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Primer día -> Resultados: 0

Hoy no ha ido pero nada bien.

Es más, ha ido peor que un día cualquiera.

Le pregunte a Bakugo a ver si entrenabamos para poder pasar un rato a solas y de paso admirar cómo se contraen sus músculos al hacer ejercicio y esa fina capa de sudor que al final cubre su hermosa piel.

Pero no funcionó.

Literalmente, me dijo:

-Sí, ya, y una mierda. ¿Te crees que tengo tiempo de entrenar con un puto extra? No podrías seguirme el ritmo ni en un millón de años. Vete tú solo.

Auch.

Sabía que Bakugo estaba muy concentrado en ser el número uno, sobretodo ahora que nos vamos a graduar. Pero no esperaba que rexhazara mi propuesta de esa manera :_ ).

Luego volví a intentarlo en la sala común, mientras escuchaba música.

-Hey, Bakubro, ¿qué estás escuchando?

Creía que así lograría establecer una pequeña conversación, pero no.

-El puto anuncio de Spotify.

-Ah -contesté, sin saber muy bien que hacer. Así que decidí volver a intentarlo-. Y... ¿qué música sueles escuchar?

Pero tampoco funcionó.

-¿Y a ti que te importa, maldito Pelos de Mierda?

Doble auch.

No lo volví a intentar en lo que quedaba de día. Preferiría que no se enfadara aún más que de costumbre. No quiero acabar el curso como el Cara Partida.

Perdón, la costumbre de escuchar a Bakugo.

Y ahora estoy tumbado en mi cama, maldiciendo mi poca habilidad para ligar. Esto no va a salir bien. Lo presiento.

Se abre la puerta de golpe y aparece Bakugo.

-Oye, Pelos de Mierda, esto... Necesito que me ayudes con matemáticas para el examen de mañana.

Es verdad, mañana tenemos los exámenes finales. Hasta Kaminari se ha puesto a estudiar en serio.

-S-sí, claro.

Me levanté de la cama y Bakugo se sentó a mi lado en esta.

Estuvimos como una hora ahí. Cada vez que había algo que no entendía, Bakugo se frustraba y tiraba el libro al suelo.

Hubo un momento en el que me quedé mirando cómo se concentraba con un problema.

-¿Qué estás mirando, maldito extra? -dice de repente.

-Eeeh, nada.

Concentrado haciendo las tareas, Bakugo me cogió por la barbilla y me giro para que lo mirara. Se acercó. Siento que en cualquier momento se me va a salir el corazón del pecho. ¿Qué está sucediendo?

-Te has pintado la cara, inútil.

-Ah, valla, perdon.

Me limpié la cara.

Ahora debía de estar más rojo que mi pelo. Se ha acercado mucho. Demasiado.

Al de un rato se fue y volvió a su habitación sin decir nada.

[...]

-¿Qué tal el examen? -me pregunta Kaminari.

-Uf, no sé, pero creo que apruebo, raspado, pero apruebo.

-Yo creo que lo he hecho bien. Es el primer examen de todo el curso en el que me siento seguro.

Una Semana para Enamorarte (KIRIBAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora