Extraño Destino (#4J.S)

CAPITULO 17

Dante

Escuchar a mi novia reprendiéndome por mi actitud sobre el despido de la joven me hace sentir un niño pequeño.

— Yasha, cariño. No puedo hacer mas nada ¿De acuerdo? Tuve que despedirla porque no estamos más en el instituto o no somos más adolescentes como para que ella actúe de esa manera. En esta empresa hay compañerismo, trabajo en equipo, tratamos de tener todos los valores y si alguien no entiende eso, entonces se queda afuera de la empresa — hablo con un tono suave mirándola fijamente.

— Pero eso fue en el horario del almuerzo — se excusa y ruedo los ojos.

— Ya sea en el horario de almuerzo u otro nadie debería haberte pegado — comento entre dientes ya que esto me está poniendo un poco nervioso.

— Tienes razón — es lo único que murmura, los dos nos vamos a nuestros escritorios correspondientes, por suerte, puedo ver a mi novia todo el tiempo a través del vidrio. Sacudo mi cabeza y me concentro en los documentos que tengo que firmar, por suerte que mi hermano me dejó todo firmado antes de que se vaya.

Horas más tarde...

Escucho que tocan la puerta de mi oficina y levanto mi vista, sonrio al ver mi secretaria esta esperando que le haga pasar, le hago una seña y entra en la oficina.

— ¿Pasa algo? — pregunto y asiente con la cabeza varias veces. 

— Ha terminado mi jornada laboral — explica mientras muerde su labio. 

¿Por qué me haces esto? No me puedo contener cuando hace eso.

Escucho que suena el telefono del escritorio de mi mujer, ella sale de la oficina con rapidez cuando contesta, tapa su boca lo cual me pone en alerta también observo que las lagrimas salen también empieza a temblar, me levanto de mi escritorio y me aproximo a ella quien levanta su mano como signo de que espere, obedezco su espacio. Yasha cuelga el teléfono y me observa. 

— ¿Qué sucede, cariño? — pregunto con un tono suave. 

— Es mi madre. Mi hermano me llamó, mi madre está en el hospitalquiero ir a casa para estar con ella, pero es imposible hacerlo — dice con un tono entrecortado, me quedo pensando y mirandole fijamente

— ¿Quieres ir? Tienes permiso hasta que ella esté bien — dice y ella niega con la cabeza mientras eleva mi vista con asombro.

— No dejaré mi puesto de trabajo, Dante. No quiero que las personas hablen más los empleados de aquí. Necesitas también ayuda aquí, no puedo dejarte solo  — habla mientras sorba su nariz. 

— Ve junto a ella, Yasha. Te entiendo, no quiero que estes alterada ¿Entiendes? Ve a casa, yo estaré bien aquí — hablo y ella no muy convencida asiente con la cabeza, ella se levanta de la silla, se aproxima. 

— Muchas gracias, Dante. Prometo que serán unos días nada más y trabajaré hasta allá — menciona y acaricio su cabello para que se tranquilice.  

— Llevaré algunas cosas para seguir trabajando ahí, solo te daré tu agenda  —  proclama mientras que se seca sus lágrimas. 

Una hora más tarde...

Dejé a Yasha en su departamento. Ella está muy afectada por lo que pasó con su mamá, espero que ella esté bien. Presto atención a mi telefono que suena varias veces, el nombre de mi hermano Cole está en la pantalla.

— Hermano ¿Qué pasó? — saludo.

— Mañana vuelvo del viaje — suelta y suspiro. 

El no puede estar lejos de la empresa por mucho tiempo.

— De acuerdo, tengo que comentarte algo. Mi secretaria irá por unos dias al hospital para ver a su madre enferma, me quedaré sin secretaria  — aviso. 

— De acuerdo. Hablamos mañana — es lo unico que dice al colgar.

Segundos más tarde, llego a mi casa cuando entro observo a mi mamá con una taza de café en las manos y con la cabeza baja.

— Hola, mamá ¿Qué ha pasado? — pregunto con preocupación.

— Tengo una amiga que está enferma — comenta y suspira.

— ¿Quieres ir a verla? — cuestiono leyendo sus pensamientos y asiente con la cabeza varias veces.

— Te llevaré — hablo sin pensar dos veces, pero luego niega.

— Ella vive lejos, hijo. No creo que sea buena idea de que vayas conmigo, tienes trabajo aquí— habla.

— Puedo explicar la situación a Cole, mamá. No quiero que estés triste ¿De acuerdo? Iremos a la ciudad de tu amiga y punto — expreso con un tono firme y sonríe.

— Muchas gracias, Dante — dice, se levanta del sofá, se acerca a mí y me abraza por unos minutos, ella se aleja y me da una mirada triste antes de darse la vuelta e irse hacia la cocina.

Quiero ver feliz a mi madre y mis hermanos tambien. Nuestra madre es todo para nosotros.

Llamo a Cole comienzo a contarle la situación y me da permiso para también faltar estos días en la oficina.

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¿Se llevarán una sorpresa Dante y Yasha? Veremos qué sucede.