Intruder

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Tres golpes en la puerta se escucharon antes de ser abierta con cuidado, esperando no despertar al Omega, sí es que estaba dormido.

—¿Félix?— pregunto suavemente sentándose en la orilla de la cama mientras con sigilo acercaba su mano para a acariciar el bulto formado bajo las sábanas.

Félix se removió soltando un quejido, sonido que hizo poner a Alfa alerta.

—¿Necesitas algo?— pregunto manteniendo su tono neutro para no alterar al Omega

No recibió respuesta y luego de un par de segundos decidió levantarse y retirarse. Se había tomado aquel atrevimiento de acercarse a Félix aún sabiendo su estado y en el fondo agradecía que no lo haya echado de su pequeño nido que había apenas formado gracias a un par de prendas que aún le quedaban de su amado.

—Woo...— susurro Félix descubriendo sus tristes ojos para contemplar al Alfa

De inmediato Wooyoung se acercó, hincandose frente a la cama mientras posaba una de sus manos sobre el rubio cabello de Félix quien dejó ver por completo su rostro para cruzar miradas con el contrario.

Después de meses de no ver a Félix, Wooyoung pudo contemplar su rostro. Tenía ojeras muy marcadas, sus labios estaban grisáceos y resecos, su piel pálida y demacraban dejaban ver la resequedad de aquellas lágrimas derramadas, sus ojos habían perdido aquel brillo que siempre amo de él, pero aún así, con el sufrimiento que Félix cargaba, seguía siendo frente a sus ojos, el Omega más hermoso y frente a su corazón su más grande y eterno amor.

—¿Tienes hambre?— pregunto Wooyoung con la voz apretada, acariciando su cabello. Quería preguntar otra cosa, quería consolarlo, rodearlo con sus brazos y llenarlo de su aroma mientras le daba mimos; deseaba calmar su dolor.

Pero no era lo apropiado. Por lo menos no hasta que Félix dijera lo contrario.

Félix nego, —Necesito que... Que consigas supresores— pidió jadeante.

Wooyoung asintió levantándose, de inmediato el Omega lo detuvo tomando con fuerza la manga de su camisa

—¿Puedes cuidarme durante mi celo?— pregunto Félix demasiado avergonzado, pero sabía lo mucho que necesitaba de un Alfa y Wooyoung también lo sabía.

Estar en celo con un lazo roto era algo que su Omega no podría soportar, en cualquier momento podría morir de tristeza.

Wooyoung relamio sus labios, quiso responder de inmediato pues aquella propuesta jamás se la imagino que llegaría; aún así se detuvo a pensarlo, debía controlar a su Alfa o de lo contrario asustaría a Félix y solo lograría arruinar las cosas.

Acepto asintiendo mientras sentía ser liberado por el Omega y de inmediato salió de la habitación en busca de todo lo que Félix podría ocupar durante esas veinticuatro horas.

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—Por fin liberaron a su padre, señor Bang, ahora se encuentra de regreso a Australia— explicó uno de los Betas que trabajaban para los Hwang

—Gracias, que se encarguen de su seguridad mientras las cosas se calman— ordenó Chris continuando con su trabajo.

Hyunjin seguía con sus clases por lo que su cuñado se encontraba cubriéndolo de sus labores.

El Beta asintió ante la orden y antes de salir fue detenido por el Alfa.

—¿Sabes dónde está mi esposo?— pregunto

𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 || 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐲 𝐤𝐢𝐝𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora