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—No hagas eso, Tae— dijo Jungkook mordiendo su labio inferior, intentando controlar las ganas que tenía de besarlo y hacerlo suyo en ese instante.

—¿Por qué?— el rostro del menor se acercó al suyo unos centímetros, aún habiendo bastante distancia que se iba acortando poco a poco. Taehyung seguía viéndolo intensamente y batiendo sus pestañas lenta y coquetamente.

—Porque si sigues así, voy a besarte...

—¿Ah, sí? ¿Acaso eso es una... amenaza?—levantó un poco su ceja y se mordió levemente el labio inferior.

—Podría decirse que sí...—Jungkook miraba esos labios en forma de corazón, intentando resistirse a esa obvia atracción que ambos tenían y sentían.

—En ese caso... me encanta ser amenazado por ti—Jungkook rápidamente llevo una de sus manos a la estrecha cintura, atrayendo ambos cuerpos para terminar con la distancia, a la vez que sus labios se encontraron en un choque lento, pero apetitoso, debido a la tensión que había entre los dos.

Sus labios encajaban como piezas en un puzzle, como si hubieran sido creados para el otro. En medio del beso las lenguas no tardaron en encontrarse y acariciarse con hambre, después de unos segundos Jungkook mordió suavemente el labio inferior del contrario, sacándole un pequeño gemido al dueño de los labios atacados. Taehyung pasó ambos brazos por los hombros del mayor, para sentirse más cerca y tener mejor tacto entre ambos cuerpos. Que fueron interrumpidos por unos gritos de Hoseok

-¡Así se hace hijo de puta Jeon, eres un tigre!—dijo su amigo para después aplaudirle y hacer que se sumara más gente al espectáculo.

Jungkook se separó de Taehyung al instante y se paró sin pensarlo bien, perdiendo el equilibrio y resbalando del techo, cayendo sobre unos arbustos que amortiguaron un poco su caída.

Tae se asustó y sus ojos se abrieron en demasía, se le había pasado la borrachera de un golpe.

—¡Jungkook!—jadeó asustado y se dirigió a la ventana del cuarto del dueño de casa, entrando por la misma, en donde Yoongi y Jimin estaban en pleno acto sexual. Donde le vio las nalgas al más palido mientras embestía a su mejor amigo y el respaldo de la cama chocaba contra la pared salvajemente.

—¡Más duro, daddy!— gemía Jimin como gata en celo.

Tae se quedó paralizado con la escena y le salió sin pensarlo un:

—Wow, tu culo es aún más pálido que tu cara...

La parejita se dieron vuelta y ambos se taparon como pudieron con lo que encontraron a mano, que eran unos peluches, ya que ni siquiera se metieron bajo las tapas para hacerlo.

—¿¡Taehyung, que carajos!? ¡Sal!—gritó horrorizado Jimin tirándole un peluche en la cara.

—¡Sí me voy! Que asco seguir viendo a Yoongi desnudo— dijo sin moverse aún.

—¡Taehyung, sal!— gritó la pareja al unísono. El mencionado al fin reaccionó y corrió al primer piso y salió rumbo al patio, en donde Hoseok y otro chico de nombre Jackson ayudaban a Jungkook a salir del arbusto, mientras el resto apagó la música para observar la situación.

—Te voy a matar, Jung— decía Jungkook con mala cara parándose del suelo y sacudiendo su ropa.

—Lo siento Jungkook, me emocioné un poco de verte con alguien al fin.

—Eres un imbécil— gruñó el pelinegro. Tae los visibilizó y se acercó. El contrario notó que había llegado.

—¡Oh por Dios, Jungkook! ¿Estás bien?— preguntó preocupado abrazándolo suavemente, sin hacerle daño.

—S-sí, gracias— respondió Jungkook, aceptando el abrazo de Taehyung.

—Ohh, este es tu kinesiólogo— Hoseok se rió al conectar lo que le había contado hace un rato Taehyung y lo que Jungkook también contaba de un tal paciente. El kinesiólogo miró confundido.

—¿Cómo sabes?— Taehyung abrió sus ojos en demasía y se alejó de Jungkook respondiendo antes de que Hoseok abriera la boca.

—Como te dije, somos amigos...

—Oh, así que soy un tema frecuente con tus amistades...— dijo sonriendo con coquetería a lo que Tae se sonrojó y apartó la vista. Ahora que no estaba borracho todo lo que se tratara de Jungkook le daba vergüenza.

—Puede ser...— dijo aún sonrojado y volvió a abrazar a Jungkook para que no lo viera.

—Yo también hablo de ti...— le dijo al oído.

Hoseok al ver el íntimo momento se alejó y le habló a la multitud.

—¡Que siga la fiesta, amigos, no ha pasado nada!— gritó Hoseok y el resto gritó alegremente, encendiendo de nuevo la música y volviendo a lo que estaban.

Debido al nerviosismo que sintió con lo que le susurró Jungkook al oído cambió drásticamente de tema.

—¿De verdad estás bien?—se habían separado del abrazo, pero Jungkook todavía sostenía a Taehyung de la cintura, este no se atrevía a mirarlo a los ojos.

—Sí, no te preocupes, me duele un poco pero es normal— Jungkook agarró el mentón del menor y lo hizo conectar sus miradas, hasta que Tae desvió sus ojos hacia el cabello del otro llevó y le sacó una ramita.

—Tenías una ramita— El castañito le sonrió tiernamente y se volvieron a mirar a los ojos, Jeon le devolvió la sonrisa.

—Eres hermoso, Kim Taehyung— dijo el mayor para luego darle un suave beso en la mejilla.

Tae nunca se sonrojaba con los cumplidos, era una persona muy coqueta y no se intimidaba con nadie, pero con Jungkook... todo era distinto. Ese hombre lo ponía nervioso con solo mirarlo, apenas sentía su presencia sentía el calor en sus mejillas. Y con ese beso sintió que se iba a desmayar. No sabía en que momento se había comenzado a sentir así por él.

—¿Quieres bailar?— le preguntó el menor tratando de calmar su nerviosismo.

—Claro.

Taehyung tomó a Jungkook de la mano y se adentraron la casa en donde todos estaban bailando. Ellos bailaron todo lo que restaba de noche, con conversaciones, más tragos y besos de por medio, pasaron una increíble noche.

Se intercambiaron números y Jungkook fue a dejar a Taehyung a su casa, donde se encontraban actualmente.

—¿Quieres venir?— preguntó con un poco de vergüenza el menor.

—Hmmm, creo que para la próxima vez, Tae, mañana debo despertarme temprano, tengo que hacer un par de cosas y para eso necesito descansar... de verdad me encantaría pasar la noche contigo, pero estoy seguro de que no descansaríamos nada...

Ambos sonrieron pícaramente ante lo último.

—Tienes razón... buenas noches entonces.

—Buenas noches...— ambos se quedaron mirando, hasta que Tae estaba por entrar y cerrar la puerta.

—¿En serio crees que esa es una manera correcta de despedirse después de todo lo de esta noche?—dijo burlón Jungkook. Tae volvió a salir y lo besó.

Un choque más tranquilo y menos intenso que el primero de la noche, pero que igualmente lo volvía loco y lo dejaba con ganas de más.

—Buenas noches, precioso—Jungkook dejó un último roce antes de caminar y alejarse de la casa.

Taehyung sentía su pecho calentarse y su corazón latir desenfrenado, sensación que le duró hasta quedarse dormido.

HuesitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora