Los finos rayos de sol comenzaron a acariciar la dulce nieve de medio invierno, y mientras se oía el dulce crujir del fuego en la chimenea del salón, yo comenzaba a abrir mis ojos. Me senté en la orilla de mi pequeña camita y estire mis fragiles alas.
Cuando ya podía andar normalmnte, elevé el vuelo para ver a mis niñas dormir placidamente en sus camas...¡suspirosuspiroso, que bellas eran! Podía contemplarlas toda la dulce mañana, pero debían levantarse para bajar a comer el desayuno que seguramente mamá Dalia ya les tenía preparado.
-Pervinca...-susurré sentada en su cabecita cerca de su oído mientras le acariciaba el pelo- es hora de levantarse...
-No molestes, Felí...es muy temprano-dijo mientras me soplaba y se ponía la almohada en la cabeza-.
-¡Porlospétalosflorecidos, ya te he dicho que no soy una pelusa para que me sopleis en la cara!.
-No discutais, que mamá Dalia se va a enojar con vosotras de nuevo -dijo Babú, ya vestida-.
-Mi niña, no te he visto levantarte, ¡y ya estás vestida!.
-Sí, ¡es que me encantan estos días así! Se puede ver una vista preciosa del valle desde las alturas, todo blanco y brillante, es un espectaculo imperdible, Felí.
-Vale, pero si vais a salir, abrigaos, que papá Cícero a puesto en el tablero las predicciones de la semana, y son temperaturas muy bajas para niñas como vosotras, y para hadas como yo, claro.
-Enseguida Felí -dijo Babú poniendose su abrigo naranjo brillante, que le quedaba perfectísisisimo con su vestido color café.
Cuando ya estuvieron listas, bajamos al comedor a ver que había de desayunar.
-Buenos días a mis niñas, ¿quereís leche? -dijo sirviendo leche tibia en las tazas.
-Sí, gracias. Mamá Dalia, ¿has visto a Tomelilla? No estaba en su habitación cuando he subido-.
-Esta mañana a bajado temprano a la Habitación de los Hechizos, creo que estaba trabajando en un nuevo encantamiento.
-Vale, gracias -dije reanudando un rápido vuelecito hacía las escaleras y para abajo.
En cuanto llegué, di unos pocos golpecitos y escuché un: ¡pasad! Proviniente del otro lado de la puerta. Entré, y la vi sentada frente a su escritorio con las gafas en la punta de la nariz, con el ceño fruncido en señal de que estaba concentradísima en lo que hacía.
-Permiso, Tomelilla-.
-Adelante Felí, sientate en está margarita-.Me senté en el florero con margaritas de su escritorio y miré su libro.
-¿Qué hacéis? -.
-Acomodo las palabras de un viejo hechizo mal hecho-.
-¿Lo rehaces?-.
-Exacto, quizás esta vez si resulte...-.Esto no me huele bien...
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Fairy Oak: Real Life
DiversosFairy Oak, un lugar apacible donde los mágicos y sin magia habitan en perfecta armonía. Hasta que un hechizo antiguo...lo cambia todo. ¿Lograrán la luz y la oscuridad volver?, ¿Pervinca y Vainilla sabrán que fueron llamadas allí a causa de sucesos...