para que Lexa se quedara dormida. Clarke no sabía cómo o por donde empezar. Pensó en el lugar en el que sentarse para no estar incómoda. Lexa seguía temblando por la fiebre. Clarke hizo lo único en lo que podía pensar. Se sentó sobre las caderas de Lexa. "¿Está esto bien?" No recibió una respuesta. Pero tampoco una negación. Clarke enredó sus dedos en los largos mechones ondulados de Lexa. Sorprendentemente era suave, a pesar de que los terrestres no tenían champú como en el arca. Clarke no estaba segura de cuando tiempo estuvo allí, trenzando el pelo de Lexa y desenredando los nudos.
El silbido de los pulmones de Lexa se estabilizó y Clarke estaba segura de que se había quedado dormida. Cuando quitó las manos de su pelo, escuchó un pequeño murmuro. "¿Lexa?" Murmuró. No obtuvo respuesta. Cuando se separó del cuerpo de Lexa volvió a escuchar unas palabras. Entonces Clarke se percató de que hablaba en sueños. Su voz era suave y gentil, no parecía una pesadilla. Así que Clarke la cubrió con las pieles y salió de la cabaña.

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Hablando en sueños
FanfictionEste fanfic no me pertenece, simplemente lo he traducido del inglés La primera vez que lo leí fue gracias a @LovingDemi bajo el título de "Talking in ypur sleep" Si es posible, pasad por la historia original para apoyar a la autora ;) RESUMEN Clarke...