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La luz traspasaba las cortinas blancas, iluminando todo el cuarto, el omega pequeño de la casa comenzó a removerse por la molestosa luz del sol que justo daba directo a sus ojos miel, Chanyeol veía como Baek intentaban ocultarse debajo de las sabanas, era realmente tierno, lo amaba tanto.

- Buenos días, mi omega hermoso- lo destapo para por fin ver a su esposo.

Despertar a su lado era lo mejor del mundo, agradecía a la luna por poner en su camino a su tierno Baekhyun, a su pareja destinada. El príncipe Baek dio una gran sonrisa, con sus manos acaricio esas orejas llamativas de su alfa, le encantaba jugar con ellas, este acto le causo una fuerte carcajada al alto; el disfrutaba los toques del bajito.

- Buenos días mi chanie. - lo beso.

A ninguno de los dos le importaba el aliento matutino, sus labios encajaban perfectamente, sentir los labios esponjosos de Baek era lo mejor del mundo. Pero para el rey que estaba viendo esa dulce escena era lo peor, le daba asco. Así que sin más golpeo la puerta llamando la atención de la pareja.

- Park te quiero en mi oficina ahora.

Chanyeol se puso una camisa y sus chanclas, salió del cuarto dejando otra vez solo a Baekhyun. El bajito refunfuño ya que le habían destrozado el momento mágico con su pareja y encima tuvo que ser su odioso hermano.

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- Acepto el matrimonio Chanyeol.

Los ojos del príncipe de  Eunpyeong-gu casi se le sale de sus cuencas, no podía creer las palabras que salían de la boca del rey. 

- ¿C-cuando querrá ver a mi hermano?

- En estos días, quiero que esto se acabe pronto- susurro lo último.

Chanyeol llego de nuevo a su cuarto, enternecido por la imagen, ya que Baekhyun sostenía su camiseta oliendo su aroma, quitándose esa tierna escena agarro un bolígrafo y empezó a escribir una carta para su padre.

Al acabar de escribir, aviso a unos de los empleados de la casa para que lo enviaran a Eunpyeong-gu, esperaba que la carta llegara pronto al reino. 

En el reino de Eunpyeong-gu

- Señor, acaba de llegar una carta de su hijo Chanyeol.

El rey comenzó a leer la carta, una sonrisa apareció en su rostro y se levanto de su silla para darle la buena noticia a su hijo mayor. 

- Hijo, prepara las maletas.

- ¿Por que padre?

- Te vas a casar con el rey de Changsha.

Sin mas remedio, el omega tuvo que prepara su maleta, no podía negarse a las ordenes de su padre. Un simple omega no podía enfrentarse a un alfa y menos a un alfa rey; estaba triste, desanimado. Él por nada del mundo quería casarse y menos con un desconocido, seguro que el rey de china iba a ser un viejo, todo arrugado y con los diente chuecos. De solo imaginárselo le daba nauseas.

- Príncipe, el carruaje lo esta esperando.- aviso su empleado de más confiada- Debe darse prisa el viaje va a ser muy largo.

- Tao, no quiero irme- refunfuño el omega.

- Mira Suho es por el bien del reino, tú sabes que Eunpyeong-gu tiene que unirse con Changsha para que nos ayude en la guerra. ¿O quieres que todo el reino y el pueblo mueran?

Junmyeon negó con la cabeza, resignado subió al carruaje, tenía que aceptar su destino. Debía salvar al pueblo y si la única solución era casarse pues él lo haría.

- Solo espero que sea guapo- susurro.

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Después de 6 días llegaron al reino de Changsha, el príncipe Suho se impresiono al ver el estado del pueblo, todo estaba destrozado menos el palacio que era lo único estable de ese lugar, al entrar a la vivienda lo recibieron unos guardianes que les llevo a su habitación.

- Así que tu eres Park Junmyeon- hablo una voz profunda que asusto al príncipe de  Eunpyeong-gu.

Suho se levanto de la cama y se acerco a la puerta donde estaba parado su futuro marido, que Suho todavía no sabia quien era.

- No sabes tocar la puerta.

- No me hace falta hacerlo.

- Imagínate que estaba desnudo- dijo Junmyeon.

Yixing se acerco mas a Suho quedando a centímetros de su rostro.

- Hubiera sido fascinante verte desnudo- lo miro con ojos de deseos.

Las palabras del rey provocaron un sonrojo a Junmyeon, el príncipe no esperaba que Yixing digiera eso.

- A todo esto tu quien eres- pregunto Suho.

- Soy el rey de Changsha Zhang Yixing. Tu marido.

Las piernas de Suho temblaron al saber que el chico que estaba delante de él iba a ser su esposo, nunca imagino que su esposo iba a ser un chico tan hermoso, sus ojos eran tan bonitos y ni hablar de su cuerpo. El traje que llevaba le favorecía.

- Disculpe por no hablarle con respeto no sabía que usted era el rey y... mi futuro marido.

- Te perdono. Tu hermano no me dijo que eras un maleducado.

Suho se aguanto las ganas de golpearlo, como se atrevía llamarle maleducado.

- Rey es hora de la cena- aviso uno de los empleados.

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Yixing entro a su oficina, su estomago estaba revuelto y no le apetecía cenar, cerro los ojos y la primera imagen que le apareció fue la de su futuro esposo ese lindo omega. No sabe el por que pero cuando lo vio su corazón se acelero y el aroma que tenia ese príncipe lo calmaba.

Toc toc

- Adelante.

La puerta fue abierta por Chanyeol, su pelo estaba desordenado y su ropa un poco arrugada, Yixing noto que el príncipe estaba ansioso.

- H-hola cuñado- hablo nervioso.

- ¿Qué necesitas?- pregunto el rey.

Chanyeol cerro sus ojos, tenía miedo de la reacción de su cuñado. Sin más rodeo hablo.

- Tienes condones.

La oficina se quedo en silencio, el rey se levanto de la silla y se dirigió a un cajón, agarro unos condones y se los lanzo directo a la cara de Chanyeol.

- Gracias cuñadito.

Enserio que algún día iba a matar a Chanyeol.


Our destiny | Exo OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora