Capítulo 4

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TU NUEVA FAMILIA

(Cuatro días antes del reality)


Era una habitación insípida, del techo una única lampara pendía en silencio y con sencillez. Había un sofá, pero era solamente uno, largo, de cuero y marrón tostado, donde Sahara estaba sentada.

No había ventanas, ni espejos o cuadros, tan solo un florero donde un grupo desafortunado de margaritas había sido despojado de su jardín en algún momento para ahora darle un toquesito de vida al lugar.

No funcionaba.

Ni funcionaría.

Todo era frío, casí lúgubre. A pesar del alegre amarillo que vestía las paredes.

Sahara calculó que tenía al menos cuarenta minutos ahí sentada, sola, en silencio.

Los plomeros escoltas fueron los que la habían llevado hasta allí, luego de todo lo que vino antes, por supuesto.

El recibimiento de aplausos y sonrisas no había hecho más sino dejarla atónita y desconcertada. Intentó en lo que pudo devolver sonrisas aquí y allá, un leve asentimiento de agradecimiento, pero no se lo ocurrió más.

Se supone que el motivo de todo aquello se debía a que era la hija en la Mansión Bender, y que, claro, había hecho su llegada.

―Eres como una especie de celebridad, ¿sabes? ―le había dicho uno de sus escoltas.

―Pero... si nadie me conoce ―le había susurrado ella mientras saludaba a uno de los empleados de las intalaciones de la empresa―. Mi rostro no fue mostrado en televisión ni nada así...

―¿Crees que ellos no saben que serás la hija?

Ah, bueno, eso tenía sentido.

Pero más sentido tenía algo en lo que ella hasta ese momento no se había detenido a pensar.

Comenzó a echar cabeza sobre eso en cuanto la encerraron en esa habitación.

Naturalmente antes, si llegó a pensarlo, fue desde otra perspectiva porque cierto era que Sahara no era más que una espectadora. Siempre lo fue.

Ahora era una participante.

Dentro de unos días ella iba a ser llevaba a una mansión con un grupo de personas donde tendrían que matarse. Obviamente, pensó con incomodidad, ella despertaría curiosidad en los demás, quizá por su aspecto o por cómo se vería, por lo que podría ser capaz de hacer.

Puede que hasta se abrirían apuestas determinando si duraría una semana o un día.

Sahara bufó.

Todo la cosa era tan estúpida, y ella estaba ahí y no podía cambiarlo.

Luego del recibimiento la habían conducido a una recepción donde siguieron con el asunto de sus datos y más datos. Pero esta vez hubo una diferencia, Sahara estaba dejando de ser Sahara para ser la hija Bender.

Le habían dado una especie de pase con un cordón para que se lo guindara del cuello, como una identificación; no tenía más que un sello de la empresa, la firma de alguien, e impresa en letra negrita «La Hija Bender».

Era inquietante en tantos niveles que no podía describirlo.

Miró la botella de agua ahora vacía que era su única compañía. Le estaba costando entender mientras más tiempo pasaba ¿por qué nadie venía a decirle nada? ¿Cuánto tiempo la dejarían allí? ¿Dónde estaba la mansión y por qué aún no la habían llevado allí...?

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2023 ⏰

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