Capítulo 21 "Me pregunto como es ser amado por ti"

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GABRIEL.

Al extender mi mano hacia ella existía la posibilidad de que ella decidiera quedarse en los brazos de ese idiota que ni siquiera la ayudo al instante, por lo que cuando sentí su suave toque en mi mano me sorprendí, pero no dude en tomarla de la mano y guiarla hacía el interior de la casa.

Seguía respirando agitadamente y solo su tonta presencia estaba haciendo que me controle de no ir a matar a esos hijos de puta que se atrevieron a tocarla.

Luego de subir al piso de arriba, verifique que su cuarto este vacío, luego de sacar las sabanas, la obligue a sentarse ahí mientras iba por alcohol y gasas al baño.

Sentí frío al soltar su mano, y me sentí un idiota por como me afectaba un simple toque.

La encontré sentada como indio en su colchón, tenía la mirada perdida y seguía con los ojos un poco aguados, su cabello que me gustaba tanto estaba desordenado, su mejilla se tornaba del mismo color que este, y sus labios hinchados de tanto morderlos me invitaban a tomarlos y hacer de ellos lo que quisiera.

Sali de su hechizo y me senté frente a ella.

—Gracias—susurro bajito.

Moje el algodón con un poco de alcohol rectificado y lo pase lentamente por el lado de su mejilla golpeada, el contacto la estremeció y cerro los ojos.

Nombra un acto no sexual que te excite, pensé.

—¿Qué hacías cerca de esos idiotas?—pregunte mientras cerraba el alcohol.

—Me acerque a pedirles fuego—respondió suspirando.

—¿Fuego?—pregunte incrédulo.

La vi removerse y sacar una caja de cigarillos del bolsillo de su chaqueta.

—Vaya rojita, no dejas de sorprenderme—hablo flipando.

—Supongo que fue mala idea acercarme así a desconocidos—habla y baja la mirada jugando con sus manos.

—Ey— hablo tomándole de las manos y haciendo que me mire. —Nunca va ser tu culpa que ellos actúen así, sin importar lo que hagas, nunca va ser tu culpa—recalcó.

Ella asiente y me quedo helado cuando me rodea en un abrazo que me pilla con la guardia baja, respiro su aroma y siento todas mis barreras caer cuando la abrazo de vuelta apretándola fuertemente contra mi.

Me apartó de ella cuando recuerdo que hace unos minutos abrazo así a Nicholas aún cuando fui yo quien la saco de ahí y la rabia me invade de nuevo.

Todas sus acciones habían dejado claro que la maldita idea de venganza solo había logrado acercarla mas a Nicholas, así que mi plan había salido mal de todas formas, tenía el equipo, pero no tenía a la chica.

—Ya estas—hablo frío cuando me separo de ella.

Veo la confusión en sus ojos por mi repentino cambio de humor, pero no le doy tiempo de reclamar cuando salgo de su habitación volviendo a la fiesta.

El resto de la noche la paso de mal humor, Agustina había bajado y aumentaba mi mal humor verla bailar con cualquiera de los chicos que se le acercaban.

Sentía su mirada sobre mi cada tanto y decidí devolvérsela, nos encontramos en un duelo de miradas mientras tomábamos de nuestras cervezas, la sentía retarme con los ojos, enarca una ceja y aparta la mirada, dando media vuelta para seguir bailando mientras toma su cabello en sus manos y lo suelta lentamente.

Apretó la mandíbula con fuerza y salgo del salón, aguantando las ganas de ir hacia ella y tomarla en frente de todos.

El fuerte viento me azota en la cara cuando salgo al patio trasero, es el único lugar que no esta abarrotado de gente, y trato que el frío me calme el calentón que me provoco la pelirroja.

—¿Que?—preguntó cuando la siento tras mío.

Su aroma era inconfundible.

—¿Tanto asco te doy?—me pregunta con un hilo de voz.

Doy medio vuelta enfrentándola, esta sudada, y por sus ojos puedo notar como la cerveza ya la había entonado.

Asco te daría todas las formas en las que te quiero tomar

—Creo que ya tomaste lo suficiente—habló tranquilo.

—No me respondiste, dime, ¿me odias hasta tal punto de darte asco?—insiste y se acerca peligrosamente a mi.

Doy un paso atrás..—Vuelve a la fiesta—habló llevando mi control al límite.

—No hasta que me respondas—vuelve a replicar esta vez pegando su cuerpo al mío.

—No sabes lo que acabas de hacer—.

Tomo su cuello con fuerza e impacto mis labios en los suyos, hago lo que llevo queriendo hacer toda la noche, y su dulce sabor hacer que valga la pena. Siento sus manos en mi cabello y la veo de puntitas siguiéndome el beso.

Eso logra encenderme aun mas y la tomo de la cintura alzándola y haciendo que enredé sus piernas en mi cintura, la guío a la pared y nos adentramos a la oscuridad de su patio trasero mientras nos comemos el uno al otro.

Su lengua intentando entrar a mi boca me vuelve loco, y le doy el acceso logrando perderme totalmente en ella, se separa para tomar aire y aprovecho el momento para dirigir ahora mis besos desesperados a su cuello, lamo, muerdo y hago lo que deseo con ella, para volver a su boca, bajo mis brazos a su trasero y le doy un apretón que la hace gemir en mi boca.

Pierdo los sentidos cuando es ella quien baja a mi cuello también marcándolo con mordidas, aprovecho para llevar mis manos a sus pechos y acunarlos, juego con su pezón erecto y la siento gemir de vuelta contra mi cuello.

—¿Te parece que me das asco?—preguntó y acerco mi boca para besar el inicio de sus pechos.

Gime aun mas cuando levanto su blusa con fuerza y saco uno de sus pechos del brasier, lo llevo a mi boca y lo estimulo con mi lengua.

Ella solo esta apoyada en mi mientras yo me deleito con toda ella, liberando todo lo que ya me había controlado.

Posa su mano en mi pecho separándonos y la bajo al piso sin soltarla de la cintura, observo sus mejillas encendidas, sus ojos oscuros de excitación y puedo ver su pecho subir y bajar rápidamente.

Pero me pierdo totalmente cuando sonríe mostrando todos sus dientes y marcando un hoyuelo pequeño en el lado derecho.

Ay rojita, ¿Cómo será ser amado por ti?


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