La familia se dirijía al pueblo, a excepción de Créssida y Antonio, que iban dentro de la casa.
- ¿Que te apetece hacer, Toñito?
- ¿Puedes contarme un cuento? -Pregunto el infante con los ojos brillantes mientras se aferraba al vestido de su prima-
- Claro, vamos a la guardería y te cuento el que quieras
- Gracias mami -Murmuraba el pequeño mientras la abrazaba-
- Toñito, yo no soy tu madre, tu madre es la tía Bella
- Pero... Los recuerdos que tengo son contigo, pasé más tiempo junto a ti que con mi madre ¿Por qué?
- Bueno, es que cuándo tu naciste, Voldemort atacaba y tus padres eran fieles seguidores de él y pues estaban en Azkaban, pero consiguieron escapar, aunque siguieron sirviendo a Voldemort y por ese motivo Delphi me pidió que te llevara conmigo al bando de la Orden del Fénix, por que quería protegerte de los peligros de Voldy
- Entonces ¿Mis padres prefirieron servir a ese que cuidar de su hijo?
- No, pero... Ellos llevaban muchos años haciendo lo mismo y tu madre tenía un imperio que la obligaba a comportarse así, ahora deja de pensar en eso y vamos que te cuento una historia
La rubia llevo a su primo de cuatro años a su cuarto, lo dejo en el sillón y busco un cuento.
- La bruja escarlata, no, Doctor Strange, tampoco, Susannah Martin, menos... Em... Te contaré... No sé...
- ¿Me puedes contar algo de Disney?
- Si claro, para que me salgas tonto, en esas historias te lavan el cerebro, pero como quieras.
La Bella y la Bestia, que te gusta tanto, Bestia ya es un nombre que te da que pensar, pero igualmente Bella se enamora de él ¿Como? La secuestra. Esto es síndrome de Estocolmo, que no entramos ahí por qué no te vas a enterar de nada.
Y después, se enamoro de él poco a poco ¿Por qué? "Hay algo en el" "Que no es igual" No te jode, pero es que la tía hablaba con los muebles. Osea que tenía problemas muy pero que muy graves.
Entonces, el se transforma en un príncipe muy guapo, ella lo ve, ve el maromo y dice "Ostia como está" le pica lo que viene siendo eso... Y así acaba el cuento.
- ¿Y que tal el cuento de Cenicienta? -Cuestiono el niño con curiosidad-
- Oh, la siguiente parada en 'Lavado de cerebro de Disney' tenemos a Cenicienta.
Haber, te explico primito, Cenicienta era una chica muy traumada que hablaba con ratones y pajaritos, y como era muy bien evaluada por que limpiaba y cocinaba, por que para lo que sirve una mujer, no te jode...
Tenía una madrasta malvada y unas hermanastra muy feas, necesitaba un príncipe que la salvase, el príncipe tenía fetiche de pies, haber tu no entiendes lo que es eso y espero que no lo entiendas nunca.
En fin, el no la reconocía, no llevaba mascarilla ni nada, no la reconocía, ella se trago la trola que después de bailar toda la noche no se acordaba de su cara, haber, eso hoy en día es otra cosa, pero bueno.
Pero lo que dice el cuento, es que el pie de ella era tan bonito, volvemos al fetiche, el pie era tan pequeñito y blablabla... Que la encontró por fin, le puso el zapato y se caso con el, a los pocos días de conocerlo, que básicamente no lo conocía...
En fin, Cenicienta es otra que necesita atención psicológica, para entendernos, no existen los príncipes azules y si existen no son del tono de azul que nos gustaría. Pero no te preocupes, que de tu educación antes de que entres a Hogwarts, me encargo yo.
- Créssida, sal que tengo que hablar contigo
Al girarse, la rubia pudo ver a su padre, apoyado en el marcó de la puerta y mirándola con seriedad.
- Toñito, ve pensando que otro cuento quieres en lo que hablo con tío Lucius
La chica beso la frente de su primo y fue con su padre al pasillo, más concretamente, a la puerta de la habitación de Leisa.
- ¿Que pasa? -Pregunto ella mientras se encargaba de poner flores en aquella pared amarilla y solitaria-
- En el desayuno comiste demasiado -Soltó el adulto sin tapujos- Y no quiero que engordes, nadie quiere a una traidora a la sangre, Gryffindor y encima gorda, así que más te vale no comer nada a la hora de comer si quieres que el zanahoria cancele el compromiso
-La chica dejo lo que estaba haciendo y miro a su padre, que la observaba con mirada de reprimenda- Padre, yo no comí tanto...
- Claro que lo hiciste, dos tostadas con mantequilla y medio pomelo -El hombre levantó la barbilla de la chica con su mano e intentó relajar su expresión- Mira querida, yo todo esto lo hago por tu bien, quiero que sigas teniendo el cuerpo perfecto del que puedo presumir con mis amigos ¿Tu sabes lo gratificante que es poder decir que tu hija es perfecta? ¿Quieres arrebarme la única cosa que tienes que me hace sentir orgulloso?
- No padre, prometo no comer nada en la comida...
- Así me gusta mi pequeña rosecita -Decía el mientras acariciaba la mejilla de su hija- Y si puedes expulsar lo que comiste mejor
Con esas palabras el hombre salió de la mansión, dejando a Créssida sola.
Ella se dirijo al baño y se observo en el espejo, ahora que lo decía si se veía gorda, no lo noto hasta ahora pero si que lo estaba, no quedaba otra opción, si quería enorgullecer a su familia tenía que hacerlo.
Se agachó hasta quedar sentada en el suelo, junto al vater, se metió dos dedos en su boca, hasta lo más profundo de su garganta, provocando la flema, pero eso no era suficiente, tenía que vomitar. Cada vez los metía más profundo, hasta que provocó la reacción tan esperada, empezó a vomitar, sin control, todo lo que desayuno salía de su boca e iba a parar al baño.
Pero no era suficiente, tenía que hechar más, volvió a meter sus dedos hasta volver a provocar la misma reacción, y así continuo dos veces más, hasta que...
- Prima ¿Que te pasa? ¿Estas enferma? ¿Por qué vomitas? -Escucho la voz de su primo pequeño-
- Tengo... el estómago revuelto... -Justificó ella-
- No te preocupes, yo te cuido, vamos a la cocina, la tía Narcissa dejó algo hay
- No quiero comida, estoy bien, solo... tenía que vomitar
- Esta bien, pero te voy a cuidar, ven, vamonos a Neverland
Neverland era el fuerte de cojines que Toñito y ella montaban habeces, donde había un montón de libros, pinturas y plantas.
El niño la agarró de la mano y la guió hacia el salón, donde cojieron cojines y mantas, con ayuda de Casita crearon ese maravilloso fuerte que a Créssida la hacía sentir como las navidades que pasó en Hogwarts con Harry y Ron en su primer año, esa vez fue la única que ninguno tenía preocupaciones, solo eran niños inocentes y con ganas de divertirse.
Cuándo ambos estaban dentro, Antonio agarró una linterna y se iluminó el rostro, empezando a contar una historia.
- Hace muchos años, una princesa estaba encerrada en una torre, la chica se llamaba Créssida y estaba hay por qué el malvado trol llamado Lucius Malfoy la encerró para evitar que viera a su novio, George Weasley, pero el caballero Antonio Malfoy fue con sus animales y la salvo, llevándola de vuelta con su novio y haciéndola feliz -Contó el pequeño-
La chica empezó a reírse, cojiendo ella la linterna y empezando a contar su historia.
- Hace no tantos años, un príncipe llamado Antonio se encontraba en un castillo, encerrado, el palacio estaba custodiado por un gigante de nombre desconocido, el gran Toñito solo pudo salir cuándo su prima, la caballera Créssida Malfoy fue a rescatarlo y juntos fueron a Neverland
Ambos niños siguieron contando historias en las que generalmente el malo era un trol rubio sin don.
Cuándo la hora de la comida llegó, recojieron el fuerte y juntos fueron al comedor, donde estaban los Malfoy. Créssida se sentó junto a su abuela, como de costumbre y Toñito con sus padres.
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La familia Malfoy
Science FictionLa familia Malfoy siempre a sido una familia muy respetada en el mundo mágico, es decir, son una familia adinerada, de sangre pura formando parte de los sagrados 28 y con extraordinarios dones como curar todo mal con tu comida o controlar el clima...