7.2

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Zenitsu se removio incomodo, sentia su cuerpo adolorido, abrió sus ojos con dificultad notando de inmediato que se encontraba en una habitación algo amplia, las ventanas estaban cerradas, lo cual impedia el paso de la luz solar. El futón en el que estaba recostado era comodo y estuvo tentado a volver a cerrar sus ojos para dormir un poco más, sin embargo detuvo sus planes al recordar su caida en pleno vuelo con el pequeño cachorro.

Cachorro...

¡¿Dónde estaba Rokuta!?

Zenitsu se levantó exaltado y aún con el cuerpo adolorido intento salir de la habitación para buscar al niño.

Recuerda que durante la caida trato de envolver al pequeño con su cuerpo para evitar que se hiciera daño, pero debio haber quedado inconciente en cuanto su cuerpo impacto contra el suelo.  

—¡Rokuta-Chaaaaan! —llamó con voz angustiada mientras avanzaba hasta la puerta, si algo malo le habia ocurrido al cachorro no se lo perdonaria nunca, tenia que encontrarlo.

El sonido de pasos acercandose a toda velocidad a su posición le hicieron pensar que lo mejor era volver al futon y ocultarse debajo las mantas, sin embargo la puerta se abrió antes de que el pudiera hacer algun movimiento dejando ver al infante en brazos de una mujer.

Inmediatamente la extraña, quien por su sonido anormalmente amable podia suponer que era la madre de Rokuta, dejo al pelinegro en el suelo y lo tomó de manera nupcial para devolverlo al futon de donde se habia levantado hace unos segundos.

—Tanquilo. —dijo la mayor mientras lo cubria con las mantas —Debes descansar, pues tus heridas aún no sanan. —aconsejó la mujer con una sonrisa calidamente preocupada dejando confundido al rubio, quien no dijo nada y dejo que la mujer lo arropara.

—Te cuidaremos hasta que te recuperes, Zenitsu-San. —avisó el niño arrodillandose junto al futon para regalarle una caricia en la cabeza al antes mencionado.

Zenitsu simplemente decidió regresar a dormir, ya que Rokuta estaba asalvo y de regreso con su familia.

Luego se cuestionaria la actitud de estos lobos extrañamente amables.



Desde su primer despertar Rokuta se habia quedado al lado del vampiro, esperando pacientemente a que abriera los ojos de nuevo de nuevo, estaba ansioso por presentarle a toda su familia y su hogar, compartir algunos datos intetesantes sobre su especie -tal y como hizo el ojimiel con él- y jugar algún juego divertido junto a sus demás hermanos.

Shigeru y Hanako entraron al cuarto de manera silenciosa y se colocaron junto al menor para observar con descaro a su invitado.

—¿Cúando despertara? —consultó Shigeru frunciendo el ceño con impaciencia, casi anochecia y parecia que las quemaduras del rubio ya estaban mejor.

—Mamá dijo que a parte de las muchas quemaduras en su cuerpo también se golpio en la parte posterior de su cabeza. —comentó la unica niña en la habitación con notable preocupación por el chico inconciente.

—El viaje igualmemte fue largo. —analizó el niño más pequeño —Debe estar muy, muuyyy cansado.

—No debiste alejarte tanto, ahora Zenitsu-San esta en graves aprietos por tus "ganas de explorar". —regañó la ojirosada frunciendo el cejo ante el menor de sus hermanos.

—Ya me reprendio mamá. —avisó el pelinegro haciendo un puchero ante las palabras tan duras de su hermana.

—¿Y entendiste que no puedes volver a salir hasta que seas mayor? —se burló Shigeru probocando que Rokuta soltara un quejido molesto.

One-shot's. 2 [TanZen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora