Amelia iba cada día a visitar a Helmut a quien por órdenes del médico debieron dejar internado hasta que su brazo tenga mejoras, al no operar habían arriesgado la movilidad de la extremidad del chico y por ende debía estar en observación.
Su madre se quedaba las horas permitidas tejiendo aun lado de la cama de quien comenzaba a presenciar dolores insoportables en el brazo, todo a que debieron haber intervenido quirúrgicamente pero el padre del chico se negaba rotundamente, por lo que Helmut se la pasaba bajo medicaciones un poco fuertes en lo que lograban convencer al tutor de firmar el consentimiento para ingresarlo a un quirófano.
De regreso, pasaba al mercado para comprar lo que iba a comer ese día, llegaba a casa donde ya la esperaba cierto pelinegro que le acompañaba hasta entrada la noche, charlaban, cenaban y después se iba, como todos los días, intentando platicar de algo tan importante a la madre del castaño, pero no se atrevía a si quiera en hablar, no sabiendo bien el por qué. Amelia no era ciega, veía como quería iniciar una conversación referente a su hijo, pero el de ojos azules solo cavilaba cambiando de tema o decía que debía irse huyendo de ahí al instante. El asunto con el esposo de la castaña había terminado dado que este se regresó a Rusia por “negocios”, por lo que realmente nadie sabía de él, pero todo estaba tan tranquilo sin su presencia por lo que no le preocupaba, lo que la mantenía constantemente en vela era que estando este lejos el dolor de su hijo aumentara con el tiempo.
Amelia pensaba y pensaba, ¿Como podría conseguir la aprobación para esa operación? Eso y sumado al pelinegro que solo callaba lo que pensaba la tenían nerviosa, más que nada preocupada por que no sabía que los tenía distanciados, que los hizo no dirigirse la palabra después de casi cinco años juntos como uña y mugre.
—Hey...¿Hay algo que le preocupe?, Sabe que puede contarme —
Si bien, James preguntaba día y noche por Helmut, Amelia no había sido cien por ciento sincera con él, había ocultado porque Helmut seguía en el hospital y no quería intervenir en la relación de ellos, pero necesitaba platicarlo con alguien cuando su único compañero seguía internado en esa clínica.
—Helmut está muy mal James...— No necesito decir mucho cuando este descompuso su rostro, su aroma se alteró y paso sus manos por su rostro. —El dolor cada vez es más frecuente, su brazo...deben operarlo y sin la firma de Heinrich no lo permite el hospital, no te he dejado ir conmigo porque lo verías ahí sedado la mayor parte del tiempo, no quiere visitas y el medico que lo atiende me dijo que sin esa operación perderá la movilidad total del brazo...no sé qué hacer—
James jamás había sucumbido tanto a sus emociones, menos las de un alfa, jamás había tenido preocupaciones, nunca sintió tanta desesperación, confusión, tanta inseguridad en su vida, hasta que lo conoció. Una pequeña risa salió de sus labios negando, ¿Acaso era estúpido?, La razón por la que todos los días iba a esa casa era para no extrañarlo, para no pensar en el según su lógica, pero lo único que hacía era llenar su cuerpo de ese aroma del beta que le había robado el corazón.
—Me iré a estados unidos en unos meses— confeso al fin mientras veía sus manos sin poder ver a la castaña. —me enliste porque no tengo para una universidad, mis padres no pueden darme esa oportunidad y decidí irme con mi abuela. Entrar al ejército, estudiar y después solo irme, en serio pensaba regresar, pero el...le dije que lo amaba y.…no me contesto —
Amelia quedo perpleja, realmente debió intervenir mucho antes a que eso pasara. El chico se va, su hijo cabeza dura ha de pensar que nunca regresara, que ya era el fin, por lo que solo espero a que este siguiera hablando.
—El me odia—
—¿En serio? — cuestiono la castaña viéndole, no molesta, pero si incrédula de lo que acaba de decir. —Recapitula todo lo que han hecho juntos, sus gestos, sus reacciones, sus respuestas, como es con los demás a como es contigo... ¿Realmente crees que te odia? —
El de ojos azules tardo en entender a que se refería, abrió sus ojos sorprendidos, volteo a verla a lo que ella solo se cruzó de brazos asintiendo. Por lo que pronto se levantaron de la mesa, Amelia tomo sus llaves y salieron de ahí.
—Se cómo conseguir que lo operen, pero se molestara si se entera...—
—Con la medicación que le suministran apenas se dará cuenta que lo operaron —
—En serio ¿no te molesta ni un poco que diré que soy el alfa de tu hijo? —
—No— contesto de inmediato la castaña sonriendo ampliamente. —Sabía que algún día lo serias, y.…James, quiero que me prometas algo— hablo a la mitad de la calle donde ambos pararon, respiro hondo tomando esas manos de adolescente levemente frías. —Dame tu palabra de que siempre lo cuidaras, va a necesitar de ti como no tienes una idea y.…realmente sé que no se dejara ayudar por otra persona que no seas tu...—
—¿Por qué...me pide eso? — cuestiono preocupado apretando las delgadas manos de la mujer.
—Solo...promételo—
—Lo prometo Jo...—
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Cuestión de tiempo
FanfictionMuchas veces la vida es tan dura...que no aceptamos el destino que nos ofrece y por muy feliz que eso nos haga nos alejamos. ¿Sufrir?, a nadie le gusta sufrir, pero prefiere sufrir solo que arrastrar a su amado a su propia decesperacion. Helmut Zemo...