Adicto a ti (Sanzu y tú)

VI

"Siempre estaré para ti"

"¿Lo prometes?"

"Sí, lo prometo"

Al ver que todavía no estaba calmada, decidió llevarte a uno de sus penthouse donde pudieras descansar.
Cuando entraron pudiste ver que había comedor, cocina, sala de estar, una piscina y, por supuesto, la habitación.

— ve a bañarte, estas llena de sangre— habló el Akaashi yendo a la cocina

No respondiste y sólo fuiste a hacer lo que te dijo.

Cuando saliste del baño agarraste una de sus pijamas que tenía en e armario y fuiste de nuevo con él quien estaba preparando té.

Agarraste una de las tazas para después ir al balcón.

De pronto, el sonido de la puerta principal siendo tocada los alarmó.
Sanzu fue hacia la puerta sacando una pistola que tenía en su pantalón y abrió apuntándole a la persona del otro lado.

— soy yo, idiota— habló su hermano bajando el arma

— ¿Cómo supiste que estaríamos aquí?— preguntó el pelirosa

— supuse que no iban a regresar a la mansión y este es el único lugar que está cerca de la explosión que provocaron— lo vió— ya está en las noticias

El mayor se quedó viéndote desde el comedor mientras que tú seguías en el balcón.
Extendió sus brazos hacia ti y fuiste hacia él para abrazarlo no sin antes dejar la taza en la mesa.

No tardaste mucho para empezar a llorar e incluso soltar pequeños gritos en su pecho. Él sólo te acariciaba la espalda y decía algunas cosas para poder calmarte.
Después de unos minutos dejaste llorar a lo que Takeomi te sonrió.

— ¿Quieres comer?— asentiste

— oye,yo iba a hacer la comida, vete

— estoy aquí por ella, Haruchiyo, así que cállate

El pelinegro empezó a hacer la cena mientras hablaba contigo y, de vez en cuando, te hacía reír.
Mientras tanto, el pelirosa veía a su hermano con celos, pues él quería ser el que te hiciera reír.

Igual que en los viejos tiempos.

Al día siguiente fueron de nuevo a donde estaban todos.
Ellos, al verte llegar, fueron a darte ánimos e igual te hicieron reír.

Podrán ser unos hijos de puta con otras personas, pero entre ellos se ayudaban como si fueran una familia.

— hay algo de qué hablar— habló Mikey y todos pusieron una cara seria— hay una organización igual de poderosa que nosotros y quieren hacer negocios con nosotros. Y acepté

— ¿Cómo podemos confiar en ellos?— preguntaste

— los he citado hoy para ponernos de acuerdo en varias cosas. Ellos son de otro país, un lugar donde igual tiene que haber lealtad

— ya llegaron— avisó Mochi

Todos salieron y se encontraron con varias camionetas blindadas alrededor de la mansión.
Una que estaba frente a ustedes abrió la puerta delantera dejando ver al conductor con un arma larga. Este rodeo el vehículo y abrió una de las puertas traseras donde salió un hombre que tenía no más de 30 el cuál parecía ser el jefe.

— ustedes deben ser Bonten— sonrió de lado— es bueno verlos a todos reunidos

— será mejor entrar para poder hablar de los negocios— habló Mikey a lo que él contrario asintió

Antes de que entraran, el hombre te vió y te agarró del brazo con una gran sonrisa a lo que todos le apuntaron, haciendo que también los hombres contrarios hicieran lo mismo.

— suéltala— ordenó Sanzu

— TN, cuánto tiempo— ignoró al chico

— ¡¡eres tú, idiota!!— lo abrazaste

— ¿Acaso se conocen?— preguntó Rindo

— es mi primo

— entonces ya puedes confiar en que no nos traicionarán— habló Mikey— entremos, tenemos muchas cosas que hablar

Todos entraron a la mansión seguido de algunos hombres de tu primo quienes cerraron la puerta detrás de ustedes.