Capitulo 7

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Quien conociera a Victoria de mucho tiempo y la viera ahora no la podría reconocer, y se preguntaría ¿Dónde quedó la mujer de acero, segura de si misma e imponente?, Ni ella misma se creía lo mucho que había cambiado de un tiempo para acá, se veia al espejo y se preguntaba cómo era que podía soportar tanto... Hacía tres meses desde el día que ella y Heriberto se habían dejado de ver, Osvaldo se había mudado a su casa hace dos meses también, siguiendo con la farsa de continuar su relación y haciendo feliz a su hija mientras ella se hundía más en la desdicha, y todo por el coraje de no poder desmentir la historia que Osvaldo se había inventado...

—Flashback

V: ¡Cómo te atreves, Osvaldo! ¿Por qué hiciste eso?— reclamo, después de ver a su hija salir y dejarlos solos

O: Victoria, no te pongas así, lo hice por nuestra hija...

V: ¿Por nuestra hija? Eso no te da ningún derecho de haberme besado, y peor aún, haberle dicho esa mentira, estás loco

O: ¿Pero es que no viste su carita de felicidad?— sonrió

V: Osvaldo, no entiendo por qué le dijiste eso pero tú sabes perfectamente que no es verdad y que entre tu y yo ya no puede haber nada más...— recalcó bastante molesta

O: Mira Victoria, puede ser que yo haya dicho una mentira pero está mentira hizo feliz a nuestra hija, piensalo— se acercó a ella— no nos cuesta nada aparentar, solo en lo que pasa el duelo que nos dejó la perdida de Fernanda, hagámoslo por María...

V: Osvaldo, no...

O: ¡Entonces se tu la que le diga a nuestra hija que esto es mentira! Porque yo no me atrevo a romper sus ilusiones.

—Fin flashback

Y claro que ella tampoco sé atrevió, por eso la mentira seguía en pie, agotandola cada día.

Por lo menos ya se había sentido con más fuerzas como para regresar a la casa de modas, y bueno, realmente estaba obligada a hacerlo, hacía casi un año que habia empezado a planear un importantísimo evento y la fecha se había llegado, más que nada por eso estaba ahí, sentada tras su escritorio aunque perdida en sus pensamientos... Mientras Antonieta hablaba explicándole su opinión para la nueva colección que presentaría.

A: ¿Victoria?¿Victoria estás bien?— acercándose a ella— ¡Victoria!

V: ¿Si? Ay, discúlpame Antonieta estaba distraída, ¿Que me decías?

A: Ay, amiga, ¿En qué piensas?

V: En nada importante, pásame esos bocetos de alla— apuntando la carpeta de una esquina del escritorio

A: Estás pensando en el, ¿Verdad?

Antonieta la conocía perfectamente y casi que podía leer sus sentimientos y su estado de ánimo, y claro que sabía que en parte estaba así por Heriberto

V: a ti no puedo ocultarte nada... Si, estoy pensando en el, hace 3 meses que no se nada de Heriberto y siento que me voy a volver loca— suspiro

A: Vicky, no sé porque te sigues lastimando así, está situación debe ser igual de difícil para los dos, ¿Por qué no lo buscas?

V: No Antonieta, el ya me dejó muy en claro que no quiere saber nada más de mi...

A: Pero amiga, todos sabemos que eso es mentira, tu y el doctor se adoran, se aman y se lo gritaban con la mirada, es injusto que dejen morir eso.

V: Es lo que merezco, ¿No? Que poco a poco las cosas que amo vayan muriendo... El cariño de María, mi relación con Heriberto... Fer...— susurro con dolor

•𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora