Pero claro que esas palabras hicieron eco en la cabeza de Victoria y más del que Osvaldo podía imaginar...
Su teléfono sonó, era otra vez Heriberto, esta vez no dudo en responder a sabiendas de que debía estar preocupado al no haber recibido respuesta por la mañana, ni a su primer llamada ni a sus mensajes
V:¿Bueno?
H: Amor, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes hoy?- pregunto sentando tras su escritorio, ese día su guardia estaba siendo larga
V: Me siento como todos los días, creo que debo empezar a acostumbrarme a esto- caminando a la cocina
H: No, amor, no... No debes acostumbrarte a estar mal, aunque entiendo que te sientas así, ¿Comiste hoy?
V: Dormí todo el día, pero en este momento voy a comer algo, estoy en la cocina
Heriberto suspiro frustrado, se desbarataba pensando en como ayudarla, daría lo que fuera por quitarle ese dolor de encima
H: Prométeme que no vaz a volver a malpasarte así, no quiero que te enfermes, Victoria
V: No tengo apetito, Heriberto... Solo tengo sueño
H: Lo se, buscaremos la manera de lograr que te sientas bien, mi amor... Hoy mi guardia termina hasta la madrugada pero mañana temprano iré a verte, te extraño, mi amor
V: Está bien... Yo también te extraño... Heriberto- murmuró sintiendo las lágrimas rodar nuevamente por sus mejillas
H: ¿Si?
V: Gracias por quererme...
H: Te amo, Victoria, te amo como no tienes una idea- reconociendo su voz llorosa
V: Yo también te amo
H: Nos vemos mañana...
V: Si...- respondió en un susurro antes de cortar la llamada.
Heriberto sintió una tristeza enorme instalarse en su pecho al escucharla así, esa mujer era el amor de su vida, era una mujer fuerte, valiente, y ahora estaba en el fondo de un hueco del que sería muy difícil sacarla... Difícil más no imposible, pensó.
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Las cosas con María no iban nada fuera de lo común, en un café estaba reunida con dos de sus amigas, más por compromiso con su padre que por otra cosa porque realmente tenía los ánimos por los suelosX: Ay ya, Maria, quita esa cara, por dios- fastidiada de su semblante
M: ¿Y que cara quieres que ponga, Ximena? Está es la única que tengo- rondando los ojos
Pe: Ya, María, sabemos que no tenías ganas de salir con nosotras pero la que armó este plan fuiste tu, así que te acomodas o te acomodas por favor
M: Ni al caso tu comentario, Perla, y saben que, yo mejor me voy
X: No, no María, ya estamos aquí, aprovechemos para hacer algo, para que te distraigas y así
M: No, yo no tengo muchas ganas...
Pe: Pero para que te quieres ir a tu casa tan rápido, digo, allá no hay nada más que problemas
María pensó que tenía razón, además esperaba que para ese momento su papá ya estuviera hablando con su madre y tratando de arreglar las cosas
X: ¿Por qué no vamos a bailar a algún lugar?
M: Estás loca, nos piden una identificación y no la tenemos...
X: Nos piden dinero para pagar la cuenta y eso es lo que tenemos- interrumpio sonriendo.
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Sentadas en una mesa, de aquel lugar que estaba tan de moda entre los jóvenes, María no pudo evitar sentirse incomoda, algo fuera de lugar y sin ganas de estar ahí, mientras sus amigas susurraban y veían coquetas a cuánto muchacho se atravesaba ella no podía disimular su cara de pocos amigos... Eso hasta que un mesero se acercó con una bebida para ella
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•𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨.
FanfictionDicen que cuando alguien cercano a ti muere una parte de tu alma viaja con el, se fuga y entonces de pronto te sientes perdida, vagando incompleta en un lugar donde todo te parece totalmente desconocido... Y ¿Puede seguir la vida después de perder a...