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—¿Qué tal estuvo?—le preguntó su amigo. Taehyung y Jimin se juntaron en un restaurante después de una semana a almorzar, charlar y actualizarse de sus vidas, Kim le había contado que por fin se había quitado las ganas de follar con su kinesiólogo.

Taehyung sonrío pícaramente antes de soltarlo.

—¡El mejor sexo de mi vida! A pesar de que fue más suave de lo que me gusta, porque tenía miedo de lastimar mi cadera... ese hombre sabe perfectamente lo que hace— dijo para después beber un sorbo de su trago.

—Me alegro de que hayas encontrado un buen pene, Tae, ¡salud por eso!—dijo levantando su copa hacia su amigo a modo de brindis.

—¡Salud por el buen sexo!—exclamó Tae feliz y sin importar que los demás lo escuchen, su amigo le siguió el juego sin vergüenza.

—¡Salud por el buen sexo!—repitió el rubio para luego ambos chocar sus copas y reírse de las estupideces que hablaban.

—Y también... me pidió ser su novio— dijo avergonzado.

—¡Felicidades, Tae!- dijo para luego abrazarlo.

—Gracias Jimin— dijo correspondiendo el abrazo.

—¿Cuándo lo verás otra vez?

—Nos hemos estado viendo seguido, salimos a citas pero hoy nos veremos de nuevo en la noche en su casa, como es viernes, mañana no tiene que levantarse temprano así que pensaba en hacer una travesura, aunque quizás sea demasiado...

—Cuéntame...—dijo Jimin para prestar atención a un plan del cual su amigo se arrepentiría en un futuro cercano.

Esa noche también se juntaron en el departamento de Jungkook para hacer el mismo plan del otro día: comer, beber, disfrutar de sus compañías y obviamente desarmar un poco la cama más tarde.

Mientras Jungkook cocinaba la cena, Tae tenía la tarea de servir las copas de vino, pero este quería llevar el plan de post-cena al extremo, así que sacó de su bolsillo una bolsita en donde habían dos píldoras azules molidas, repartió el contenido a la mitad en cada copa sin que el mayor lo viera, para revolverlas un poco y después entregarle una al sexy cocinero.

"No me odies Jungkook por favor" pensó.

Jimin le había dicho que era una pésima idea, pero aún así decidió no hacerle caso a su amigo, siempre hacía lo mismo. Le pedía consejo a su amigo pero siempre terminaba haciendo todo lo contrario a lo que su mejor amigo le decía y cuando las cosas salían mal escuchaba esa molesta frase "te lo dije".

—Gracias, hermoso— dijo Jungkook para acercarse y robarle un corto beso que le hizo sonrojar.

Cuando Jeon terminó de cocinar, sirvió la comida y cenaron mientras hablaban de cómo había estado su día hasta que vio a Jungkook abrir mucho sus ojos y sonrojarse de la nada.

—¿Qué ocurre, Jungkook?— dijo mirándolo y sonriéndose por dentro.

—¿Qué le pusiste al vino Tae?— dijo un poco incómodo pero no molesto.

—Perdón... si quieres puedo ayudarte con ese problema—dijo levantándose de su asiento para acercarse al contrario y sentarse encima de él con sus dos piernas a los lados del otro— ¿No estás enojado, verdad?—dijo mirándolo con un puchero y pasando sus brazos por el cuello de Jungkook.

—N-no—dijo sintiendo como su erección chocaba en el trasero de Taehyung, cerraba sus ojos para no enloquecer y tomarlo ahí mismo encima de la mesa—eres un travieso insaciable cariño— dijo mientras le daba húmedos besos en el cuello— prepárate para no descansar esta noche, bebé.

HuesitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora