¿Qué es Twitch? {Riddlebird} (The Batman AU)

3 - Encontronazo con un chico emocionado

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Mientras el pingüino estuvo los días posteriores intentando averiguar más sobre el tipo con el que debía de hablar para comprobar de que no volviera a decir nada de Falcone, Edward estuvo relativamente tranquilo, aunque ocultando el cercano encuentro con el pingüino a su audiencia, prefiriendo, así, no hablar de ningún tema relacionado con la política.
Aún así, sentía cierta emoción por la llegada del día.

Por el contrario, haber aprendido a usar un ordenador o instalar YouTube con un móvil le había supuesto todo un reto a Oswald. Con la ayuda de Selina Kyle, la recepcionista de la oficina de Falcone, había aprendido ciertas cosas esenciales, aunque no dejaban de ser simples y de principiante: tenía creada hasta una cuenta de Google y había echado un vistazo a Twitter con el afán de leer lo que la gente opinaba del streamer, encontrándose a su paso con comentarios sobre su misma figura que no le dejaron de muy buen humor. La gente en internet no hablaba excepcionalmente maravillas sobre el pingüino.

Cobblepot, si debía de ser honesto con él mismo, aún no entendía el peligro que suponía aquél chaval que a veces se iba un poco de la lengua sobre temas de política. Había observado que poseía cierta fascinación por los rompecabezas y puzzles por la temática con la que había decorado su canal, y estaba todo el día jugando a los videojuegos más actuales mientras realizaba comentarios críticos de todo tipo.

Parecía alguien bastante normal y ordinario, a decir verdad, y no acababa de creerse que representara el mismo peligro del que Falcone le había advertido. De todas maneras, debía de hacer lo que su jefe le había mandado, quisiera o no, y era algo que había asimilado por las malas o por las buenas en los primeros meses que estuvo trabajando para él, aún si esa posición debajo de Falcone nunca le había satisfecho lo suficiente.

Pero Oswald también sabía que jamás ascendería de posición si se alejaba de Falcone, sin realizar algún movimiento estratégico antes, o algo por el estilo.

Sea como sea, el día de la quedada no tardó mucho en llegar con el pasar de los días.

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Oswald había asistido a la quedada, tal y como quería Falcone, y ahora descansaba en el asiento de la terraza de la cafetería mientras se disponía a fumar.

Miró hacia su alrededor; había algún par de personas paseando a su mascota, pero era todavía casi de madrugada y no había mucho movimiento, lo cuál era una buena señal. No hubiera tenido sentido que se encontraran a plena hora punta, discutiendo algo secreto a la vista de cualquier tipo de personas.

De un momento a otro, como si de un leve soplido se tratase, sintió al lado suyo que alguien ocupaba el banco. Al girar la cabeza hacia él, observó que era el hombre que estaba buscando, que entre sus gafas trasparentes y un cabello descuidado y no muy bien cepillado escondía una cierta expresión de orgullo.

-No deberías fumar -dijo de un momento a otro, como si esa fuera la mejor manera de saludarle-, no te va a traer un futuro sano.

Oswald le miró con incredulidad, pensando en qué tipo de arrogancia debía de tener aquél tipo para ir dando ese tipo de consejos a la persona que menos le convenía en el momento. Dio una calada a su puro al instante y parte del humo cayó en la cara del otro.

-Podría decirte lo mismo, chaval. Verás, no sé qué planeas y tampoco me interesa, pero no metas las narices donde no te llaman, y así te aseguro que tú y yo, y sobre todo Falcone, nos llevaremos bien.

-¿Has venido aquí sólo para decirme eso?

El Pingüino se encontró rápidamente ofendido por el valor del otro chico, e incluso detuvo el movimiento del puro y lo alejó de su boca, incorporándose en una postura más detenida.