Sección de Thomas Shelby

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Advertencia: Violencia o uso de armas 

Nombre: La hija de Salomons 

Thomas se encontraba entrando a la vieja, según él, oficina de Alfie,porque le había enviado un telegrama, antes de entrar, apagó el cigarrillo terminado, para luego tirarlo y apagarlo con el pie

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Thomas se encontraba entrando a la vieja, según él, oficina de Alfie,porque le había enviado un telegrama, antes de entrar, apagó el cigarrillo terminado, para luego tirarlo y apagarlo con el pie. Luego tocó la puerta un par de veces, dentro sonó un "pase", pero eso no fue lo que le hizo que frunciera las cejas, si no que lo dijo una mujer. Abrió un poco dudando y frunció aún más el ceño al ver que era verdad lo que había escuchado, echó un vistazo al despacho pero no vio a Alfie, solo estaba ella. 

Abrió la puerta del todo y tosió para que la mujer levantase los ojos de la hoja de papel, pero eso no paso.

-Puede sentarse señor Shelby- Dijo sin levantar la mirada y leyendo los papeles que tenía en la mesa mientras señalaba la silla enfrente de la mesa, para que él pueda tomar asiento. No fue hasta que se sentó es, que dejó los papeles en un lado y lo miro. Lo primero que observó Tomas fueron esos ojos color café y lo primero que pensó al ver su cara es que era hermosa, pero se reprendió mentalmente, estaba ahí para hacer negocios, no para coquetear.

-¿Y el señor Salomons?- Ella rió y elevó sus hombros.

-No puede acompañarnos hoy, señor Shelby. ¿Un wisky?- Dijo preparando los vasos, él asintió y cogió el vaso cuando se lo ofreció.

-¿Quién es usted? El señor Salomons no me habló de usted- 

-Claro que no lo hizo- Dijo más para ella misma que para Thomas- Soy su hija, me llamo leire, soy la que lleva la mitad de sus negocios, soy como la segunda en el trono, a si que señor Shelby, ¿para qué contactó con nosotros?- Dijo ella sentándose y sacando un cigarrillo, hizo un gesto, ofreciéndole uno y él lo cogió.

-No contacté con "vosotros"- Respondió, enfatizando la última palabra-  Alfie Salomons contactó conmigo, me envió un telegrama, a si que, cuando pueda hacer una reunión, hágame el favor de decirle que se presente al menos- Dijo levantándose y andando hacia la puerta, pero paró cuando escuchó otra risa de la femenina. Lo estaba empezando a enfadar, no había dejado de reírse desde que habló- ¿Qué ocurre ahora?- Preguntó girándose a verla.

-El dijo que diría eso, por eso dejó esto- Dijo entregándole un papel, firmado por Alfie y comunicándole que si quería algún trato debía hablar con ella, también explicaba el motivo de ausencia y que se verían algún día. El resopló y la miró

-Vale, he venido a hablar de negocios señora Salomons- Antes de terminar, ella le corto.

-Soy Leire, le he dicho mi nombre antes por algo, señor Shelby. He oído que te salvó la vida un policía.-Dijo, rellenando el vaso de wiski y luego guardándolo debajo de la mesa. 

-Tengo policías sobornados- Dijo tranquilo mientras soltaba el humo del cigarro y lo dejaba en el cenicero.

-No me gusta la policía, porque en la policía no se puede confiar- Dice mientras se apoya en el escritorio con los brazos cruzados.

-El señor Sabini usa policías a diario, por eso está ganando la guerra en Londres, y usted la está perdiendo- Dijo tranquilo, mientras Leire se tensa, pero luego mira hacia la ventana y sonríe fe costado.

-Señor Shelby, la guerra no se gana hasta que se acaba- Dijo mirándolo de reojo mientras soltaba el humo del cigarrillo- Estoy segura de que fue a la guerra, ¿no es así, señor Shelby?- Le pregunto mientras dejaba el cigarrillo al lado del de Thomas, aunque no fue una pregunta, lo hizo como tal pero solo lo confirmó. -Yo también, señor, no en campo de batalla, obviamente. Pero si que estuve de enfermera, llevando los coches, y todas esas cosas. Vi cómo morían millones de personas, de un bando y de otro, lo presencié todo. Una vez, llegó un chico de 18 años, los acababa de cumplir, le habían disparado en la rodilla, se quedó conmigo un par de meses hasta que tuvo que volver allí, nos hicimos amigos- Dijo mientras lo recordaba con una sonrisa, pero luego la borró de golpe- La segunda vez que lo vi tenía el estómago y la boca rajados, le habían sacado los ojos  y tenía una bala entre las cejas.  A si que no venga aquí con los huevos, a sentarse en mi silla y a decirme que estamos perdiendo la puta guerra contra un puto espagueti- Dijo sin levantar la voz. Luego respiró y Thomas habló.

-Si estuviera ganando la guerra no me habría enviado el telegrama- Dijo encendiéndose otro cigarrillo, a Leire le ofreció otro y ella luego lo encendió. 

-¿a si? Y qué decía el puto telegrama, solo decía hola. Es muy sencillo, tú quieres venderme algo ¿Qué es?- Respondió, echándose hacia delante en el escritorio 

-Que unamos fuerzas- Ella rió ante lo que dijo. 

-No me jodas-

-Vengo a ofrecerle una solución, verá el señor Sabini está hechando a sus corredores de las carreras y la gente ya no se fía de su protección- Dijo serio

-Tu eres el que mató a Billi Kimber, tú fuiste el que le pegó un tiro, fuiste tu. Joder, le traicionaste, amor. A si que sería apropiado que te hiciera lo que estoy pensando- Dijo mientras sonreía. -Pero tienes suerte, ¿En qué me beneficiaría eso?-

-Puedo ofrecerle protección, 100 buenos hombres, todos armados. Puedo ofrecerte nueva relación con la policía- 

-Que inteligente, la inteligencia es algo muy valioso, ¿verdad, amor? Pero por lo general llega demasiado tarde -Dijo sacando un arma y apuntarle en la cabeza, para luego soltar una risita- Imagínate que ya te he disparado, no hace falta que te lo explique, tu sabes lo que es capaz de romper una bala en la frente.- Antes de poder seguir hablando a Thomas le empieza a sangrar la nariz, a lo que ella le lanza un pañuelo, pero Thomas no lo acepta y se limpia con la mano. Leire se pone seria y vuelve a hablar- Perdón amor, creo que voy a aceptar el trato- Dijo mientras le ofrecía su mano, para estrecharla y cerrar el trato, él sonrió.

-A sido un placer conocerla Leire-Dijo poniendo una carta de color blanco en la mesa con un número escrito en ella- Y espero poder volver a verla- Se giró y antes de llegar a la puerta notó un tirón en el brazo y algo chocó contra su pecho, era ella.

-Señor Shelby, me ha encantado su visita pero no soy ninguna puta- Dijo mientras su sonrisa iba desapareciendo. Él la cogió de la cintura y la sentó en el escritorio.

-No lo decía por eso, amor. Es que de verdad quiero volver a verte, no le doy esta tarjeta a nadie- Dijo enseñando la tarjeta por delante y por detrás, para luego guardarla en el bolsillo del traje de la chica- Es el número de mi casa, no es el de mi despacho ni el de mi trabajo, de verdad espero volver a verla, y espero que la próxima vez no lleve este traje, no lo digo porque le quede mal, usted ya me entiende- Dijo dándole un beso en la mejilla y luego guiñarle un ojo para después irse de allí.

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Dos semanas después, Thomy estaba en su despacho, hablando con Jhon cuando suena el teléfono, Thomas le hace una seña para que salga y Jhon hace lo que él le dice. Descuelga el teléfono justo cuando su hermano sale de la habitación

-¿Si? Thoma- Antes de que pueda responder en el otro lado de la línea le hablan y él sonríe.

-Estaba esperando su llamada- Dijo Thomas con una sonrisa

-Estaré en Birmingan pasado mañana, ¿tengo habitación por ahí o tengo que irme a algún hotel?

-Coja un papel y boli, le daré la dirección de mi casa y tendrás un coche esperándote en el río antes de que llegues- Dijo, para luego decirle la dirección de su casa 

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1325, nunca creí qye escribiría algo tan laargo, pero bueno, aquí estamos. Creo que hare unos 8 capítulos de Thomas, y el siguiente será Jhon 




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