muñequita de porcelana ☆ MinSung

XV: Pescado

En una esquina de la cama matrimonial se encontraba Jisung vomitando en un balde de plástico, así mismo sollozando en silencio

Las paredes eran demasiado delgadas, por esto varios integrantes de la familia habían ido a preguntar sobre su estado, lo que respondía con un débil "estoy bien, no te preocupes"

El olor a pescado inundando la casa se mezclaba con ese aroma vomitivo que seguía abusando de sus fosas nasales

Golpearon la puerta nuevamente

—Cariño, soy Elizabeth ¿Puedo pasar?

La mayor de la familia hizo presencia por segunda vez, pero ahora sin preguntar sobre cómo se encontraba

—S-si, pas...—arcada—...pase

La mujer se adentro a la habitación a pasos lentos, acercándose a la esquina de la cama

—Christopher te mando esto, pontelo y no hagas berrin-

—No me tomes de idiota, ya no soy un niño berrinchudo

Esperaba un grito, no una bofetada que haría voltear su rostro

—No se te ocurra interrumpirme una vez más —lo golpeó denuevo, ahora en la nuca

La apariencia de la mujer engañaba, lucía como una anciana que sólo teje y consciente a sus nietos e hijos, pero en realidad es una persona horrible. Acudía a la violencia, abandono a muchos hijos no deseados en el desierto apenas siendo bebés, sin mencionar los delitos que cometió

—Son las diez menos diez, te quiero abajo en cinco minutos ¿bien? —alzó las cejas, esperando una respuesta

El cuarto quedo en compelto silencio, compartían un contacto visual tenso. El labio inferior de Jisung temblaba, al igual que la mano de la señora

Otra bofetada resonó, rompiendo el silencio

—allí estaré —respondió débilmente

Elizabeth le regalo una sonrisa antes de salir de la habitación, azotando la puerta

dejo el balde en el piso, observó las prendas al lado suyo. Eran horribles.

Tenía cinco minutos para vestirse, antes tenía todo el tiempo del mundo para hacerlo

Antes. Pensó

Antes su vida era bonita, agradable, e incluso satisfactoria. Nunca se le pasó por la mente que un hombre sea su única salvación, su única salida de todo

Ese hombre tenía nombre y apellido: Lee Minho

Lee Minho lo protegía y defendía. Su primer encuentro no fue del todo agradable, pero luego todo mejoro. daria su vida por el.

En definitivamente es el amor de su vida

[...]

—¡Por fin!, solo faltabas tú, ¿Te parece llegar tarde a una cena familiar? —regaño, viéndolo bajar la escalera— ¿por qué estas tan desarreglado?

Para él nada es perfecto, nunca está satisfecho con nada

—Lo siento mucho, hyung, le prometo que la próxima no llegare tarde —Acomodo su ropa, frente Bang si se veía un tanto desarreglado

—Ya esta, dejemos de hablar de esto —cruzo sus brazos y con un dedo apunto a Jisung—. no quiero que respondas mal, hagas berrinches, ni mucho menos dramas porque no quieres comer. Te conozco, Han, pero tú no a mi y no sabes de lo que soy capaz.

Trago en seco, sin lograr procesar las palabras del mayor

—¿Te quedaras ahí? Camina —chasqueo los dedos frente el rostro contrario