1 de octubre del 2018
Siempre me han gustado los lunes, pero después de pasar el fin de semana con Laura y Jacobo, me hubiese gustado que los fines de semana tuviesen un día más. Necesito otro día sintiendo a Laura a mi lado al despertar.
Ir al Instituto Gutenberg me gusta, sobre todo, porque tengo a Laura conmigo en clase. Pero poder estar con ella sin estar pendiente de que se le lancen los lobos encima y además con Jacobo a mi lado, es mucho más agradable.
Después de verificar que el edificio de Laura sigue bajo vigilancia y el instituto y nuestro piso no, decido que ya era hora de hablar con Santiago. Deberíamos de estar preparados por si hay que esconderse y huir rápidamente. Odio tener que volver a dejar mi vida otra vez atrás.
- ¡Cuñado! - me saluda Santiago cuando descuelga el teléfono.
- Perdona, no me quedan más cabinas cerca de casa – me disculpo por llamarlo de la misma cabina que la primera vez.
- ¿Ha pasado algo? Además de todo lo que me has enviado del proyecto, es increíble lo que has avanzado tú solo.
- Mi compañero me ha ayudado mucho – digo teniendo cuidado de no decir nombres.
- Aun así, estás trabajando a un ritmo increíble.
- Intento mantener mi mente ocupada – le digo quitándole importancia.
- ¿Puede qué una persona que conozco bien tenga la culpa de que quieras mantener tu mente ocupada?
- Sí, me tiene loco – me sincero.
- La enfadaste mucho – me contesta él.
- Pero no fue con esa intención – me defiendo sabiendo que él me entendería.
- Aun así, la has cabreado y ya sabes lo terca que es, hasta que no pasen unas semanas no se le quitará el enfado.
- Pues tendré que aguantar como un campeón a que pase el temporal. Aun así, hoy me ha dejado más espacio, hay otro chico en medio y no sé si esto acabará bien para mí o no. Al fin y al cabo, ellas son las que eligen – le digo un poco triste.
- ¿Me llamabas para hablar de ella? - me pregunta extrañado.
- Creo que la están vigilando. Ayer vi a alguien escondido esperando cerca de donde nos vimos la primera vez – espero que entendiese el mensaje.
- ¿Algo más? – pregunta exigente.
- Los demás puestos están libres.
- Pasé a ver al hijo de Cruella de Vil – me dice dando a entender que había ido a hablar con mi primo.
- Pues has despertado a las fieras. Lo de que tengas cuidado, no lo entendiste bien, ¿verdad? – le digo un poco irritado.
- No te enfades, cuñado. No lo hice con mala intención – se disculpa.
- No me enfado, pero ten preparado todo el plan, yo te dejé todo en la Dark Web para que también pongas en práctica el mío. Tú te harás cargo de eso y yo del trabajo de campo. Pero ten mucho cuidado. Verifica que esté limpia tu zona.
- Tranquilo, ya tomé medidas desde que hablé contigo la primera vez.
- ¿Sacaste algo claro del hijo? - le pregunté con curiosidad.
- Él está con ella, pero que no sé si es lo que quiere o por obligación.
- Entendido. Dejemos de investigar esta semana para no levantar más sospechas. Me llevo a la princesa a mi castillo por unos días – le digo, dándole a entender que me llevo a Laura a nuestro apartamento.
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DISPLICENTE - COMPLETA
Ficção Adolescente¿Cómo te sentirías si encontrases después de casi cuatro años a la única persona de la cual te has enamorado en tu vida? ¿Y si además tuvieses por fin un amigo que es como tu hermano? Posiblemente pensarás que por fin puedes ser feliz. Pero no, la...