Madrugada

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Eran las cuatro y media de la madrugada, de un sábado cualquiera, cuando Quackity se encontraba en su habitación escuchando música mientras doblaba su ropa y la organizaba en el armario.

No pregunten por que hace esto a las cuatro de la madrugada, simplemente es Quackity.

Estaba tranquilo tarareando la canción que escuchaba a través de los auriculares, hasta que, un pequeño destello rojo que provenía desde la única ventana en su cuarto, atrajo su atención.

Frunció el ceño a su vez que volteaba a ver por la ventana, pero no había nada, a través del vidrio solo era capaz de ver la oscuridad de la noche.

Simplemente decidió restarle importancia y seguir con lo que hacía mientras la música ranchera se seguía reproduciendo y se escuchaba en sus auriculares.

O al menos eso quería hacer, ya que pues, volvió a sentir el mismo destello de hace unos segundos, y ya sin ser capaz de aguantar la curiosidad, simplemente dejó de lado la camiseta que doblaba en esos momentos, y se quitó los auriculares para después, con pasos sigilosos se acercarse a la ventana. Apartó las cortinas he intentó fijarse de mejor manera, entre la oscuridad de la noche y el molesto reflejo de su lámpara en la ventana, sí era capaz de ver algo.

Después de unos segundos, simplemente se rindió y prefirió volver a lo de antes.

Sin embargo, el ruido de, al parecer, una roca chocando contra el cristal, causó que se diera media vuelta de inmediato y pensara mejor las cosas.

-¿Hay un puto pájaro en la ventana y no veo o qué mierda?-, se pregunta así mismo, cruzándose de brazos, algo molesto, por que su curiosidad era tanta, que incluso era capaz de que no le dejará dormir sin averiguar el porqué del ruido o los destellos.

Ya considerándolo, quitó el seguro de la ventana y levantó el cristal, con la intención de ver más allá.

Sin embargo, el fuerte viento y frío de la madrugada causaron que un escalofrío recorriera toda su espina dorsal, y tuviera que cerrar un poco los ojos, limitando su visión.

Miró hacia el suelo, pero solo podía ver el oscuro jardín trasero de su casa, ni siquiera era capaz de distinguir el único árbol que había en el o los cuántos arbustos y flores, todo estaba demasiado oscuro, hasta que, como si le hubiera llamado, la Luna se dió a relucir, tal parecería que se encontraba entre nubes, evitando que deslumbrará.

Decir que se asustó sería poco, literalmente sintió como el alma salió de su cuerpo cuando logró ver con claridad la silueta del cuerpo de un hombre en su patio trasero, parado con la cabeza viendo hacia arriba, justo a dónde se encontraba Quackity, quién por cierto, le invadió la sensación de pavor en todo su cuerpo cuando conecto miradas con la persona desconocida.

Sus ojos le causaban terror; rojos como la sangre, que brillaban entre la oscuridad como los de un cazador.

Su instinto le decía que cerrara la ventana y se alejará lo más pronto posible, de que incluso, fuera corriendo a la habitación de su padre a despertarle y decirle que había un ser extraño en el patio trasero.

Más su cuerpo no reacciona y sus manos tiemblan por que intentan moverse, más no lo logra.

Sin darse cuenta estaba teniendo una batalla contra su cuerpo paralizado mientras veía con desesperación como aquel desconocido dió un paso al frente, y de un momento a otro, cómo sí se moviera a la velocidad de la luz, se encontrará frente suyo, agachado de cuclillas en su ventana.

Quackity quería gritar y correr; Un completo desconocido y quizás demente, que no parecía ser un ser humano común y corriente, estaba en ese momento en su ventana, viéndole directamente a los ojos, cómo sí fuera un depredador.

Su cuerpo no respondía, estaba en su totalidad paralizado, y sus ojos no podían ver a otro lado que no fueran los ojos encandesentes del desconocido.

No sabía que era, pero sentía que estaba siendo manipulado cómo para que su cuerpo estuviera en tales condiciones.

Y de la nada, los sonidos silenciosos de la noche, se vieron substituidos por miles de susurros.

-Tranquilo... No te haré daño, no te dolerá...-, escuchó por parte de miles de voces susurrantes que se apoderaron de sus oídos.

Ahora era su respiración la que se paralizó cuando vio cómo el hombre desconocido, que vestía de ropas oscuras y algo sucias, inclinó la cabeza un poco hacia un lado, le tomó de los hombros, y empezó a acercarse a su cuello.

La luz de la lámpara tenue que tenía encendida logró hacer que pudiera ver la mitad de su rostro y parte de su color de cabello a pesar de que traía una capucha puesta.

Piel demasíado pálida y cabello castaño. De ojos color escarlata incandescente, de tacto frío, sigiloso y con el aura de ser un completo depredador.

Quackity quiso reírse de lo que estaba viviendo en ese momento, incluso consideró que estaba alucinando y se había drogado.

Pero no, justo ahí, justo enfrente suyo, había un maldito vampiro.

Lo confirmó cuándo sintió que algo filoso se empezó a clavar en su cuello, y con ello, un increíble dolor empezaba a aparecer.

Y pum, de un momento a otro, el dolor s fue, el desconocido desapareció, los susurros se esfumaron y la brisa fría de madrugada volvieron.

Cuándo sintió otra vez su cuerpo cerró de inmediato la ventana y empezó a respirar con aceleración, desesperado, intentando tomar todo el aire que por dos minutos sus pulmones no recibieron.

La sangre de todo su cuerpo iba a toda velocidad cómo si acabara de correr una maratón, llena de adrenalina.

-Quack...-, el azabache tuvo que taparse la boca para no gritar cuando escuchó una débil voz detrás de sí, más se volteó de inmediato y se dió cuenta que se trataba de su hermano menor, Titi, que se encontraba somnoliento. -Tuve una pesadilla, ¿Puedo dormir contigo? Papá ronca muy fuerte...-, dice el niño, entrando a la habitación, importando poco la respuesta del mayor, y simplemente cerró la puerta tras de sí para después caminar hacía la cama, que tenía algunas prendas de ropa dobladas sobre ella y cubrirse con las sábanas, cómo si se tratara de su propia cama.

Quackity se quedó viendo todo, intentando procesar que mierda había sucedido.

Volteó a ver a través de la ventana y luego a su hermano ya dormido en su cama, varías veces.

-Pe-pero...-, tartamudeo sin entender, hasta que simplemente decidió respirar y calmarse. -T-Tengo que dormir, quizás la falta de sueño está haciendo que alucine-, piensa de manera lógica, para después caminar, con las piernas un poco temblando, hacía la cama y tomar toda la ropa que había doblado o no, y tirarla dentro del clóset, importandole poco este detalle y ya con un poco de desesperación, se metió en la cama y se cubrió con las sábanas hasta el cuello. Cerró los ojos con fuerza y se obligó así mismo a dormir.

No quiso apagar la luz por miedo y solo concentró todos sus pensamientos a dormir, no logrando esto hasta ya media hora después.

E C L I P S E [Luckity] [Au - Vampiros]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora