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Tanjirō esperaba pacientemente la respuesta del rubio, pero ciertamente su silencio lo desesperaba, sentia sus manos temblar del nerviosismo y sudar en exeso, ¿a caso Zenitsu no queria lo mismo que él?

—Yo... —dijo con nerviosismo el rubio —Acepto. —respondió finalmente sin poder controlar su llanto, su cuerpo temblaba de entusiasmo y nerviosismo.

Tanjirō se puso de pie de un salto y abrazó a su ahora prometido con una alegria enorme, sintiendo como su corazón se aceleraba un poco más debido a la euforia que lo golpeo al recibir la respuesta afirmativa de parte de su rayito.

Después de todo lo que habian pasado juntos, de haber soportado tanto dolor, sabia que Zenitsu era la persona con quien deseaba pasar el resto de su vida, una de las pocas que le dio consuelo cuando estaba destruido y sin fuerzas para seguir luchando. Quien lo recogió del suelo cuando se sentia caer a pedazos o la situación parecia superar su capacidad de positividad y optimismo, él nunca dudo en escucharlo sin esa mascara de hermano mayor.

Zenitsu correspondió el sorpresivo abrazo y comenzó a llorar en silencio de pura felicidad, la espera por realizar este sueño al fin se concretaba.

Desde pequeño siempre deseó una familia, personas que lo amaran por quien era, pero nunca la tuvo hasta unirse al cuerpo de cazadores, su abuelito -que en paz descanse-, Tanjirō, Nezuko e Inosuke fueron capaces de amarlo.
Siempre deseó a alguien para compartir el resto de su vida, pero se equivoco tanto persiguiendo a un sin fin de chicas que solo lo soportaban por su dinero, sin embargo un día Tanjirō llegó y le mostró que no tenia que perseguir a nadie, que quien lo quisiera se quedaria a su lado sin importar cuantos yenes tuviera en su bolcillo.
Siempre deseo ser más fuerte y sentirse orgulloso de el mismo, sin embargo las cosas parecian nunca resultarle bien, pero ahora era uno de los Hashiras más respetados del cuerpo de cazadores.

Habia cumplido muchos de sus objetivos, quizás no de la forma idonia como habia pensado, pero al fin de cuentas estaba feliz, tan feliz...

—Gracias... —dijo el rubio abrazando al burdeo con un poco más de fuerza.

—¿Eh? ¿Por qué? —preguntó extrañado separandose un poco para mirar al ojimiel a los ojos.

—Por ser tú y elegirme a mi entre tantas personas. —sonrió abrazandolo de nueva cuenta y es que se sentia tan mareado, como si todo lo que estuviera pasando fuera un sueño, un hermosos sueño.

Tanjirō solo soltó una risita sin entender muy bien que le pasaba a su prometido pero estando igual de mareado que el rubio, separo sus manos de la cadera del pilar del rayo y saco en anillo de la caja para luego buscar la mano derecha del rubio y deslizarlo con suavidad en su dedo anular.

Zenitsu observó con brillos en los ojos y un calor muy agradable en el pecho la sencilla pero hermosa joya que decoraba ahora su mano en un signo de promesa de una eternidad junto a su enamorado.

—Sabes que mi corazón es muy terco y no acepta a nadie más que tú a mi lado.

Zenitsu despegó sus ojos miel del anillo para mirar los rubies del pilar solar y luego procedio a acercarse y besar sus labios de forma dulce, a lo cual el burdeo respondio de inmediato volviendo a envolver al rubio en sus brazos.

—¡FELICIDADES!

Aoi, Inosuke, Nezuko, Kanao, Kiyoshi, Soichi, Teruko, Sumi, Kiyo y Naho aparecieron de pronto arrojando petalos de flores sobre ambos.

—¡El rey esta muy feliz por sus secuaces! —gritó el azabache lanzandose sobre sus amigos y abrazandolos con fuerza —Y... ¿habra mucha comida en su fiesta?

Zenitsu solo rodo los ojos mientras que Tanjirō respondio que sí al jabalí.



Durante la cena Kanao se aparto un momento con el rubio para poder hablar con él.

One-shot's. 2 [TanZen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora