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Por la mañana el ánimo en Wichapas era tan distinto al del día anterior que incluso ignorando los mensajes que hacían vibrar su teléfono se levantó dispuesto a consentir a su dulce pareja.

No se preocupó al no encontrarlo en la cama, Build había prometido no abandonarlo. Confiaba en su palabra, eso y en que a donde quiera que fuera no podría huir de él, pues lo encontraría a como diera lugar.

Usaba únicamente el pantalón de pijama, y así se sentía cómodo. Al cruzar por la sala pudo observar a un tembloroso Build, envuelto en una delgada frazada y al contemplar su rostro, varias imágenes de la noche anterior fueron repetidas como sí lo estuviera viviendo otra vez, provocando una sonrisa en su expresión.

Se acercó sin hacer ruido, dejando una pequeña caricia sobre la mejilla del menor y para compensar su buen comportamiento anterior, decidió que prepararía el desayuno.

──

Con la respiración acelerada y el sudor recorriendo su frente, Build despertó exaltado, casi cayendo del sofá, provocando una carcajada en Bible, quien leía al otro extremo de la sala.

Buenos días, perezoso. —Se burló obteniendo la atención del pobre chico, quien al verlo se aferró con fuerza a la manta, cubriendo su cuerpo como forma de defensa—. Llevas durmiendo más de medio día, de seguir así por la noche no podrás conciliar el sueño.

Entonces reparó en la hora. Observó el gran reloj de pared que adornaba la estancia e intentó levantarse de un salto, sintiendo las piernas tan débiles y tensas que volvió a caer sentado, emitiendo una queja en voz alta.

No te preocupes, llamé para decir que estabas enfermo, ¿adivina qué? Tienes una semana de licencia, así que relájate y ve a desayunar. Necesitas reponer energías. —Apartando el libro de su alcance, lo observó levantarse con mayor cuidado, cojeando ligeramente debido al dolor. La mala posición al dormir solo había acrecentado su dolor.

No lo comprendía, ¿cómo podía estar tan tranquilo después de lo que le había hecho? Él se sentía tan inseguro, temeroso de que en cualquier instante vuelva a lastimarlo y ya no sabía a que le temía más.

Tomó asiento con cuidado, no quería volver a lastimarse.

Una vez ahí, recibió toda clase de atenciones, desde panqueques recién calentados, fruta fresca, jugo de manzana y té.

Tenía las manos temblorosas, apenas podía sostener el tenedor con el que intentaba tomar un trozo de fruta, por lo que le fue arrebatado por Bible, quien lo alimentó como la primera vez que durmieron juntos.

Habían compartido momentos inolvidables aquella noche, y ahora, ahora solo quería golpearse la cabeza hasta no recordar ni su nombre, pero para su desgracia tenía cada segundo grabado en la mente, por lo que al sentir el roce de los dedos ajenos contra sus labios para limpiar el rastro de comida, inevitablemente tembló alejándose, obteniendo a cambio una mirada seria.

No había emitido palabra alguna desde que despertó. Sentía un ligero ardor en la garganta, más no era un impedimento en su totalidad.

Al terminar el desayuno, se dispuso a levantar la mesa, sin embargo no pudo ni ponerse en pie cuando Wichapas ya se había hecho cargo de todo.

Estaba siendo demasiado amable con él, tal vez era su forma de recompensarlo por lo sucedido, ¿o no?

Jakapan intentaba no pensar en ello, despejar su mente le ayudaría a olvidar más rápido.
Descansaba sobre el sofá, con la vista en el televisor pero sin prestar la mínima atención. Permanecía ausente, tanto que de la media hora de conversación que llevaba Bible, apenas había escuchado un par de palabras, a las que asintió mecánicamente, sin mucho entusiasmo.

𝐖 𝐇 𝐘   𝐃 𝐎 𝐍 ' 𝐓   𝐘 𝐎 𝐔   𝐒 𝐓 𝐀 𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora