Era lunes nuevamente. Riki soltaba un repertorio de maldiciones en voz baja mientras caminaba perezosamente hacia su salón de clases. Sus ojos estaban medio cerrados y su uniforme completamente desorganizado, junto a su cabello apuntando en todas direcciones.
Se había desvelado viendo una repetición de un partido de la NBA que no pudo ver en vivo. Luego de eso, se entusiasmó tanto viendo videos de sus jugadores preferidos que, antes de darse cuenta, eran las dos de la mañana.
Entró a su salón, donde se escuchaban distintas voces y, pasando de largo a todos, fue a sentarse en su lugar al final de la fila del fondo.
Sunghoon, que se sentaba a su lado, lo observó con curiosidad antes de comenzar a reír bajito.
—Buenos días, Riki-ssi —saludó amablemente, apretando en su mano su bolígrafo para reprimir las ganas de acomodar el cabello del mayor.
—Buen día. —saludó, restregando sus puños contra sus ojos en busca de espantar el sueño. El pequeño Park apoyó la cabeza en su mano y mantuvo los ojos en él con una suave sonrisita.
Riki volvió a verlo y se sonrojó. Sunghoon lo veía casi con adoración. Avergonzado, comenzó a acomodar su uniforme y su cabello con movimiento torpes. Mientras el intentaba arreglar al menos un poco el desastre andante que era, un termo color azul se colocó en su mesa y el gesto confundido de Nishimura hizo sonreír al otro aún más.
—Es café, muy fuerte. Toma un poco para despertarte.
El mayor sonrió y asintió, agradeciendo en silencio sostuvo el termo y tomando pequeños sorbos devolvió la mirada al contrario. Dejó reposar el vaso nuevamente en su mesa y le sonrió suavemente a Sunghoon.
—Hoy empezamos tutorías, ¿verdad? — asintió, animado. Observó cómo el chico se inclinaba hacia su mochila y removía un poco sus cosas antes de finalmente pasarle una hoja. La tomó entre sus manos y en silencio la leyó con interés.
—Es nuestro horario. El tiempo de almuerzo es de hora y media reloj, así que si comemos en media hora tendremos el resto para estudiar. Repartí materias por días y horas. Ya que hoy tenemos literatura, decidí que por la tarde tendremos esa materia y en la hora de almuerzo reforzaremos física —Riki lo escuchó atento, sorprendido con su organización perfecta—, como son cinco materias en las que necesitas mayor refuerzo, será una por día siempre durante la tarde. Las horas del mediodía serán para estudiar juntos las demás y a veces reforzar alguna de las cinco.
El mayor se quedó en silencio por varios segundos, una sonrisa surcando sus labios al ver los códigos de colores llenar aquella hoja. Sunghoon se había tomado la molestia de incluso poner las horas clase y las horas del club.
—Sugoi*(1) —murmuró, haciendo reír suavemente al bonito chico. Riki lo observó con desconcierto, sin ser capaz de entender por qué se reía.
—Es adorable cuando mezclas el japonés y el coreano. —respondió, mostrando aquella sonrisa brillante que hacía que el corazón de Nishimura se acelerara—. Por cierto, puede que de vez en cuando no pueda asistir a las horas del almuerzo debido a asuntos del consejo escolar. Me nombraron secretario, así que debo estar presente en reuniones de emergencia incluso.
Riki asintió, comprendiendo y le sonrió suavemente.
—Muchas gracias por tu ayuda, Sunghoon-ah. Realmente aprecio lo que estás haciendo por mí, así que realmente me esforzaré —prometió, sonriéndole en todo su esplendor. Esta vez fue el turno del corazón del de acelerarse y sus mejillas sonrojarse.
—Me gusta ayudar tanto como pueda —respondió, viendo hacia el frente para intentar ocultar su sonrojo—. Espero ser de ayuda.
El mayor ya no pudo responderle porque el profesor de física entró, silenciando a todos, pero se aseguraría de demostrarle que su apoyo no sería en vano.
. . .
Al mediodía, las rutinas de ambos cambiaron por completo, pero a ninguno le molestó. Riki tomó su bento*(2), junto a su libro de física, su cuaderno y su estuchera, y siguió a Sunghoon en silencio.
El más bajito llevaba una lonchera de tamaño mediano en una mano y sus útiles abrazados contra su pecho con ayuda del otro brazo. Caminaron por uno o dos minutos hasta que llegaron a una mesa solitaria en medio del patio trasero. Nishimura se sorprendió, porque no sabía que ese lugar existía.
Sentada en la mesa para unas seis u ocho personas estaba Wonyoung comiendo lo que parecía ser gimbap*(3). El pálido siguió caminando hasta dejar sus cosas en la mesa y le sonrió a la chica, mientras alborota a su cabello.
—Lamento la tardanza, Wony —la chica negó con una sonrisa al mismo tiempo en que Riki se sentaba al lado de su amigo.—. Él es Nishimura Riki, el chico del que te estuve hablando.
Riki saludó con un asentimiento y una leve sonrisa.
—Es un gusto conocerte.
—Jang Wonyoung, el placer es todo mío. — La bonita pelinegra le sonrie con calidez y siguió comiendo en silencio, mientras leía un libro que Riki no logró reconocer.
Sunghoon le dió un codazo.
—Come, tenemos que tener suficiente tiempo para repasar.
Riki sólo asintió, abriendo su bento y sonriendo al ver el delicioso almuerzo que él mismo se había preparado. Observó cómo Sunghoon abría su lonchera y sacaba varios depósitos plásticos: uno de arroz, uno con gimbap, uno con salsa, uno con carne, uno con verduras y otro con huevos duros partidos por la mitad.
Wonyoung lo observó de reojo antes de comenzar a reír.
— ¿Jay-oppa de nuevo? —preguntó con diversión, causando un gruñido en Park.
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𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐇𝐎𝐎𝐍•| Hoonki
ФанфикNishimura Riki deberá encontrar la forma de ganarse la confianza de los hermanos Park si desea seguir siendo el novio de Sunghoon.