KAIA
Busco en mi armario algún conjunto decente que ponerme, mientras arrojo varias prendas en la cama maldiciendo mi vida, mi ropa y mi existencia.
Mi celular vibra con un mensaje de Eduardo diciéndome que ya esta en camino para avanzar el trabajo de literatura.
Joder ya viene...
Y estoy en ropa interior...
¡Joder!
Busco desesperada en los cambios de mi ropa y me decido por un jean azul, una camiseta negra y unas zapatillas blancas. Peino mi cabello negro y me pongo algo de rímel y sombras resaltando mis bonitos ojos verdes.
Bajo apresuradamente justo cuando el timbre suena y ahí está...mi hombre...digo mi amigo...Eduardo yace parado al frente de mí con un jean azul y una camisa del mismo color junto con unas zapatillas blancas y una sonrisa hermosamente perfecta.
Sus ojos azules me examinan de pies a cabeza y luego vuelve a mis ojos sonriéndome.
Me ruborizo y entonces el carraspea y cuando creo que se ha atorado, me mira como esperando a que lo invite a pasar.
Ohhhh
-Hola.-le digo haciéndome a un lado mientras intento esconder mi sonrojo
-Hola Kaia ¿Cómo te encuentras?-me pregunta al entrar a mi sala
-Muy bien, bien ¿y tú?
-Todo bien-responde con una sonrisa-traje mi laptop y algunos libros que saqué de la biblioteca de mi casa, ¿Quieres que avancemos ya?
-Si claro, vamos a la sala.
El asiente y nos sentamos sacando nuestras cosas para empezar la tarea. Coordinamos juntos las cosas que investigará cada uno y nos ponemos manos a la obra.
Lo miro de reojo cada cierto rato y creo que se da cuenta porque alza la comisura de los labios varias veces.
¿Será este mi ser amado?
Mi madre Katia entra a la sala interrumpiendo mi hermosa vista de mi hombre y Eduardo se para al instante y la saluda educadamente.
-Mucho gusto hijo, ¿Deseas algo de tomar?-le pregunta mi madre alegremente
Eduardo me mira alzando la ceja y entonces caigo en cuenta que si recuerda lo que dije en el instituto.
Trágame tierra
-Si por supuesto.
Mi madre se aleja hacia la cocina y yo evito a toda costa la mirada azul de Eduardo. A los segundos mi madre vuelve y nos entrega a ambos un vaso de limonada junto a algunas galletas que ella suele preparar.
-Tranquila, traje ropa de cambio por si ocurre algún "accidente" con el agua.-dice Eduardo haciéndome atorar con la limonada.
Eduardo suelta una risita y se acerca con unas servilletas para ayudar a limpiarme.
Enrojezco cuando siento sus cálidas manos tocando mi cara y parte de mis labios, Eduardo me mira a los ojos y yo me pierdo todo uso de razón.
¿Cómo me llamo?
Eduardo se aleja al cabo de unos segundos y ambos volvemos a sentarnos avanzando nuestros respectivos trabajos.
Cuando ambos terminamos, Eduardo se para y empieza a guardar sus cosas en su mochila, luego de un gran esfuerzo de mi parte por concentrarme con semejante bombón, lo acompaño a la puerta y trato de despedirme.
-Nos veremos el lunes en clase, la pase bien-me sonríe-cuídate Kaia.-dice tratando de darme un beso en la mejilla justo al mismo tiempo en el que yo volteo la cara haciendo que ambos casi choquemos nuestros labios.
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Somos Nuestro Lugar Seguro
Любовные романыFreya, una chica fría, dura y resentida con el amor, va por la vida disfrutando el momento y mofándose de no tener sentimientos. Todo cambia con la llegada de un guapo heredero que sacará de quicio a Freya por un trabajo en equipo. Emilio Crasfort d...