Capítulo 11: Confusión

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Jungkook

Relumbraba su típica sonrisa. Necesitaba terminar los últimos trámites de las habitaciones de la residencia, al parecer dentro de unas semanas vendrán más personas de intercambio y necesitamos espacio.

—¿Necesitas algo más Jungkook? —cuestiona Bob entregándome la tableta.

—Es todo. Gracias. —Clavo mi vista en la cantidad de habitaciones disponibles.

—¿Qué estás haciendo? —se entromete la pecosa.

—Cosas.

—¿Qué cosas? —dice quisquillosa.

Saco mi celular mirando la hora.

—Ya son casi las ocho, ¿no deberías entrar ya?

—Se prohíbe el paso a las nueve —recalca.

Desvió la mirada concentrándome en ella. El recuerdo de la tarde se hace presente. La examino de arriba a abajo asegurándome que esté completa.

—¿Qué te dijo la enfermera Lilian?

—Es una gran mujer.

—¿Qué te dijo?

—¡Estoy bien!

—Ya, de acuerdo. Sólo quería saber.

—¿Te preocupo?

—Como a cualquiera que te hubiera visto caer de una cuerda de más de dos metros.

Se queda callada, su tacto en mi mano me toma de desapercibido.

—Ven conmigo —invita.

—¿A dónde?

Ella comienza a caminar dirección contraria a la entrada. No entendía sus intenciones, pero me animo a seguirla.

—¿Me contaras lo que discutías con Bob?

—¿Debería?

—Sí —reluce en una extendida sonrisa.

—Las convocatorias de las becas e intercambios están en su mero apogeo. Tal vez dentro de unas semanas tengas una compañera de cuarto.

—Creo que eso me gusta.

La miro impresionado. En el tiempo que me ha tocado hacer estos cambios en la residencia muchas chicas se quejan por compartir habitación con alguien más.

—Estarás bromeando, ¿no?

—¿Por qué dices eso?

—Tengo miles de anécdotas. Recuerdo las quejas de esas miles.

—Ah, pues, a mí sí me gusta.

—¿Por qué?

—Es lindo tener compañía —esboza una sonrisa inocente.

Vuelvo a posar mis ojos sobre ella, no me llega ni al hombro, su cabello es igual de café como el chocolate, lo mantiene largo y desordenado por el viento. Un lunar situado en su cuello capta mi atención, alrededor de este hay varias manchas como las que tiene en sus mejillas, pareciera que estoy viendo algo inexplicable. Dudo si es una imagen satisfactoria o desagradable, ante mi debate noto como sus dedos juegan bulliciosos con la tela de su suéter.

—¿Tienes frío? —suelto sin pensar.

—Un poco, pero ya casi llegamos, estoy segura que valdrá la pena. —sus ojos brillan de entusiasmo y da pequeños brincos al avanzar. —Llegamos —su sonrisa se vuelve plena, me busca descifrando mi aprobación.

Detrás de esas manchas; Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora