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Zenitsu sabia que habian tardado más de lo normal en regresar a la finca, pero es que los niños parecian distraerse con mucha facilidad, al igual que él, al pasar por cada pueblo.

—¡Teruko-Chan no corras! —pidió mirando a la niña perseguir a Chuntaro a través del camino —¡Espera! ¡Espera! ¡Puedes caerte!

Kiyoshi y Shoichi solo reían ante la escena, pero en un descuido la niña tropezó con una pequeña piedra y cayó al suelo raspandose levemente las rodillas y las manos.

—¡Teruko-Chan! —gritó el rubio acercandose a la niña y ayudándola a levantarse —¿¡Estas bien!? ¡¿Te duele!? 

—¡Zenitsu-San estoy bien! —aseguró la pelinegra intentando calmar al ojimiel antes de que se pudiera a llorar.

Kiyoshi se acerco a su hermana y solo le acaricio el cabello jugetonamente regalandole a ambos una sonrisa.

—Teruko mejor ya no corras. —dijo mirando a la pequeña —Y sacude tu kimono porque estamos por llegar, ¿no es así Zenitsu-San? —preguntó el mayor de los niños, podia notar una entrada escondida a la orilla del callejón.

—¡Sí! ¡Ahí esta la entrada! —respondió señalando hacia un arco de madera oculto entre las plantas que creaban el callejón.



Tanjirō salió de la casa junto Inosuke, ambos habian notado la presencia del rubio, pero también a las otras tres personas que lo acompañaban.

—¿Qué es esto? —dijo Inosuke —Monitsu viene acompañado.

—Sí, pero no hulen como malas personas. —comentó el burdeo listo para salir a su encuentro, pero no dio ni un paso cuando fue prácticamente tacleado por un rayo de luz amarillo.

—¡Tanjirou~! —lloriqueó abrazándolo fuertemente —¡Te extrañe! ¡No sabes que mal me la pase en ese pueblo! ¡La gente era muy grosera! ¡Trataron muy mal a los niños! —informó —¡No podia dejarlos ahí con esa gente y con un demonio rondando!

Tanjirō, quien ya estaba acostumbrado a estas escenas de reencuentro entre ambos, solo le acaricio la espalada en forma de consuelo y le susurro palabra dulces para calmarlo. Logrando que el rubio luego de unos segundos terminara practicamente ronroneando de alegria ante el sonido amable y los brazos calidos que lo rodeaban.

—¿Y estos mocosos qué? —el azabache de puntas azules miro de forma amenazante a los extraños que acompañaban a su secuaz.

—¡Tú! —exclamó Shoichi —¡Tú eras el jabalí que ataco a Zenitsu-San aquella vez!

—No parecen cazadores... —analizó el ojiverde, su interes habia disminuido, pues no podria luchar contra ellos, eran demaciado debiles —Que desperdicio de tiempo. —agregó para luego volver adentro de la casa a robar algo de comida de la cocina.

—¡Eyyy! ¡Qué falta de respeto! —se quejó el pelinegro al ser ignorado de tal forma por el cazador salvaje.

—Ya, no busques problemas, seguro tenia algo importante que hacer. —dijo Kiyoshi calmando a su hermano menor, eran invitados y debian de comportarse.

—¿Los conozco?

La voz de Tanjirō llamó la atención de todos y Zenitsu rapidamente se separo de él, el de aretes parecía confundido, pero el rubio se veia y olía molesto.

—¿¡Es en serio!? —gritó el ojimiel.

—¿Eh? —Tanjirō inclino su cabeza ligeramente, no entendia, ¿por qué su novio parecia tan disgustado? 

—¡Tú! —señaló —¡Frenton idiota! —exclamó acercandose de nueva cuenta al ojirubi y tomandolo de las mejillas —¡No recuerdas a estos niños! ¡Es increible! ¡Increible! ¡Pero no deberia de sorprenderme! ¡También olvidaste nuestro primer encuentro! —dijo mientras pilliscaba las mejillas del de cicatriz y las estiraba logrando sacar algunos chillidos y quejidos de parte del Kamado.

One-shot's. 2 [TanZen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora