№10 - Desconfianza.

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Martes 19 de Diciembre.

Hoy por fin pude dormir tranquilo.

Antes yo necesitaba esas drogas para poder dejar de sufrir pesadillas nocturnas, pero hoy eso ya no había sido necesario.

Me dieron una habitación muy cómoda, un colchon en perfecto estado y un comedor muy espacioso, tenia todo lo que necesitaba, lastimosamente no tenemos focos para iluminar las habitaciones, eso es supuestamente para evitar llamar la atención de zombies o saqueadores de los alrededores.

Aun así, en mi habitación hay algunas cámaras que me vigilan, supuse que se debía a que ellos aun desconfiaba de mi intenciones, una medida para tenerme vigilado y así que solo lo ignoré.

De pronto alguien tocó a mi puerta, cuando abrí me di cuenta de que se trataba de mi comida, la persona que me lo trajo, fue una chica morena de cabello negro corto, vestía con ropa de mecánica y su rostro estaba manchado de negro por el tizne al que se habia expuesto antes de venir.

Solo intercambiamos un par de palabras y no tardo en salir corriendo, aparentaba tener algo de prisa.

Yo solo me abstuve de seguirla y solo me quede a comer mientras veía por la ventana rota de mi habitación el exterior.

Desde lo alto del edificio la gente se veían como hormigas, todas aparentaba ser diminutas pero en realidad eran muy complejas.

Todos tienen sus propios motivos y sueño que desean cumplir antes de morir.

Pensar que toda esta gente se organizarla de esta forma me sorprende, yo jamás fui muy sociable, pero no es difícil percatarme de lo que piensan los demás.

Todos son su propio mundo con sus preocupaciones y temores, es por eso que se apoyan entre ellos para poder salir adelante.

En este nuevo mundo completamente caótico nadie puede conseguir nada por su propia cuenta, incluso yo durante estos ultimos dos meses me logré percatar de que no había nada bueno en la soledad.

Poco a poco te terminara haciendo perder la cabeza hasta que ya no allá vuelta atrás, por suerte yo logre soportarlo y aquí estoy, completamente cuerdo y sano, aunque eso último puede ser debatible.

Puede que yo no conozca a nadie de aqui, pero me siento agradecido de que me dieran una segunda oportunidad y remediarlo todo.

Parece que tanto filosofar me hizo perder la noción de tiempo.

Una chica que desconocia toco la puerta de mi habitación, no la podia reconocer, no la había visto antes, pero lo que más me importaba era la comida que tenía en sus manos.

—Me ordenaron entregarte esto, no lo desperdicies.

Ella ko perdió el tiempo y salió de la escena más rápido que tarde.

Tenía el plato en mis manos y no perdi el tiempo para comer, pero había algo extraño en la comida, el sabor era muy similar a la carne de puerco, pero mientras comía me encontré lo que parecían ser algunos huesos, eran dientes y huesos de costillas, pensé que eran de animales así que solo los saque y no les di importancia.

Al inicio me empezaron a dar arcadas del asco, pero por más que intentará vomitar no podía, el hambre que tenía superaba por creces el asco que sentía y continúe comiendo a pesar de estar plenamente consciente de la asquerosidad de comida.

Deje el plato vacío y sin dejar absolutamente nada de comida.

Realmente no puedo quejarme, estoy entre la espada y la pared por culpa de la situación en la que me encuentro.

Debería de estar agradecido de que no me hubieran matado en el sótano aquel día, pero no puedo evitar estar resentido por haberme encerrado en contra de mi voluntad.

Hecatombe ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora