Capítulo 9

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FREYA

Despierto en el calor de los brazos de Emilio y en segundos levanto la mirada y lo encuentro con su brazo en mi cintura y la otra en mi cuello prácticamente abrazándome como si fuéramos pareja.

¿Por qué esto me parece normal?

La alarma de mi celular empieza a sonar para ir a clases y poco a poco voy separándome de Emilio haciendo que el suelte algunos gruñidos y se queje.

¿Qué cree que soy su almohada?

-Emilio...-lo muevo por el brazo

-¿Qué?-dice sin abrir los ojos

-Tenemos que ir a clase, despierta ya.

-Un ratito más, aquí estoy demasiado cómodo.

Suelto un suspiro

No es el único que se siente demasiado cómodo...

A regañadientes ambos terminamos levantándonos, arreglándonos la ropa y luego bajando a tomar desayuno con el anciano que parece estar de muy buen humor el día de hoy.

Emilio se va a su casa despidiéndose con un beso en mi mejilla, cosa insignificante que parece moverme el mundo, ya que todavía recuerdo nuestro "casi beso".

Anoche luego que me dijera lo de mis marcas, ambos nos quedamos viendo la serie de Vis a Vis donde la había dejado la vez pasada que estuvo en mi casa, y no fue hasta que fueron las 2 de madrugada que recién nos dormimos abrazados.

Yo no lo abrace, ni él a mí, pero estoy segura de que a los minutos de que yo me empezará a quedar dormida, sentí unos brazos rodeándome la cintura y apoyando su cuerpo con el mío, no supe si estaba dormido o no, sin embargo, no me esforcé por apartarlos.

Dejo mis pensamientos y me subo a mi auto dirigiéndome al instituto el cual tardo en llegar por culpa del príncipe, ya que se demoro mil horas en querer salir de la cama.

¿Cómo fue que llegué a decir esa oración como si fuera lo más normal del mundo?

La mañana transcurrió tranquila hasta que voy saliendo de mi clase de francés, recojo mis cosas y me dirijo a la biblioteca del Instituto para escoger algunos libros para realizar mis trabajos faltantes.

Escucho un carraspeo a mi lado y reconozco exactamente quien es, por el olor de perfume caro.

Conozco muy bien ese perfume.

-Jonathan...-digo sin voltearme a verlo

-Freya. Ehh-parece nervioso-yo quería pedirte algo importante-se rasca la nuca con nerviosismo-quería saber si podrías ayudarme con mis clases de francés, ya sabes que nunca me han gustado, no las entiendo de nada, pero de verdad necesito aprobar el curso, estoy a punto de jalarlo si no apruebo el examen final que me harán y tú eras muy buena explicándomelo cuando estudiábamos juntos, entonces ¿Podrías ayudarme una vez más por favor?-me mira con suplica en los ojos

-Sabes Jonathan yo he escuchado que existen algo así como-finjo pensarlo-ah sí, profesores particulares, los cuales se muy bien que tú podrías pagar, no me necesitas.

-Para eso tendría que consultarlo con mis padres y sabes cómo son de exigentes y controlares con todo, si se enteran que estoy teniendo problemas con los estudios, no me dejarán participar en la competencia de futbol del Instituto, por favor Freya, solo te pido unos pocos minutos de algunos días nada más.-se acerca-Te lo pido, te pagaré lo que quieras por tu tiempo.

Me quedo mirándolo un par de segundos en los que pienso en mis beneficios, si acepto su propuesta y lo ayudo a estudiar podría ganarme el dinero por las clases, lo cual suena muy bien para mis nuevos libros que pienso comprar.

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