Para Gojo Wakana, integrante de una tradición familiar en la confección de muñecas Hina, sus manos poseen un desarrollo que poco nota es muy diferente a la de los demás jóvenes de su edad. Precisión, control, práctica constante y una formación como...
Tras una cena que se sintió que transcurrió muy rápido, Wakana, Marin y Sajuna se encontraban a pocos metros de la estación de trenes, donde Gojo acompaña a sus visitas para asegurarse que lleguen bien a casa.
El trayecto a la estación fue particularmente silencioso, contrario a lo que Gojo estaba acostumbrado al encaminar a la joven rubia al recinto. Mientras él mostraba una expresión tranquila y casual, no era lo mismo para las chicas.
Sajuna buscaba mantener su compostura, queriendo evitar un desliz emocional que la haga ver como que le incomoda la situación, sabía el efecto de Marin sobre un posible ambiente de conversación, aunque le llamaba más la atención aquel cambio de actitud fanática y enérgica hacia ella desde que terminaron de cenar.
Marin, por su lado, lucía atascada y un poco nerviosa, a ratos miraba por el borde de su ojo a Gojo y a Sajuna para luego volver a clavar su vista al frente. Aquella confusa sensación solo la podía comparar a una anécdota de la cual se enteró hace no muchos días, antes de ir de viaje con su padre.
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Conteniendo el impulso de reiterar dicho puchero y volviendo su vista al frente, Kitagawa se acuerda cuando Gojo le contó sobre la visita de Shinju a su casa para preparar el cosplay de Souma, aquella sensación que hormigueaba su cabeza era algo nuevo para su tradicional seguridad.
"Sajuna..." dice Gojo rompiendo el silencio "a todo esto ¿vives muy lejos de aquí?"
La pregunta de Wakana y su tono cotidiano rompe las tensiones del momento para ambas, Sajuna se toma sus segundos para responder con tranquilidad, sin embargo, Marin siente otra punzada de tensión en su cuerpo, causada por aquel trato del joven a la pequeña cosplayer.
"No tan lejos, me dirijo hacia Minamiurawa, por lo que no es tan agotador el viaje" dice Sajuna.
"Entiendo..." responde Gojo.
Wakana y Sajuna continuaron sosteniendo una conversación sin temas más profundos, observados por una asombrada Marin que poco le importó el contenido del diálogo, el asombro producido por aquella conversación tranquila le llamaba a participar, pero algo dentro de ella no se lo permitía. Kitagawa quería entrar en la conversación, pero en el fondo tenía un deseo más profundo que no sabía cómo colocar en palabras.
Al llegar a la estación Iwatsuki, Sajuna se adelanta y se despide rápidamente, Marin reúne toda la serenidad que encontró para responder con cortesía mientras mira a la joven pelirrosa pasar por las puertas de acceso.
'No mires atrás, no mires atrás, ¡No mires atrás!' se repetía Sajuna hacia si misma en su mente. Pese a la llegada repentina de Marin, Juju sentía que la tarde que compartió con Gojo era suficiente para decir que era un buen día, no quería gatillar algún suceso que arruinara eso, mucho menos mirar algo que no desease contemplar.
En la entrada, Marin se había quedado con Gojo, esperando a que Sajuna desapareciera de su campo visual. A medida que se alejaba, la joven se relajaba buscando evitar aquella incomodidad.
