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viernes por la mañana, el día de la cita doble había llegado. michael se despertó sintiendo una molestia en su pecho que le indicaba que nada podría salir bien de la decisión que había tomado dos días atrás, causándole un mal humor increíble que no se molestó en reprimir ni siquiera cuando bajó a desayunar junto a toda su familia, que se encontraban esperándolo sentados en la silenciosa mesa.

por supuesto que todos estaban demasiado inmersos en sus propios pensamientos como para tomar en cuenta a otro, y es por eso mismo que ninguno de ellos notó la cara larga del muchacho que comenzó a revolver sonoramente su chocolatada con una cucharita, no teniendo ni siquiera un poco de apetito de tan sólo pensar que, dentro de unas horas, estaría también sentado en una mesa a punto de comer pero rodeado de lucas y dos personas que ni siquiera conocía más que por lo que había oído, ¿lo escalofriante de eso? ¡una de esas personas sería su cita esa noche! en un par de horas, estaría cerca de un chico como él, que seguramente estaría tan incómodo con su presencia como mike lo estaría y ambos se preguntarían en qué maldito momento habían decidido que aceptar todo aquel plan era una buena idea.

un suspiro abandonó sus labios mientras mordía una tostada con desgano y los ojos se todos finalmente se posaron sobre él gracias a esto, todos esperando alguna clase de explicación que él no tenía intenciones de dar, así que sólo se encogió de hombros al tiempo en que les devolvía la mirada, fingiendo no darse cuenta del aura que irradiaba.

ese sería un día complicado de principio a fin.

( . . . )

más entrada la tarde, había recibido un llamado por parte de lucas en el que este le había recordado que debía lucir presentable para 'impresionar' a su cita, aunque mike sabía que el muy idiota sólo lo decía para no quedar mal frente a max, y por eso ahora se veía obligado a pasar un montón de tiempo mirándose al espejo, probándose unas pocas prendas que había conseguido reunir bajo la etiqueta de "sutil pero elegante" cuando estaba hurgando en su clóset, digamos que...ese no era precisamente su estilo favorito pero que estaba haciendo lo que podía.

estaba tan enfocado en juzgar cada mínimo detalle que no se dio cuenta de que su hermana mayor estaba recargada en la puerta desde hace al menos cinco minutos atrás, observándolo con una sonrisa burlona, sino hasta que esta silbó a la par en que aplaudía un poco, sorprendiendolo — ¿mi hermanito finalmente tiene una cita? — preguntó mientras señalaba la vestimenta inusual del más alto, consiguiendo que él se ruborizara notablemente sin poder responder — y yo que pensé que este día jamás llegaría — continuó con su broma pero a este punto, mike no podía sentirse más ofendido, ¿cómo que pensó que ese día jamás llegaría? ¡que poca fé le tenían! — dime, ¿quién es la afortunada?

bueno...afortunadA no es, pero mike no hizo ni el intento de corregirla — no es nadie...y no es una 'cita' como tal, nancy, no molestes. sólo estoy haciendo esto para acompañar a lucas — le contó mientras se quitaba la camiseta que había escogido y se probaba otra, dándole la espalda a su hermana, que frunció el ceño al oírlo.

— ¿de verdad no te entusiasma ni un poco? digo, vas a hablar con otras chicas que no seamos nosotras, las de tu familia, ¡eso es un gran avance! — preguntó, genuinamente intrigada por las razones que podría tener su hermano para haber estado luciendo tan apagado desde la mañana.

— bueno sí, me entusiasma un poco conocer a max porque lucas no ha parado de hablarme de ella — admitió al tiempo en que se daba la vuelta, preguntándole con la mirada a nancy qué tal le parecía aquella otra opción y ganándose una mueca dudosa por parte de la susodicha.

— ¿qué hay de la otra chica? ¿no te entusiasma conocerla a ella? ¿al menos ya sabes su nombre?

— no, no sé su nombre y la verdad es que no me siento muy entusiasmado por conocerle, tampoco es...una chica — completó su frase de forma evidentemente nerviosa, esperándose una reacción alterada de parte de nancy, pero no fue así en absoluto; su expresión permaneció serena a excepción de una pizca de sorpresa que cruzó sus ojos por un momento, pero habría que ser demasiado observador como para haberlo notado gracias a la gran sutilidad con la que ocurrió.

double date | bylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora