Amor a la dupaincheng. + 18 [ Lukadrien. ]

O6 : En peligro.

- ... Adrien.

Adrien se había quedado petrificado después de escuchar su nombre salir de aquellos rosados labios, miró asustado a Nino como pidiendo ayuda quien solo elevó sus hombros en respuesta a sus silenciosas súplicas. El rubio estaba rojo como un tomate y como si fuera poco Luka actuaba como si nada, estaba tan tranquilo y neutral que le daban ganas de golpearlo, le tenía envidia ¿Cómo podía ser tan inexpresivo incluso en situaciones así de incomodas? no lo entendía.

- Vamos Adrien, solo es un castigo... No es para tanto, diviértete.

- Pero... ¡Pero el va a morder mí trasero! - Gritó histérico, moviéndo sus manos en negación frente a todos, pero, sus amigos actuaban con naturalidad, como si hicieran eso todo el tiempo, como si morder el culo de uno de sus amigos fuera cosa de todos los días.

No entendía por qué era el único que estaba en desacuerdo con aquellos castigos, es decir, ¿Acaso sus amigos de verdad disfrutaban de aquello? a veces pensaba que haber estado tanto tiempo en aislamiento le había hecho estar en desunión con todos los adolescente promedio, sus pensamientos no encajaban para nada con los de un adolescente normal y eso le hacía sentir como un bicho raro.

- Tranquilo, Adrien... ven conmigo.

Luka le miro con una sonrisa comprensiva mientras le extendía su mano derecha, haciendo una invitación al más bajito para que la tomara; El ojiverde le miro con las mejillas rojas y la vergüenza esparcida por todo su cuerpo, sintió sus piernas temblar y su mano tardó en moverse, pero más sin embargo acepto sin chistar la oferta del peliazul, sonriendo nervioso y siguiendo los pasos del mayor hacía el interior del baño, trató de regular su respiración, estaba tan asustado y nervioso, había deseado toda la semana poder charlar con Luka de una manera decente y ahora que por fin tenía la oportunidad todas sus palabras se quedaron atoradas en su garganta. Al estar ambos en ese gran cubículo Luka se encargó de cerrar la puerta con seguro, no quería que ninguno otro de sus amigos viera o escuchará lo que estaba a punto de suceder, lo que iban a hacer en ese baño debía quedarse ahí, entre los dos, solo entre Adrien y Luka.

Al darse la vuelta para poder ver a Adrien no pudo evitar soltar una risita burlona, pues la imagen que el rubio le estaba regalado era preciosamente tierna, sus mejillas estaban coloreadas de un intenso rojizo que hacía juego perfecto con sus labios carmín, los cuales formaban de vez en vez un ligero puchero, se notaba que estaba muy nervioso pues estaba temblando de una manera muy visible y su comportamiento se había vuelto radicalmente tímido, Adrien era un chico adorable sin duda alguna.

- Hey tranquilo, Adrien... Te elegí porque en realidad tengo algo muy importante que decirte... así que puedes estar tranquilo porque no voy a morderte nada. - La risita coqueta y burlona que le regaló Luka a Adrien hizo sonreir en automático al rubio como todo un bobo enamorado.

pero... ¿Quién podría culparlo? Luka es un chico muy atractivo.

Quizás le había hecho sentir mal con su constante rechazo y por eso había decidido no morderlo, pero no se sentía mal ni culpable ante sus acciones, Adrien no estaba loco ni urgido, no quería que Luka le hiciera algo como eso, lo consideraba algo inapropiado que el jamás se dejaría hacer, con nadie, no importaba nada más, sabía respetar sus propias decisiones.

Estaba mucho más tranquilo con el hecho de que Luka solo quería hablar con el sobre cualquier otra cosa, era muy inteligente al seguir el juego de sus amigos solo para que no comenzaran a molestarlos con el estricto cumplimiento de algo tan absurdo y vergonzoso, realmente no hubiera sabido como reaccionar si realmente Luka si lo hubiera querido morder, posiblemente el peliazul habría terminado con una buena patada en la cara a penas se hubiera acercado con otras intenciones.