capítulo tres: el regreso de jay park.

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Prepárense para presenciar el momento exacto en el que toda mi vida cambió de la manera más ridícula posible.

El momento más temido de mi día finalmente llegó junto al maestro Kim, que entró con sus libros de literatura clásica y artes abrazados a su pecho. Sí, estaba a punto de entrar en clases de inglés. No me malinterpreten, amaba el inglés, muchas de mis canciones favoritas eran en inglés, pero realmente era un enorme desafío comprender la gramática para mí, un coreano que nunca ha salido de Corea y cuya única forma de contacto usual con el idioma eran las frases ocasionales en las canciones de K-pop o en los dramas. Y a pesar de que Sunoo y Niki intentaran ayudarme, ellos tampoco eran completamente fluidos, por lo cual era básicamente ir en círculos para mí.

— Buenos días, clase —saludó el profesor, empezando a borrar la pizarra de la clase anterior—. Por favor, saquen sus libros y ábranlos en la página-

Tres golpes se escucharon en la puerta, llamando la atención de la clase e interrumpiendo las instrucciones de nuestro profesor. Pude ver a la directora de pie en el marco de la puerta, y a tres chicos a través de la ventana. Sunoo dio tres toques a mi hombro, llamando mi atención.

— Esos son los élites— musitó, Niki volviendo a rodar los ojos antes de acomodar sus lentes de nuevo mientras negaba con la cabeza, sacando su libro y el de su novio.

Al voltear mi mirada, me conseguí con otro par de ojos mirando a los míos. Una mirada un poco intensa para mi gusto, pues realmente no estaba acostumbrado a que nadie me mirara así. No estaba acostumbrado a que nadie me mirara y ya, pero eso era distinto.

— Bueno, chicos, como ya deben saber, nuestros amigos han vuelto de sus actividades en el extranjero —dijo el profesor, sonriéndole a la clase—. Vamos a darles una cálida bienvenida de vuelta y una ronda de aplausos a Sunghoon, que trajo otra medalla de oro al país, y a Jake por su exitosa gira mundial.

Todos aplaudieron efusivamente, las chicas un tanto más emocionadas que los chicos. Ambos aludidos sonrieron, agradeciendo los aplausos con pequeñas reverencias. Sin embargo, la mirada de aquél chico en el medio seguía fija en mí. Una pequeña media sonrisa se dibujó en sus comisuras, no quería ni siquiera imaginarme el por qué en ese entonces.

— Y por supuesto, no podemos olvidar a nuestro alumno modelo, que otra vez dejó el nombre de esta escuela en alto en el extranjero.

Los aplausos se repitieron, para que luego el profesor les indicara que podían tomar asiento. La mesa que quedaba vacía frente a mí fue llenada por Sunghoon y Jake, y aquél chico se acercó a mi mesa, viendo que era el único asiento que quedaba vacío, se tomó la libertad de sentarse. Me incomodé incluso más al ver cómo abría su libro de reojo, notando que todas las actividades estaban ya contestadas. Me sorprendió, y por un momento, pensé que podía estarse copiando de alguien de la clase. Pero al escucharlo contestar una pregunta por primera vez en un inglés que sólo podía describir como perfecto, mi confusión y mi sorpresa creció incluso más.

Y cuando terminó la clase, él se decidió a hablarme.

— Yang Jungwon.

Al escuchar como llamó mi nombre, me giré instintivamente. Esa mirada seguía presente en él, y luego de esa muy irrespetuosa manera de llamarme, se acercó a palmear mi cabeza, sonriendo con esa misma sorna que tenía su mirada.

— Hola, soy Jay. Jay Park.

Intenté ignorarlo para ver si se alejaba, pero tal como el mocoso malcriado que estaba muy seguro que era, volvió a insistir.

— Sabes que cuando alguien se presenta, lo prudente es presentarse también, ¿cierto?

— Deja de mirarme así— musité, notoriamente incómodo.

Jay rió, sosteniendo su cabeza con su mano mientras su codo descansaba sobre la mesa. No entendía qué era tan gracioso, pero claramente era muy gracioso para Jay.

— Eres la primera persona que se niega a que la mire, ¿cómo puedo dejar de mirar esos ojos de gatito? Creo que no he visto otros iguales.

— Puedo darte una foto, déjame en paz.

Eso oficialmente lo sacó de onda, por lo cual él tomó mi mejilla, obligándome a mirarlo. Me miró detenidamente, como si de un concurso de miradas se tratase. Ni bien había entrado al salón y ya sentía que lo odiaba, y la verdad es que algo dentro de mí esperaba que el sentimiento fuese mutuo. Nunca he sido muy fanático de los niños ricos que se creen dueños de todo, pero la verdad es que tampoco había tratado de cerca a ese tipo de niños ricos, por lo que había podido vivir mi vida sin problemas.

Hasta el día en que Jay Park se atravesó en mi vida, y con esa sonrisa maquiavélica, dictó mi condena.

— Me gustas, eres mío.

Y antes de dejarme reaccionar, se levantó y lo anunció a toda la clase.

— Su atención, por favor, mis estimados compañeros —dijo, aún ante mis protestas—. A partir del día de hoy, Yang Jungwon es mi novio, mío y sólo mío. Quien se atreva a meterse con él, quien tenga el mero descaro de hacerle malos ojos, se las verá conmigo, ¿entendido?

Y para mi mala suerte, Heeseung acababa de entrar al salón con algunos papeles del maestro Kim, y había escuchado absolutamente todo.

Trágame tierra.

not my crush! | jaywon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora