Cuando Agustina regresa lo que menos espera es involucrarse en un plan de venganza, pero le es imposible negarse al lindo chico de los ojos verdes.
Sin embargo, se ve metida en una telaraña de mentiras intentando descubrir que paso en r...
Lo bueno del internado era que nos levantábamos a cualquier hora, ya que teníamos clase de tarde, sin embargo, aquí la secundaria es para las ocho.
Fui a ducharme y luego me vestí con un jean y una camiseta holgada. A pesar de todo, me encontraba nerviosa por mi primer día de vuelta.
Tome mis cosas para el día y baje a desayunar, donde me encontré con Oliver, el cual tenia su habitación abajo.
—Buenos días —hable tomando asiento frente a mi hermano—
—Buenos días capullo—
—Eh, eh, no me digas así, tenemos la misma edad —hable simpática—.
—Como amaneció mi señorita —hablo mi mamá poniendo una taza de café frente mio.
—Muy bien—respondí sonriente—.
—Eso esta genial, en fin, debo ir a trabajar, casi lo olvido, Agus toma esto- dijo tendiéndome un llavero con dos llaves.
—¿Que es esto?—
—La llave de la casa —respondió mi mamá..— y de tu auto.
Paren todo
—Adiós—hablo mi mamá riendo por mi estado de shock—
—Superalo Agus y ya vamos al instituto —dijo mi hermano—.
Fui al porche y vi un auto negro, realmente genial, no podía creer que era mio, justo en eso se acerca el jardinero de la casa de al lado y saluda a mi hermano.
Mi hermano baja por la rampa y se dirige al auto, abre la puerta del copiloto y el jardinero lo toma en brazos de la silla de ruedas y lo pone en el asiento.
Mis ojos se aguaron, había olvidado que mi hermano no podía moverse
El jardinero doblo la silla de ruedas y la subió en el asiento trasero
Articule un gracias con mis labios, a lo que el respondió sonriendo, me dirigí al asiento del piloto, y nos dirigimos a la secundaria.
Al llegar aparque y vi a muchas personas entrando a la secundaria y otras junto a sus autos, no recordaba a tantas personas.
Baje del auto y abrí la puerta a mi hermano, también baje su silla de ruedas y la abrí, pero había un problema, aunque yo era alta, jamas estos debiluchos brazos podrían levantar a mi hermano.
—Intentare levantarme, estoy yendo a la fisioterapeuta —dijo mi hermano—.
No quería que lo haga pero no tenia otra opción.
Le ofrecí mi brazo como respaldo, y cuando estaba por agarrarse de mi una voz lo detuvo.
—Ni se te ocurra Oliver —oí una voz tras mio—.
Me gire y vi al dueño de esa voz, un chico mucho mas alto que yo, hombros anchos, cabello rubio, ojos verdes, y una chaqueta del equipo de fútbol.
El chico paso a mi lado, ignorando totalmente mi presencia, levanto a mi hermano como lo había hecho hoy el jardinero, y lo puso en la silla de ruedas.
—¿Un nuevo levante amigo? —pregunto el chico mirándome—.
—Es mi hermana idiota —respondió Oliver riendo—.
Este solo se encogió de hombros y empezó a empujar la silla de ruedas de mi hermano, pero se detuvo de nuevo y dio media vuelta para observarme.
Me estaba poniendo nerviosa
—Chica roja —hablo el rubio, me guiño un ojo y rió, para luego seguir empujando la silla de mi hermano.
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Gabriel👆
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