¿Qué es?

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Comenzó a abrir los párpados de sus ojos, cansado, sintiendo sus pestañas pesadas, ya que le costó más de lo acostumbrado a poder finalmente tener los ojos bien abiertos, revelando sobre él, el diseño de un techo que jamás había visto, de madera intercalada de tono oscuro. Enseguida frunció el ceño, definitivamente no se encontraba en su casa, por lo que, preocupado por saber su ubicación, miró a un lado, clavando su vista en la pared más cercana, que tenía un cuadro de pintura, un tanto cutre a su percepción, junto a un armario alto, de tono igual de oscuro que el del techo. Más alejada, ubicada en la esquina, vio la puerta de quizá la habitación donde se encontraba, que seguía manteniendo el mismo estilo de madera oscura, pero tenía una manija dorada, siendo lo único que hasta ahora distingue de color cálido entre tantos apagados y fríos.

Quackity miró a su otro lado, siendo la izquierda y, lo primero que ve, es a un hombre de espaldas, frente a una ventana donde se podía ver como una fuerte nevada nocturna logra hacer que no se vea absolutamente nada, exceptuando la oscuridad y los copos pasando a gran velocidad por el viento.

Se mantiene quieto, pero el ver que no se encontraba solo, enseguida lo colocó en alerta, por lo que, sin apartar la vista de la persona desconocida, que aún no notaba que estaba consciente, intentó levantarse de la cama, pero sintió un gran estirón por parte de una de sus piernas que le sacó un pequeño chillido de dolor. Sin pensarlo, se quitó la sabana de tono vinotinto que le cubría, descubriendo que traía puesto unos shorts holgados y que una de sus piernas, estaba vendada.

Fue ahí que Quackity recordó todo lo que sucedió antes de desmayarse por el sobre esfuerzo y perdida de sangre.

Como era de esperarse, comenzó a llorar, a su vez que sujetaba la cabeza con fuerza, notando que no tenía su gorro puesto, pero poco le importó, ya que estaba asimilando todo lo sucedido, que en su momento, quizás por la adrenalina del peligro, no pudo apreciar en su totalidad.

Volvió a mirar al desconocido, que ahora le miraba inexpresivamente, con las manos en los bolsillos de su suéter negro desgastado, manteniéndose aún alejado, al lado de la ventana. Ahora consciente, sabiendo el porqué estaba ahí, supo quién era: la tortura en sus sueños, aquél ser de ojos rojos de los cuales tanto teme.

—Buenos días—, saludo el castaño, de manera simple, causando que Quackity, con la mirada borrosa por las recientes lágrimas, frunciera el ceño aún más, pensando que la verdad, no tenía sentido llorar en ese momento, por lo que, se limpió las lágrimas fuertemente con sus manos y muñecas, para después, igual de serio que el otro, hablar.

—¿Cuánto tiempo estuve dormido?—, pregunta secamente, con los ojos un tanto irritados por el frote que hizo sobre ellos.

—Unas cuantas horas, nada más, ya es de madrugada, por eso te di los buenos días—, responde con simpleza, inclinando un poco la cabeza.

—¿Cuántas horas exactamente?—, Insiste Quackity con una respuesta exacta, por lo que, el mayor, se mantiene en silencio por unos cuantos segundos antes de responder, manteniendo la misma expresión.

—26 horas y 23 minutos—, responde, claramente aquello no eran "una cuantas horas", era más de un día.

Quackity cambia su vista detrás del de ojos rubíes fijándose en la ventana, pero no era capaz de ver atrás de ella más que nieve y oscuridad.

—¿Dónde estamos...?—, pregunta ahora, volviendo a mirar al castaño, que no respondió enseguida, causando que el menor se desesperara. —¿Dónde estamos?—, insiste, a lo que el contrario se acerca unos cuantos pasos a la cama, colocando un poco nervioso al menor, que se esforzó por no demostrar su temor, manteniendo su mirada firme. Observó a detalle como el mayor arrastró una silla de madera simple que estaba a un metro de la cama, para sentarse justo lado de esta, cruzándose de brazos y recargando su peso en el espaldar de la silla, rechinando.

E C L I P S E [Luckity] [Au - Vampiros]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora