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— ¡ok michael, ya lo tienes! no entres en pánico, tú puedes con esto... — eran las palabras de ánimo que se repetía el pelinegro frente al espejo del baño una y otra vez, sin encontrar las fuerzas para salir de su escondite todavía, aún si tenía muy en cuenta que no debía hacer esperar demasiado a las personas restantes en la mesa.

los ojos oscuros del muchacho repararon en cada uno de los detalles en su apariencia y desordenadas prendas que, sin ser extremadamente evidentes, seguían dando una idea de lo que acontecía dentro de su cabeza y corazón, un auténtico desastre, un dilema al que no quería tener que enfrentarse y una posibilidad que no aceptaría por nada del mundo.

unos cuantos toques en la puerta se escucharon, seguidos de una voz masculina que reconoció de inmediato — hey, ¿está todo bien ahí, amigo? — era lucas. sonaba tan preocupado que el corazón de wheeler casi se derritió, pero no lo hizo, permaneció firme justo al lado de la puerta mientras su mano descansaba sobre la perilla de la misma, a punto de girarla para salir de ahí como si nada hubiera pasado — will se veía realmente preocupado por ti cuando te pusiste de pie y viniste acá tan rápido, él me envió aquí para saber si estabas bien — le dijo antes de que tuviera oportunidad de abrir la puerta, enviando un escalofrío intenso por el cuerpo del otro sin saberlo, y ante la sola mención del castaño.

el de las pecas no respondió, sólo abrió y permitió que su amigo viera el extraño semblante en su rostro, aquel que no sabrías cómo definir con una sola palabra, porque se trata de un gran conjunto de tantas emociones encontradas que es difícil saber con certeza la que predomina — oh dios mío, ¿qué te pasó? — fue la primera pregunta que se le ocurrió formular, y así lo hizo, hablando tan rápido que ni siquiera había tenido tiempo de pensar un poco más en lo directo que podía haber sonado o en cómo podría afectar eso a wheeler.

vio como las mejillas del susodicho se ruborizaron — sólo necesitaba tener un tiempo a solas, lucas — explicó, saliendo del baño hacia el pasillo sin querer voltear a ver la mesa que había abandonado, pues tenía la sensación de que se encontraría inmediatamente con un par de ojos verdes sobre él.

y oh, por supuesto que así era.

— ¿está todo marchando bien entre ustedes? — preguntó max a su amigo, que acabó por observarla mientras largaba un suspiro y una expresión rendida se abría paso en su precioso rostro, haciéndola imaginar la respuesta a su pregunta sin siquiera tener que oírla — ¿sabes, will? no creo que debas preocuparte mucho por él...lucas me explicó que es así la mayor parte del tiempo cuando conoce a personas nuevas, supongo que es porque no le gustan los cambios o algo así — explicó, encogiéndose de hombros.

will fijó su mirada en el contenido de su copa mientras la movía suavemente, como si eso le fuera a ayudar a desvelar por completo las razones detrás de la actitud tan esquiva de su cita que, si byers era honesto, no se había comportado como tal en lo absoluto. en cierta forma, le dolía que el pelinegro no estuviera haciendo ni siquiera el mínimo intento por demostrar interés en él, como si necesitara dejar en claro a toda costa que la única razón por la que estaba ahí era por lucas, aunque todos ya lo supieran — pues espero que no siga así durante toda la noche porque si no...

el tono de la voz del ojiverde fue disminuyendo poco a poco a medida que sus ojos se encontraron con los del muchacho del que estaban hablando, y mike no desvió la mirada tampoco mientras se acercaba a paso lento hacia la mesa, seguido muy de cerca por un lucas que le sonrió a la pelirroja de forma cómplice, como si acabara de solucionar todo el ambiente tenso que había ahí, al menos por el resto de la cena.

— regresaste... — susurró will, sintiendo sus comisuras cosquillear ante el deseo de elevarse en una sonrisita que demostraría lo feliz que estaba por aquello, pero su contuvo, pues los penetrantes ojos oscuros del chico frente a él parecían estar analizando cada micro expresión que fuera a hacer — ¿estás bien? — preguntó en cambio, viéndolo asentir en respuesta.

— sí, lo siento, sólo necesitaba un momento... — contestó y le sonrió de forma honesta por primera vez en todo ese rato que habían estado compartiendo, haciendo que will sintiera cosquillas por todo el cuerpo. la forma en que el rostro pecoso de mike se iluminaba por el simple hecho de sonreír, hacía que se viera todavía más atractivo de lo que ya era a ojos de un castaño que ya no pudo contener su propia sonrisa.

— lo entiendo, sé que es un poco confuso estar aquí en...en una “cita” con un chico cuando no estás realmente interesado — si había algo que will comprendía mejor que nadie, es que no se puede forzar a las personas a sentirse cómodas con todas las cosas, pues sabía que eso, al fin y al cabo, sólo serviría para crearles todavía más rechazo a lo que estaban intentando evitar. si michael no quería afrontar una situación tan delicada como poner en duda su propia sexualidad, entonces el castaño no se sentía con el derecho de ser él quien viniera a cuestionar los métodos que este utilizara para continuar con esa cita doble a la que había sido, seguramente, casi que forzado a asistir.

sintió su corazón comenzar a doler dentro de su pecho y por acto reflejo se llevó una mano allí, sutilmente, y completamente ajeno al hecho de que wheeler seguía atento a sus reacciones con una creciente curiosidad. will no sabía a qué se debía todo esto, si apenas conocía al otro, pero lo que sí podía jurar era que ahora sí acababa de renunciar por completo a la idea de que algo ocurriera entre ellos, pese a que ya se lo había comentado a max cuando esta le pidió acompañarla a su cita, alegando que lo más probable era que nada resultara bien para él puesto que realmente nunca lo hacía...muy en el fondo de su corazón había guardado la esperanza de estar equivocado y de que esta vez todo sería diferente, de que esa noche por fin podría encontrar a su persona y, cuando los ojos de él y mike se encontraron por primera vez, creyó que había sido así por el destello que pareció hacer acto de presencia entre ambos, como si sus latidos se hubieran puesto en sintonía tan sólo con eso.

¡pff, claro!

— estaba pensando...— la profunda voz del muchacho hizo que will dejara de reprocharse internamente por un instante en el que sólo se centró en la suavidad con la que había comenzado a hablar, como si estuviera tanteando el terreno para decir algo más — en que podríamos salir de aquí tú y yo, ya que ellos parecen no tener intenciones de prestarnos atención — ¡y tenía razón! pero, un momento...

¿qué le acababa de proponer? ¿acaso había escuchado mal?

se quedó perplejo por los segundos en los que tardó para procesar lo que acababan de decirle, y mike quiso reír por ello, no pudiendo evitar notar lo adorable que se veía el castañito tan confundido. sin embargo, la confusión no duraría mucho y le daría paso a la timidez, en su lugar.

— ¿a dónde...quieres ir? — preguntó will en un susurro, inclinándose un poco sobre la mesa justo después de mirar en todas direcciones, como si estuviera inmiscuido en un plan súper secreto.

y mike, ya sin querer prestar mucha atención a la parte de su cabeza que continuaba insistiendo en lo mal que estaba todo lo que estaba haciendo, y excusándose con que sólo sería una 'escapada amistosa' para poder compensarle un poco el rato incómodo que le había hecho pasar al otro chico anteriormente, se inclinó también sobre la mesa, reduciendo la distancia entre ambos sin que nada de esto fuera captado ni por max ni por lucas, y luego susurró:

— eso ya lo veremos en el camino...

y ok, puede ser que el corazón de will no haya sido el único que se estaba emocionando de más al pensar en pasar un momento a solas...

double date | bylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora