O8 : Un beso mentiroso.

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Sus labios estaban conectados aún y se movían inquietos en busca de alguna respuesta, Luka no comprendía del todo las sensaciones que se albergaban en su interior y que le quemaban sin piedad, Marinette era la persona más importante en su vida y estaba logrando lo que tanto había deseado a lo largo de tantos dolorosos meses de rechazo, la estaba besando, finalmente estaba probando en carne propia la dulzura y suavidad de unos pomposos labios rosados que eran sumamente apetecibles a la vista.

Era vago decir que era un beso y ya, era vago decir que ese osculo realmente le ponía el mundo a flotar, Marinette, la niña de los ojos azules que con una mirada y un beso puso el corazón del ojoazul en un vuelco, un terrible vuelco que le incrustó sin piedad una daga en el alma.

No iba a mentir en lo absoluto, no quería mentirse a sí mismo con lo que le estaba provocando esa conexión, estaba disfrutando del dulce sabor de la chica y sobre todo estaba disfrutando de la calidez que un cuerpo tan pequeño como el de Marinette era capaz transmitirle incluso debajo de ese despiadado clima frío. Era una sincronía perfecta, de solo pensarlo se sentía como si fuera el antagonista de una película en donde la chica finalmente conoce el amor atraves de una acción... El amor en la persona incorrecta que es contraria y opuesta a ella.

Y aunque todo parecía ser tan armónico y perfecto en aquellos segundos, en la mente de ambos chicos estaba un rubio de bellos ojos esmeralda que insistía en no abandonar sus mentes, el chico seguía atravesado en sus pensamientos de una manera exorbitante, era como si Marinette y Luka no existieran para nada más que para pensar y vivir por Adrien, respirar y razonar para él y solo para él, era como si fueran dos esclavos atados de manos al dulce corazón de Adrien.

Era difícil para los dos, era un cruda realidad que ambos estaban afrontando, se setían completamente culpables por besar a una persona y pensar en otra... Sin embargo aunque ambos fantaseaban con Adrien mientras la noche era testigo de su amor, los dos tenían dos versiones completamente diferentes en sus cabezas del rubio.

Por un lado estaba Luka, que recordaba candente la imagen de aquellos ojos llenos de miedo y terror al ver la presencia de aquella mujer, tenía clavada la lamentable imagen de un rubio que era reprimido por su padre que le dejaba caer un peso demasiado grande sobre los hombros y que no tenía otra salida de su martirio más que su conexión y confianza hacía chat... Y que eso también lo había perdido, por su culpa.

Y por otro lado estaba Marinette, que se atormentaba por sus propios sentimientos hacía ambos chicos, lo que sentía por Luka era fuerte y sincero, aunque pareciera poco creible, se había encariñado y encaprichado completamente del chico de mechas azules, pero igualmente aunque sus sentimientos fueran así de fuertes por Luka no sobrepasaban ni en una cuarta parte a los que sentía por Adrien, el guapo y siempre atento rubio que era un imán de chicas lograba despertar en las entrañas de Marinette un amor tan profundo que se convirtió en una obsesión poco saludable... Pero aún así amaba con cada fibra de su ser a ese hombre, lo deseaba con desenfreno y su corazón latía con una fuerza exagerada de solo imaginarlo.

— Luka yo... No he podio olvidarme de Adrien, si te soy sincera he intentado muchas veces arrancarlo de mi memoria y de mi corazón pero... Parece que mientras más lo intento más inútil se vuelve, de verdad lo siento. —La chica se alejó del cuerpo de Luka y le miró con los ojos cristalizados, hecha pedazos y con un nudo en la garganta por saber bien lo que representaban sus palabras se dio la vuelta y dejó desconcertado a un peliverde en medio del cruel frío.

— Tampoco puedo olvidarlo...

Salió como un suspiro en medio de la nada que había dejado Marinette, estaba solo y su cuerpo parecía no querer reaccionar ante sus pensamientos, quería irse a casa, quería recostarse y meditar sobre su día pero... La casa de Adrien estaba sin duda alguna mucho más cerca. 

Y sin pensarlo dos veces su cuerpo se transformó en un super héroe, brinco de tejado en tejado hasta aquella bella mansión, se coló con cautela entre arbustos y ramas, subió con agilidad las paredes y finalmente entró por aquel enorme ventanal que le facilitaba la vida de manera enorme.

— ¿Adrien?... ¿Dónde estas?

Trató de hablar de manera suave pero entendible, las luces estaban apagadas y lo único que lograba sobre salir de entre toda esa oscuridad era una pequeña ranura de luz que se lograba escapar desde detrás de la puerta del baño, poco a poco se fue acercando en silencio y con un pequeño empujoncito la abrió a penas un poco como para asomar su cabeza... Pero no podía divisar nada.

— ¿¡Qué haces aquí, niño!? ¡Vete! ¡Vete muy lejos! ¡Por tú culpa han golpeado a Adrien! —Exclamó un rabioso y fatídico gatito negro que flotaba molesto como empujando al chico.

— ¿Qué has dicho? —Su expresión se tenso y se volvió sombría, con una mano empujó con cuidado pero lejos al kwami que estorbaba su paso.

Entró al baño y miró con sorpresa como Adrien estaba sentado sobre el retrete limpiando su brazo que había sido cruelmente golpeado hasta la sangre, sus ojitos dejaban salir gotitas de tristeza y sus labios se apretaban tratando de suprimir los sollozos que rogaban en salir.

— ¿Quién han sido? ¿Fue ella?

No hubo respuesta, solo obtuvo una negación que fue propinada por un movimiento de cabeza sutil y casi imperceptible, pero él lo había visto, y ahora mismo sentía como la sangre le hervia por dentro, nunca había experimentado en su cuerpo una rabia como la que ahora mismo estaba sintiendo, quería matar a quien se hubiera atrevido a tan siquiera tocarlo.

— Vámonos. —Exclamó tomando al chico rubio por las mejillas, miró sus ojos y su corazón se paralizó de tener a alguien tan bello como lo era él tan de cerca... Podía sentir su respiración chocar contra su rostro de manera gentil, podía incluso sentir... unas ganas intensas de...

— ¿Vámonos? —El rubio le sacó cruelmente de sus pensamientos, su mirada asustada de cachorrito le hizo saber que estaba tomando una buena decisión.

— A la mierda si creen que pueden tenerte aquí como un prisionero, no mereces un trato así, mereces ser tratado como un príncipe.

— ¿Puedo ser un príncipe

— Puedes ser mi príncipe.

"Lo siento, Luka... Lo siento por ser una carga ahora incluso para ti."

"Pero lo que siento por ti es tan intenso ahora mismo como un fatídico desastre natural... Como un torrente de agua fría que golpea sin piedad mi corazón y me deja en confusión... ¿Qué debo hacer?... Quizás arriesgarlo todo por matar la curiosidad no sea tan malo."

" Quizás matar al gato no sea tan terrible como todos creen... "




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Les doy un beso si me perdonan por desaparecer tanto tiempo. :D

Amor a la dupaincheng. + 18 [ Lukadrien. ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora